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Incendios Forestales y gestión del Riesgo

Por: Patricia Fierro, Directora de Desarrollo Estudiantil, Universidad Andrés Bello


Señor Director:

La catástrofe que ha afectado a nuestro país, originada por incendios forestales, nos hace un llamado a la profesionalización y modernización incipiente de nuestra gestión de riesgos y desastres, volviéndose urgente una mirada más integral del problema.

En nuestro centro-sur existen familias, localidades completas y, en especial, gobiernos locales que esperan y necesitan de parte del gobierno, un apoyo integral para enfrentar las consecuencias sociales, económicas, psicológicas, ambientales y sanitarias provocadas por estos incendios.

En los últimos años, los incendios forestales se han vuelto una amenaza importante y conocida para nuestros bosques y plantaciones, afectando tanto la actividad agrícola, como comercial, dejando vulnerables a distintos actores. Era de conocimiento general que en Chile contábamos con 15,9 millones de hectáreas de cobertura forestal, con bosques nativos y plantaciones forestales que generaban empleo a muchas familias, pero también importantes riesgos, que no han sido gestionados de manera adecuada.

Visitando las localidades de la Región del Maule, Empedrado, es posible verificar el desastre producido por las llamas en esta comuna, al igual que otras más apartadas (Carrizalillo, Forel, Los Pellines, Pichamán y Maquehua). Pese a todas las gestiones de su alcalde, los esfuerzos locales se vuelven infructuosos frente a una catástrofe de esta magnitud, por lo que es necesario un cambio a nivel del gobierno central.

Asimismo, es necesario enfrentar y conocer todos los elementos a incorporar en la gestión del riesgo, los procesos de planificación, identificación y monitoreo. ¿Cómo podemos mejorar y apoyar la gestión de los alcaldes en los gobiernos locales? El gobierno central debe adoptar un enfoque formal para gestionar el riesgo de manera efectiva e integral, incorporando lo local en todos sus procesos operativos.

En Chile existe un manejo poco efectivo de ciertos riesgos que podría conducir a una exposición involuntaria a otros, saber gestionar las crecientes demandas, expectativas y atención de todos los afectados es tarea de todos. Hay una percepción que compartimos, la ausencia de una cultura del riesgo hacia un proceso claro e integrado en las catástrofes, necesitamos ampliar la mirada, no sólo de desastres, sino que también de información, educación y formación. Hay trabajar en mayores capacitaciones introduciendo estos nuevos y diferentes riesgos en los gobiernos locales.

Los organismos públicos requieren de un modelo integral que logre enfrentar los desastres con un trabajo multidisciplinario en emergencias y desastres, donde se articule la inserción de distintos profesionales de la salud, psicólogos, trabajadores sociales y/o ingenieros en prevención de riesgo, en dicho modelo. El rol de estos profesionales tiene relevancia en este tipo de intervención. No podemos esperar a que el dolor de nuestros compatriotas y la muerte de nuestros voluntarios nos enseñen nuevos métodos y formas de enfrentar la adversidad.

Patricia Fierro
Directora de Desarrollo Estudiantil
Universidad Andrés Bello

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