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Trump: hacia donde no queremos ir

Benjamín Maturana
Por : Benjamín Maturana Director de Investigación del Centro de Estudios Horizontal
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Los primeros días del gobierno de Donald Trump han confirmado el miedo que muchos de sus opositores tenían durante la campaña: que el presidente Trump fuera similar al candidato Trump. Porque a los seres humanos nos gusta ser optimistas, muchos esperábamos que una vez sentado en la silla presidencial, moderara su discurso, escuchara opiniones de asesores experimentados, analizara cuidadosamente sus propuestas antes de implementarlas, redujera el tono confrontacional de su discurso, etc. Desgraciadamente nada de eso ha pasado; Trump sigue siendo Trump.

Algunas de las medidas controversiales de los primeros días incluyen decretos ejecutivos para cambiar el sistema de salud de Obama (el famoso Obamacare), construir el muro en la frontera con México, retirar a EE.UU. del TPP, y el más conflictivo, bloquear el ingreso de extranjeros provenientes de siete países con mayoría musulmana. ¿Qué podemos aprender los chilenos de esto? No mucho, pero sí nos da un modelo claro de hacia donde no debiéramos apuntar como país.

En Chile debemos apuntar a ser una sociedad abierta, que valore y proteja la diversidad que trae la inmigración; que busque una mayor integración a la economía mundial y una mejor relación con nuestros vecinos; que proteja a los miembros más vulnerables con acceso a servicios de salud y otras prestaciones sociales. Ante la duda, una buena regla a seguir es hacer lo contrario a lo que está haciendo el presidente de EE.UU.

Pero además de mostrarnos lo que no debemos hacer, las medidas de Trump están abriendo oportunidades para otros países. Sorpresivamente China se está posicionando como el nuevo líder del mundo libre e integrado comercialmente, y Canadá se está ganando el respeto internacional por su acogida a refugiados rechazados por sus vecinos. En este contexto, Chile debe estar preparado para enfrentar las amenazas y aprovechar las oportunidades de este nuevo orden mundial. Dos ejemplos concretos para Chile son el cambio climático y la inmigración.

[cita tipo=»destaque»] Con respecto al cambio climático, ya no podemos contar con que la Casablanca sea quien lidere las medidas para enfrentarlo. En Chile ya estamos sufriendo sus consecuencias al evidenciar la rápida propagación de los incendios de las últimas semanas (independientemente de cómo fueron originados). Si no tomamos medidas fuertes al respecto, Chile seguirá sufriendo los efectos del cambio climático.[/cita]

Con respecto al cambio climático, ya no podemos contar con que la Casablanca sea quien lidere las medidas para enfrentarlo. En Chile ya estamos sufriendo sus consecuencias al evidenciar la rápida propagación de los incendios de las últimas semanas (independientemente de cómo fueron originados). Si no tomamos medidas fuertes al respecto, Chile seguirá sufriendo los efectos del cambio climático.

En cuanto a la inmigración, el rechazo de EE.UU. a personas provenientes de algunos países de prevalencia musulmana, y la posible incorporación de restricciones a la entrada de personas altamente calificadas abren oportunidades para nuestro país. La atracción de talento es una herramienta muy poderosa para potenciar la innovación y el desarrollo económico. Muchos de estos talentos optan por EE.UU. al poder desarrollarse profesionalmente y obtener buenas remuneraciones. Al no tener la posibilidad de ingresar a ese país, estas personas y las empresas que las contratan buscarán nuevos lugares para instalarse. Si Chile es capaz de ofrecer incentivos atractivos y facilidades tanto a nivel de empresa como de personas, esto podría ayudar a convertir a nuestro país en un nuevo polo de desarrollo para industrias tecnológicas o de servicios especializados. De la mano del beneficio para nuestro país, estaríamos dando ejemplo de acogida y apertura, algo muy necesario en este nuevo contexto internacional.

El mundo está cambiando, y si no nos adaptamos a la nueva realidad no sólo estaremos desaprovechando una gran oportunidad, sino que estaremos poniendo en riesgo nuestro propio desarrollo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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