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Quiebre del pacto de desarrollo: nuevo trato el sector forestal chileno

Jorge Morales Gamboni
Por : Jorge Morales Gamboni Observatorio de Políticas Públicas y Territorio. Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido USACH.
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Los paradigmas tradicionales dentro de los cuales se ha desarrollado la actividad forestal chilena se encuentran en profunda transformación. En efecto la solo existencia de plantaciones forestales, desde donde proviene el 98% de la madera que se consume actualmente, permitió recuperar la superficie de bosque nativo, que se consumió hasta fines del siglo 19, hasta ser hoy en día uno de los dos países de América Latina, junto a Uruguay, donde la superficie de estos bosques crece anualmente a tasas que superan las 17 canchas de futbol. Las plantaciones aparecieron en el escenario apelando a premisas de contención de la erosión derivada de la actividad agrocerealera (ley de bosques de 1930 y DL 701 de 1974) como parte de una estrategia de sustitución de exportaciones impulsada por CORFO; o a la incorporación de nuevos actores a la actividad forestal como los pequeños propietarios (continuidad del DL 701 de 1994) como parte de una estrategia de consolidación del capitalismo liberal post dictadura. En realidad, cualquiera sea el caso, la fibra de las plantaciones nutre una industria forestal que ya es un player mundial, que en si misma se ha transnacionalizado y deslocalizado hacia otros países (Uruguay, Argentina, Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, España, Sud África y USA). El éxito internacional de las empresas forestales contrasta con un relativo descuido de su patio trasero, es decir de la relación con la ciudadanía, bien o mal orientada por ingentes grupos ambientalistas que han modelado la opinión pública haciendo que la actividad forestal, de silvicultura llamada moderna, deba asumir que posee pasivos que le son achacados, de buena o mala manera, pero de los cuales debe hacerse cargo si quiere seguir existiendo. En efecto, se menciona que las plantaciones son grandes consumidoras de agua y por ello las tomas de agua potable rural (APR) se han ido quedando secas; claro está que esto ocurre a la par con una fuerte disminución de lluvias que alcanzan casi a un 50% en la región pinera y eucalyptera chilena y que la medición de la huella hídrica nos indica que las plantaciones requieren menos agua que cultivos agrícolas tradicionales como trigo y maíz (8 y 30 veces menos). También se le achaca a las empresas forestales la destrucción de caminos rurales por el paso de la carga y aunque esto ocurre solo una vez en la vida de una plantación es decir cada 12 o 20 años según sea la especie cuando se produce la cosecha, la masividad del cultivo hace que el flujo vehicular sea permanente. De igual manera se las culpa del alto peligro que le entrañan a la población rural y de zonas de interfaz los incendios forestales, sin tomar cabal conciencia que el 99% de los incendios forestales en Chile se producen por acción voluntaria o involuntaria del hombre y no están relacionados al tipo de vegetación. Además, se puede mencionar que los cultivos forestales poseen alta elasticidad de capital/trabajo, es decir que el trabajo puede ser reemplazado por capital de manera eficiente, así la mecanización y automatización hace que los trabajos forestales del bosque, de los aserraderos y otra industria primaria agreguen dosis crecientes de productividad lo que redunda en que cada vez emplee menos mano de obra por cada metro cúbico que produce. Para finalizar este listado no exhaustivo se puede mencionar que la enorme concentración de la propiedad en dos grandes conglomerados forestales ha producido una relativa penuria de madera y el tejido de la PyMe maderera se ve enfrentado a un colapso inminente por disminución de oferta que se prevé hacia 2020-2022. Entonces en este antiguo pacto por una parte las empresas han sido libres para emprender pero por otro lado el Estado fomentó la actividad y se transformó en cómplice del estilo de desarrollo descrito. La comunidad cansada de solo mirar ahora es cada vez más opinante y exige un nuevo trato.

El nuevo trato entre la sociedad, la actividad forestal y el rol del Estado, posee a lo menos 5 ejes, a saber:

-Eje Político: Adopción de hoja de ruta forestal común (Política Forestal)

Se trata de ir aproximando grandes consensos entre los tres actores ya descritos. Una política no es nunca un documento acabado, menos una relativa a recursos naturales. Por ello, lo que se requiere es que se institucionalice un procedimiento para arribar a acuerdos políticos gruesos. Esto generará que la sociedad posea electrones libres susceptibles de activarse frente a realidades cambiantes como es el cambio climático por ejemplo, que hace que lo que era verdad hace 10 años hoy sea parte del pasado. Un ejemplo certero de este argumento es el enorme cambio en los distritos agro-silvo ecológicos de nuestro país derivados del aumento de las temperaturas mínimas y la disminución sensible de las precipitaciones. Allí donde sólo era rentable cultivos forestales hoy puede sostener fruticultura por ejemplo.

