Señor Director:
Las vinculaciones entre la Asociación de Industriales Pesqueros de la región del Bío Bío y la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, durante la discusión de la ley de pesca, según ha investigado e informado CIPER, son del todo graves e inaceptables.
En sus declaraciones, la dirigenta gremialista ha intentado bajar el perfil a los hechos, aduciendo que se trató de un mero intercambio de mensajes que en ningún caso influyó en su ejercicio legislativo. Francamente, una explicación como esta implica subestimar a la ciudadanía. Desde su perspectiva, pensar que lo que se buscaba era una legislación a la medida de los intereses empresariales es ser demasiado suspicaces, exagerados, algo propio de las tesis conspirativas.
La segunda explicación de la parlamentaria no es menos insatisfactoria: la ley de pesca fue finalmente votada por la unanimidad de los senadores. ¿Qué quiere decir con esto? Unanimidad significa que todos votaron de la misma forma, nada más que eso. En ningún caso la unanimidad significa transparencia o independencia en el voto, como intenta sugerir. Menos aún puede ser un signo de legitimidad ciudadana. Por lo demás, esta ley ha sido ya bastante cuestionada como para no ser ingenuos respecto de su origen.
Explicaciones infantiles e inconsistentes como éstas sólo contribuyen a acrecentar el descrédito de la ciudadanía para con la actividad política.
Paulina Morales Aguilera
