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¿Aún estás en el clóset?

Janet Noseda
Por : Janet Noseda @janetnoseda Psicóloga Clínica
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Las personas gays, bisexuales y lesbianas, al igual que heterosexuales, experimentan el primer enamoramiento alrededor de los diez años de edad, pero a diferencia de las personas heterosexuales, las personas LGB tienden a ocultar este sentimiento, sienten vergüenza y culpa. Así, el hito de contar este primer enamoramiento a los padres o profesores se retrasa en a lo menos diez años, cuando salen de la escuela, pudiendo desarrollar una personalidad truncada por incluso homofobia internalizada. ¿Qué hacer entonces cuando se está en el clóset?, ¿cómo salir del clóset con una familia homofóbica o que es altamente religiosa? El clóset, representa un lugar oscuro donde esconderse del resto. He conocido pacientes adultos, de unos cuarenta años de edad, que aún viven en el clóset. También he conocido pacientes adultos que presentan odio hacia sí mismos, con alta homofobia internalizada, que nunca pudieron salir del clóset.

Según un estudio de la APA, las familias de las personas de la diversidad sexual tienden a castigar su orientación sexual o identidad de género, les prohíben tener amigos LGBTI o incluso les aplican castigos físicos. Está estudiado que, en estos casos, hay seis veces más probabilidad de presentar depresión e ideas suicidas y tres veces más de consumo de alcohol y drogas. Es por esto que son las familias las principales encargadas de aceptar a sus hijos e hijas tal como son y darse cuenta que su rechazo les hace daño, aun cuando piensan que los están ayudando. Es necesario mostrarles que de hecho hacen exactamente lo contrario.

El experimentar amor hacia personas del mismo sexo no es una patología. Amor es amor y en la especie humana se dan tres orientaciones sexuales: homosexualidad, heterosexualidad y bisexualidad, siendo todas normales, pero esta sociedad heteronormativa castiga a las formas de amor que no sean hacia personas del sexo contrario.

Se recomienda no castigar a las personas de la diversidad sexual por su orientación sexual o identidad de género, y a las personas de la diversidad sexual, poder integrar sus sentimientos como algo normal. El primer trabajo es con ellos mismos, para luego dar el segundo paso: salir del clóset.

Esto debe hacerse de manera paulatina, trabajando primero con ellos mismos para luego contar a los amigos y luego a las familias. Vivir siendo quienes realmente somos es de por sí un alivio que permite desarrollar una autoestima saludable y una autoaceptación que no sea dañina.

[cita tipo=»destaque»]Hay muchos que recriminan a las personas LGB por no salir del clóset a tiempo o incluso casarse, cuando estas conductas las hacen precisamente por culpa de nosotros, quienes los recriminamos y rechazamos. ¿Cómo salir del clóset cuando se vive en una sociedad altamente heterocentrista?[/cita]

Sé que es difícil salir del clóset en esta sociedad altamente discriminadora, pero sé también que el hacerlo conlleva vivir de forma oculta, con alta tensión psíquica constante. Si aún estás en el clóset, busca ayuda y orientación. Puedes integrarte a una organización de diversidad sexual y conocer personas igual que tú con las que puedes compartir tus vivencias y que pueden guiarte, pues han pasado las mismas vivencias. Puedes buscar ayuda con profesionales de salud mental que te ayuden a aceptarte y amarte así, tal cual eres, y acompañarte en el proceso de contar a tu familia. Imagina que es un hijo o hija tuya quien pasa por este problema e imagina qué harías para ayudarlos. Es esa ayuda y ese amor incondicional el que debes tener contigo mismo.

Hay muchos que recriminan a las personas LGB por no salir del clóset a tiempo o incluso casarse, cuando estas conductas las hacen precisamente por culpa de nosotros, quienes los recriminamos y rechazamos. ¿Cómo salir del clóset cuando se vive en una sociedad altamente heterocentrista? Observe nuestra sociedad. Las películas de amor son entre personas heterosexuales. Las parejas que caminan de la mano por nuestra sociedad son heterosexuales, la publicidad está dirigida hacia personas heterosexuales. Pues bien, no ayudamos en nada a las personas de la diversidad sexual a mostrarse tal cual son en público, y somos usted y yo, integrantes de esta sociedad, quienes debemos cambiar nuestros conceptos y no las personas LGBTI. La primera tarea para salir del clóset es con nosotros mismos, aun cuando pensemos que nada tenemos que ver con este proceso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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