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Cosas de los que pocos se dan cuenta

La gente parece no haberse dado cuenta, y la Nueva Mayoría tampoco, de que tras la elección del domingo ésta sigue siendo mayoría, si bien por menos; y de que eso conduce a sus posibles candidatos presidenciales a conservar una buena posibilidad de vencer a Sebastián Piñera en una eventual segunda vuelta presidencial, pese a haber sido este último declarado por la mayoría de los analistas y medios como el principal triunfador a raíz de los resultados del domingo.


La Nueva Mayoría cree que perdió la elección del domingo, y así lo ha reconocido implícitamente, pero la ganó. La única manera de determinar el resultado de esa elección por partidos y por bloques es midiendo los votos de concejales y el número de éstos que resultaron electos, porque ésa es la medición en que participan todos y en todo el territorio. Y en esa elección la Nueva Mayoría obtuvo 2.054.323 votos y eligió 1.179 concejales, mientras Chile Vamos obtuvo 1.695.210 votos y eligió 915 concejales (El Mercurio”, 24.10.16, C-1). Sin embargo, el gobierno se declaró derrotado y la oposición triunfadora.

Lo que sucedió fue que en varias de las principales comunas triunfó la oposición y desplazó a los alcaldes de gobierno que habían sido elegidos en 2012. Es decir, la oposición ganó las principales batallas, pero perdió la guerra. Por ejemplo, ganó en Santiago y Providencia, derrotando a alcaldes oficialistas. Pero en Concepción la Nueva Mayoría conservó la alcaldía. En Valparaíso ambos pactos (el “duopolio”, término originado en este blog) resultaron vencidos por el candidato de un partido nuevo, que se jactó de haberlo roto.

En todo el país Chile Vamos obtuvo 134 alcaldes, con el 38,45 % de la votación, y la Nueva Mayoría 133, con el 37,05% (“La Tercera”, 24.10.16), pero ése fue un conjunto de batallas que no podía definir la guerra. Además, independientes y partidos fuera de esos pactos obtuvieron el resto de las alcaldías, con el 24,5% de los votos.

Por otra parte, en todas las fotos de los políticos “triunfadores” (que fueron los derrotados) aparece la presidenta del PRI, Alejandra Bravo, en primer plano y sonriente. Es muy fotogénica y seguramente tiene bastante futuro político, pero su partido, el PRI, redujo su votación a menos de un tercio de la que había obtenido en 2012 (de 7,59% a 2,41%). En realidad, todos los partidos, salvo dos, disminuyeron su votación, si bien no tanto como el PRI. Sólo la aumentaron el PRSD, de 5,71% a 7,42%, y RN, de 15,77% a 17,66%, pasando este último a ser el partido más grande del país. Creo que eso es concomitante con la disminución de la DC, de 15,16% a 12,77%, ciertamente derivada de ser aliada de los comunistas y pertenecer a un gobierno cuyas reformas son impopulares. El éxodo DC hacia la derecha es, entonces, inevitable. Sobre todo si ya se había anunciado en la elección parlamentaria de 2013, cuando una de sus figuras hasta entonces más votadas, Soledad Alvear, perdió la senaturía de Santiago Oriente a manos del RN Manuel José Ossandón, favorecido por ese éxodo DC hacia la derecha. A la vez, salió elegido gracias a eso el socialista Carlos Montes, un verdadero “hijo del binominal”, pues obtuvo menos votos que Laurence Golborne (UDI) y sin embargo él fue senador y este último no. Esto era lo que más criticaban al binominal los políticos como Montes. Seguramente cuando resultó elegido con menos votos debe haber dicho “¡qué le vamos a hacer!” y se aprestó a cobrar la dieta.

Algunos intérpretes de los resultados del domingo se han anticipado a declarar como triunfador entre los presidenciables a Sebastián Piñera en sus expectativas de ser reelegido. Pero la encuesta Mori-CERC desvirtúa esto último por segunda vez consecutiva, en consonancia con el resultado electoral del domingo donde triunfó la Nueva Mayoría, según lo antes explicado. En julio dicha encuesta había revelado que en un enfrentamiento de segunda vuelta presidencial entre Piñera y Lagos, triunfaba este último 28% a 26%, lo que no podía afirmarse categóricamente porque el margen de error de la encuesta era de 3%. En el sondeo de octubre de la misma firma, Alejandro Guillier aparece derrotando a Piñera en segunda vuelta, también por 28% a 26%, con el mismo margen de error y con un 46% de personas que no vota por ninguno de los dos.

En síntesis, la gente parece no haberse dado cuenta, y la Nueva Mayoría tampoco, de que tras la elección del domingo ésta sigue siendo mayoría, si bien por menos; y de que eso conduce a sus posibles candidatos presidenciales a conservar una buena posibilidad de vencer a Sebastián Piñera en una eventual segunda vuelta presidencial, pese a haber sido este último declarado por la mayoría de los analistas y medios como el principal triunfador a raíz de los resultados del domingo.

En todo caso, un año es mucho tiempo y es posible que otras figuras políticas, que han tenido una sola línea, cuyas manos están limpias y están juntando firmas para competir en la presidencial y darse a conocer, como el candidato de este blog, José Antonio Kast, puedan cambiar completamente el actual panorama. Desde luego, cuando uno ve en la encuesta Mori-Cerc que Leonardo Farkas obtiene las mismas preferencias que Isabel Allende (3%), no puede evitar pensar que cualquier cosa puede pasar.

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