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Abstención, un problema de desigualdad

Por: Ignacia Fernández, Directora Ejecutiva de Rimisp – Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural


Señor Director:

Según estimaciones del propio gobierno unas 5 millones 500 mil personas, menos del 40% de los habilitados para votar, sufragaría el próximo domingo. Chile es el país con mayor abstención del mundo bajo el sistema de voto voluntario, de acuerdo al Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA). Múltiples estudios sugieren, además, que ésta se concentra en ciertos grupos de la población.

Como ocurre en varios otros temas que trabajamos en Rimisp, la participación electoral no se reparte aleatoriamente entre todos los ciudadanos. En democracias donde pocos votan, las clases altas participan en proporción mayor que los sectores más vulnerables, regularidad denominada sesgo de clase en la participación.

Según datos de la última CASEN, en Chile la pobreza se concentra en zonas rurales donde duplica a los índices de zonas urbanas. Ya tendremos claro entonces dónde se votará más. La abstención también se convierte así en un tema de desigualdad: el tamaño de la comuna y cuán urbana es la misma, afectarán la capacidad de convocatoria.

Desde la Cámara proponen un plan de establecimiento de urnas rurales como una forma de que todos lleguen en igualdad de condiciones a ejercer el derecho a sufragio. ¿Es una solución? ¿Es sólo un problema de acceso físico? Hay en discusión aspectos más de fondo que no se mejorará con más urnas ni más mesas.

Ignacia Fernández
Directora Ejecutiva de Rimisp – Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural

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