Señor Director:
Este fin de semana, junto con recordar nuestro aniversario patrio, vimos como una niña de 11 años nos hace nuevamente preguntarnos por una práctica institucionalizada que cada vez más se desajusta a nuestros tiempos; la segregación por sexo en educación pública.
No hablo solo del Instituto Nacional, ni del Liceo 7, hablo de cómo entendemos nuestro sistema educativo en Santiago, y sobre cómo definimos el proceso enseñanza-aprendizaje en un contexto de integración de las múltiples diferencias de los y las estudiantes de la comuna y como entendemos que estas, son una oportunidad pedagógica y cívica que los establecimientos educacionales de Santiago deben saber aprovechar. En educación básica vemos buenas procesos de integración multicultural, y damos énfasis al respeto en la convivencia escolar, por lo que es altamente contradictorio insistir en un modelo que obliga a los alumnos y alumnas a tener que segregarse para buscar educación de calidad.
La realidad educacional de la comuna va en un dirección adecuada, y esperamos que cartas como las de Javiera, puedan hacernos madurar la idea de una educación pública que solo le cierre las puertas a la exclusión de cualquier tiempo, y no a los y las estudiantes.
Rolando Suárez Sandoval
Consejero Político Revolución Democrática
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