Cuando abordamos el tema del Frente Amplio a falta de 12 meses para la elección de un nuevo gobierno, debemos ser consientes de la fiebre presidencial o presidencialitis que nos afecta a todos quienes entramos en contacto con la política. La forma de contagio es múltiple: los titulares de prensa, los matinales de televisión, la opinión de los conductores de radio, las entrevistas de farándula, los panelistas en programas de debate, etc.
Quienes padecen esta enfermedad manifiestan los síntomas a través de sus opiniones, presentando alguna de las siguientes características: 1.-basan sus argumentos de acuerdo a los resultados de la última encuesta electoral, 2.-reproducen sin filtros los análisis que difunden los líderes de opinión y 3.- excluyen de la escena principal a cualquier actor ajeno a los partidos políticos tradicionales.
¿Tiene tratamiento? Si, ejercitando nuestra capacidad de observación. De manera que cualquier análisis político, si bien no debe pasar por alto los nombres propios que animan las encuestas (repetidas cual mantra por los medios de comunicación) tampoco puede quedarse en la superficialidad de lo evidente.
Esta columna contribuye al ejercicio de observación de algunos elementos que permiten imaginar una construcción de alternativas políticas a la Nueva Mayoría y Chile Vamos. La primera aproximación a este enfoque nos la entrega el siguiente relato.
Imaginemos dos grandes barcos que conectan a una isla con tierra firme. Los habitantes de la isla sólo pueden salir de ésta a través de los barcos, los cuales con el paso de los años han visto deterioradas sus instalaciones y por lo tanto las condiciones del viaje. Estas naves zarpan cada vez con menos pasajeros dejando a muchas personas excluidas, quienes abordan lo hacen con resignación. Las tripulaciones frente a las quejas recibidas rechazan efectuar cambios en sus naves, advirtiendo que “siempre han funcionado así”. En consecuencia emplazan a los habitantes a construir sus propias embarcaciones si desean mejorar las condiciones del viaje. Éstos se ponen manos a la obra y construyen barcos alternativos, todos de menor envergadura que sus antecesores. Algunos tienen nuevos capitanes que no atraen a una tripulación suficiente para salir, otros no consiguen sumar pasajeros y, de los pocos que logran adentrase en el mar acaban naufragando por el oleaje provocado por los grandes barcos. Durante años ocurre lo mismo, hasta que un grupo de habitantes desechan la idea de tener un barco y emprenden un proyecto alternativo: construir un avión. La idea es recibida con entusiasmo por todos los ciudadanos que habían decidido dejar de navegar en unos barcos que no cumplían con sus expectativas. Los diseños del avión están listos y comienza su construcción. La aeronave realiza las pruebas con éxito. Hay pilotos y tripulación capacitados para emprender el viaje. Los primeros pasajeros no tardan en reservar su asiento. Todo está preparado para dejar atrás la época liderada por los barcos, hasta que entre la multitud que espera llegar a tierra firme, se oye una voz que dice -en este galpón nos vamos a quedar los mismos de siempre, hasta que no sumemos a otros para construir entre todos una pista por la cual despegar.
[cita tipo= «destaque»]Reflexionar sobre un Frente Amplio implica preguntarnos, en el contexto de la política chilena actual, acerca de ¿cuáles son los roles de los partidos emergentes, movimientos sociales y nuevas convergencias ciudadanas?, también sobre ¿cuáles son los espacios que pueden ocupar estos actores en el tablero político? y en consecuencia ¿cómo estos actores aseguran su presencia permanente en la escena político, más allá de la actual contingencia?[/cita]
El camino de la observación, que posibilita imaginar un avión cuando todo un sistema insta a construir barcos se inicia a partir de preguntas. Se trata del mismo mecanismo para llegar a desarrollar anticuerpos contra la presidencialitis. Una buena pregunta lleva a otra y así sucesivamente, donde la mayéutica socrática sería su expresión más elevada. Dar respuestas a estas preguntas permite mirar hacia un horizonte nuevo, sustentado a su vez en marcos conceptuales propios.
Reflexionar sobre un Frente Amplio implica preguntarnos, en el contexto de la política chilena actual, acerca de ¿cuáles son los roles de los partidos emergentes, movimientos sociales y nuevas convergencias ciudadanas?, también sobre ¿cuáles son los espacios que pueden ocupar estos actores en el tablero político? y en consecuencia ¿cómo estos actores aseguran su presencia permanente en la escena político, más allá de la actual contingencia?
Esta columna entrega pistas para observar (y evitar) hipotéticos elementos disruptivos que perturben al proceso de construcción de un Frente Amplio. Cada uno de los siete puntos queda argumentado a partir de una pregunta inicial.
Un frente amplio…
El reto es enorme. Más aún cuando las visiones que imaginan un nuevo horizonte de sociedad tienden a desperdigarse. Pero como dice el refrán, hasta el viaje más largo comienza con el primer paso… o en su defecto una pista por la cual podamos despegar.