-Eje Económico: Garantía de acceso al recurso maderero por parte de las PyMe madereras

Cualquier estrategia política del sector forestal pasa inexorablemente por sostener vivo el tejido de PyMe forestal. Para ello se requiere no solo que haya nuevos recursos forestales plantados y destinados exclusivamente a este segmento sino que aquellos dos conglomerados que poseen recursos destinen cortas exclusivas para alimentar este conglomerado empresarial mediano y pequeño que es fuertemente utilizador de mano de obra y nutre el mercado interno de madera. Sin esta destinación obligada no se podrá cumplir el objetivo explicitado en el documento de Política Forestal 2015-2035 del MINAGRI de triplicar el uso de madera en la construcción hacia el final del período.

-Eje Social: Consejos locales de desarrollo forestal (protección contra catástrofes como incendios, desarrollo rural, gestión predial del agua disponible)

Si bien pudiera haber grandes consensos en materia política forestal, el dialogo local debe ser nutrido con la resolución de los conflictos de manera efectiva. Para ello el Estado debería promover y animar consejos locales de municipios afines que se hagan cargo de las contradicciones y que las enfrenten de manera efectiva haciendo que los principales actores forestales se alineen detrás de las directrices de estos Consejos. Al ámbito local pertenecen por ejemplo los planes Municipales de Prevención de Incendios Forestales que deben ser llevados a condición de ordenanzas municipales para hacerlas efectivas. De igual manera solo localmente es posible gestionar el volumen y disposición del tránsito de camiones forestales con el objeto de disminuir su impacto negativo sobre los vecinos. También, estos consejos son un foro privilegiado que permite enfrentar y armonizar los intereses económicos de habitantes rurales y de zonas de interfaz con los intereses de las empresas forestales, utilizando de manera eficaz los sellos de certificación forestal que obligan a las empresas a fomentar el desarrollo rural responsable con sus vecinos directos.

[cita tipo=»destaque»]El éxito internacional de las empresas forestales contrasta con un relativo descuido de su patio trasero, es decir de la relación con la ciudadanía, bien o mal orientada por ingentes grupos ambientalistas que han modelado la opinión pública haciendo que la actividad forestal, de silvicultura llamada moderna, deba asumir que posee pasivos que le son achacados, de buena o mala manera, pero de los cuales debe hacerse cargo si quiere seguir existiendo[/cita]

-Eje Ambiental: Gobernanza de microcuencas forestales para APR

El agua para bebida humana es el primer objetivo que debe tener todo sistema de gestión que se instale en cuencas rurales. Esto se trata de regular los cultivos en las cuencas en función de maximizar el volumen de agua que se cosecha en la sección baja de las mismas. Este ejercicio que parece complejo no lo es tanto ya que se tienen bien cartografiadas las localizaciones de los APR y, a partir de esa localización se debe armonizar el conjunto de cultivos agrícolas y forestales en las épocas de máxima o mínima precipitación y agua subterránea.

-Eje Técnico: Plantaciones de segunda generación y aumento de valor del bosque nativo

Se trata de desarrollar silvicultura para enfrentar el cambio climático, es decir:

Silvicultura por huella hídrica. El agua como limitante del sitio:

    1. Cosecha de aguas lluvia;

    2. Mejoramiento genético para usar menos agua;

    3. Disminución densidad de plantación;

    4. Trampas de agua en los bosques y plantaciones;

    5. Planificación de cuencas de intervención;

    6. Cortas sanitarias.

Plantaciones de segunda generación. Plantar lo que se pueda donde se deba:

    1. Forestación en suelos desnudos;

    2. Recuperación de plantaciones;

    3. Plantaciones mixtas;

    4. Huertos fruto-forestales de baja densidad;

    5. El árbol en la agricultura;

    6. Diversidad de paisaje y otras variables sociales asociadas a las plantaciones.

Fomento de especies y bosques nativos. El largo plazo como estrategia forestal

    1. Plantaciones de maderas nobles;

    2. Reservas naturales en predios forestales (10%);

    3. Restauración de ecosistemas forestales.

Árboles en las ciudades. Parques populares de esparcimiento

    1. Arboles gigantes en espacios de veredas, complementación de densidad lineal;

    2. Parques urbanos en sitios eriazos.

Huertos fruto-forestales. Aprovechamiento múltiple de los árboles

    1. Manejo y revalorización de huertos antiguos;

    2. Plantación de huertos fruto-forestales;

    3. Plantaciones para PFNM.

Madera de nuevas especies como reemplazo de la madera aserrada de especies tradicionales como el Pino Radiata

    1. Aprovechamiento industrial maderero y no maderero de nuevas especies;

    2. Incentivos directos a la producción maderera y no maderera.

Silvicultura con contenido étnico

    1. Conservación de árboles patrimoniales

    2. Restauración de sitios de interés étnico-patrimonial

En futuras comunicaciones desarrollaremos los conceptos antes descritos. El autor recibirá y responderá con mucho gusto los mails que le sean remitidos a propósito de este artículo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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