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Guillier: ¿Un voladero de luces?

Por: Rodrigo Barcia Lehmann, Doctor en Derecho y Magíster en Economía, Profesor Investigador Facultad de Derecho, Universidad Finis Terrae


Señor Director:

Las últimas encuestas de Cadem reflejan que la ciudadanía tiene una muy mala evaluación de este gobierno y de la misma presidenta, con tasas de desaprobación cercanas al 70%, a lo que se suma un fuerte rechazo a todas sus reformas, incluidas la tributaria, educacional y laboral.

Sin embargo, el escaso apoyo a la Nueva Mayoría y sus políticas aparentemente no se canaliza en la opinión de los encuestados respecto de la elección presidencial, ya que la diferencia es mínima entre el candidato mejor posicionado de Vamos Chile, Sebastián Piñera, y el de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier.

Y aunque el aumento de la votación de Guillier ha inspirado unos equivocados nuevos ánimos a la coalición gobernante, éstos van a comenzar a desvanecerse. Esto porque una lectura adecuada de las encuestas de Cadem indican que Guillier prontamente tocará su techo electoral, contrariamente a lo que algunos analistas señalan de una forma un tanto irreflexiva con la frase: caballo alcanzado caballo ganado.

Ello se evidencia por dos razones. La primera es que Guillier ha apostado por una continuidad del proyecto del gobierno, lo que generará un bajo respaldo, y la segunda es que su enfoque hacia la izquierda le hará tocar el techo electoral rápidamente (históricamente, en sus mejores años la izquierda en Chile no es más del 30%).

De esta forma, Guillier verá reducida su masa electoral, alejando de su opción presidencial al 40% de los indecisos, que no son de izquierda, aunque su éxito o fracaso también dependerá de lo que haga la vereda de enfrente. La indefinición del ex presidente Piñera y la falta de articulación de un discurso que atraiga a la clase media por parte de la oposición, hacen que no aumente su intención de voto, tanto dentro como fuera del bloque de la Nueva Mayoría.

La DC es un buen ejemplo de ello. En lugar de escoger un candidato pro-clase media y mercado con igualdad, como podría haber sido Mariana Aylwin o Jorge Burgos, estaría optando por un candidato pro-populismo, como Carolina Goic.

Ante este escenario podemos preguntarnos: ¿Qué está haciendo mal la oposición que no aprovecha la mala evaluación de la Nueva Mayoría? Una respuesta plausible a esta pregunta la da Cadem, por cuanto explica el motivo del descontento y de los indecisos.

La mayoría de los encuestados señalan que el camino que ha adoptado este mandato es malo en un porcentaje abismante, sobre el 60%. Pero sobre todo, los encuestados están descontentos con el desempeño de progreso económico y las expectativas de empleo, a lo que se suma un aumento del pesimismo en cuanto al futuro del país.

La preferencia hacia políticas que vayan dirigidas al desarrollo de la clase media se ve claramente reflejada en casi todos los índices, ya que los encuestados apoyan una economía de mercado, inclinándose a favor del principio de subsidiaridad, desde que perciben que el Estado debe promover la competencia y ser un apoyo. En el mismo sentido, aproximadamente un 50% de los encuestados aprueba el modelo económico y aproximadamente un 30% está en desacuerdo con éste.

Estas cifras son relevantes, debido a que todo indica que en las elecciones presidenciales se decidirá el modelo económico que se consolidará en Chile, uno pro-mercado o uno pro-Estado, y que serán ganadas por el primer candidato en la medida que realmente represente políticas pro-mercado.

Los encuestados desean un cambio de rumbo radical respecto a las reformas que ha impulsado este gobierno en contra de las políticas pro-mercado. Lamentablemente, en el anticipo de la discusión presidencial nuestros políticos no han entendido estas señales y se han entrampado en discutir los temas que le interesan a la Nueva Mayoría.

Así, se ha entendido que en el centro del debate presidencial debería estar la Reforma Previsional para fomentar un sistema de reparto, en lugar de plantear una revisión de los proyectos de este gobierno en todos sus ámbitos.

Sin perjuicio de lo anterior, una campaña exitosa de la derecha no debe centrarse sólo en las críticas, sino en plantear de forma concreta la forma en que se modificarán las reformas tributaria, educacional y laboral, pero por sobre todo, se deben proponer nuevas políticas pro-mercado. Por ello, es crucial levantar nuevos temas, como la reducción del aparato del Estado, reducción de impuestos, destrabar las inversiones, etc.

Lamentablemente, en esta labor todavía no se ve un trabajo serio de parte de la oposición, que pueda inclinar a los electores indecisos a elegir un proyecto país que tenga un apoyo masivo.

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