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La generación del milenio

Jean Flores Quintana
Por : Jean Flores Quintana Politólogo. Consejero Político Nacional de Revolución Democrática
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Ya hasta parece natural intentar encajar en un segmento a los sujetos humanos, lo hacemos desde el viejo Aristóteles en el ocaso de la Atenas clásica, hace 24 siglos.

Las clasificaciones tienen varias lecturas. Por un lado, sirven para intentar comprender ciertas relaciones, permiten comparar realidades y establecer criterios, pero, por otro, quizás subterráneamente provocan una cierta distancia invisible con aquello clasificado.

La Real Academia Española define generación, en su quinta acepción, como: “Conjunto de personas que, habiendo nacido en fechas próximas y recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, adoptan una actitud en cierto modo común en el ámbito del pensamiento o de la creación”. Esta definición solo nos sirve como punto de arranque para comprender ciertas similitudes que el fotógrafo francés John Thackwray atribuye a la generación millennial.

Para su estudio sociológico, el fotógrafo retrató a 1.200 jóvenes entre 18 y 30 años de 55 nacionalidades distintas. Esta radiografía generacional muestra las múltiples diversidades culturales en su espacio más íntimo, cual es, su habitación. Una misma toma se aplicó a todos y todas; la cámara desde lo alto capturó la vida privada del protagonista en el centro de su cuarto. Así, se descubren –parcialmente– desigualdades, inequidades y oportunidades, a la hora de ser consigo mismo, sintiendo y aprendiendo en una sociedad globalizada.

Es precisamente la globalización el factor central que une a sujetos humanos tan distintos, como lo son Ezkiel, un guerrillero keniata de 22 años, Yuan, una vendedora china también de 22, y Yisus, un youtuber chileno de 19 años.

[cita tipo= «destaque»]El fotógrafo francés que ilustró a los 1.200 jóvenes alrededor del mundo los capturó en el centro de su soledad; sin embargo, en la retina colectiva están los miles de hombres y mujeres reunidos rompiendo las cadenas de lo establecido en las calles de todo el mundo, denunciando a políticos mediocres, delatando la corrupción sistemática al interior de los gobiernos, desvelando la manipulación de los medios formales de comunicación y apuntando incansablemente al rey que va desnudo.[/cita]

La generación del milenio entonces tiene como atributo principal el uso nativo de las tecnologías, principalmente de las redes sociales. Se agregan los elementos que estos acarrean; el acceso constante a varias fuentes de información, entretención y educación. Como contrapartida a estas condiciones que permiten realizar múltiples tareas simultáneamente y adaptarse en poco tiempo, se inscriben el idealismo y la impaciencia.

En Chile, se dieron condiciones particulares en la gestación de los milenios y milenias, pues con el término de los 80 también se acabó el régimen de Pinochet, declarado por la Cámara de Diputados en octubre del presente como “el gobernante más violento y criminal que haya tenido Chile en su historia”. Sin embargo, no tan solo la Constitución y sus políticas de amarre perforaron la era democrática, también lo hicieron las culpas y los miedos del pasado. El discurso que fue socavando los cimientos de la comunidad política y social durante una década fue mientras más lejos de lo político, menos riesgo y, así, lo público ahora solo es de aquellos que pueden pagarlo.

Ahora bien, los aportes psicosociales de la familia representan un porcentaje en la incubación identitaria de un sujeto, otros factores que también influyen son los distintos campos en que se interactúa, como lo indica el sociólogo Pierre Bourdieu.

La generación del milenio se desenvuelve con libertad política y religiosa, superando los temores del pasado dictatorial que tanto marcaron a la generación X.  Aun cuando mantienen distancia de los partidos políticos, se sensibilizan con causas sociales; quieren participar en las soluciones; buscan y difunden información; generan redes de acción y ejercen su poder.

El fotógrafo francés que ilustró a los 1.200 jóvenes alrededor del mundo los capturó en el centro de su soledad; sin embargo, en la retina colectiva están los miles de hombres y mujeres reunidos rompiendo las cadenas de lo establecido en las calles de todo el mundo, denunciando a políticos mediocres, delatando la corrupción sistemática al interior de los gobiernos, desvelando la manipulación de los medios formales de comunicación y apuntando incansablemente al rey que va desnudo.

Observando así las cosas, al parecer se dan ciertos patrones que definen la participación política de las distintas generaciones en el curso de la historia, como el cuestionamiento constante a la ideología hegemónica dominante y objeción permanente de la legitimidad estructural de los modelos impuestos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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