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La marihuana según la Sociedad Chilena de Pediatría


El dr. Humberto Soriano, presidente de la SOCHIPE, ha declarado en El Mercurio algunas sentencias que son derechamente falaces y otras especulaciones que conviene rectificar, para no confundir a la opinión pública.

Primero que nada en EE.UU no se ha legalizado la marihuana. Solo algunos Estados han permitido su cultivo y consumo para fines recreacionales (Alaska, Colorado, Washington, Washington DC, Oregon, California, Massachusets, Maine y Nevada). Cuatro de estos, lo han hecho en las elecciones de noviembre pasado. Otros veintiséis Estados permiten alguna forma de uso medicinal.

En Colorado, las estadísticas no muestran un incremento ni del consumo ni de las muertes debidas a accidentes de tránsito desde su legalización en 2014. Mientras la percepción de riesgo ante el consumo de la marihuana ha caído en Colorado entre los adolescentes, la proporción de jóvenes que han declarado usarla, ha disminuido de 22 a 20% asimismo, la prevalencia de vida ha descendido de 39 a 37% en la misma población de jóvenes. En el peor de los casos, estas estadísticas muestran que el consumo entre los adolescentes, después de la legalización, se ha mantenido estático.

Asimismo, hay estudios que son contradictorios respecto a las tendencias de accidentes de tránsito y el uso de la marihuana, aunque todos ellos coindicen en que el regulador debe velar por evitar la conducción de vehículos motorizados bajo la influencia del THC. Colorado ha creado campañas educativas para niños de 14 y más años, ha incluido una norma estricta de control de THC en sangre (hasta 5ng/ml sangre), campañas y restricciones al consumo (enmienda de aire limpio), restricciones al obtener la licencia de conducir, etc. Es decir, se ha tomado en serio su rol de regular el consumo de cannabis en su población.

[cita tipo=»destaque»]Pienso que la preocupación del dr. Soriano es una sombra sobre el cerebro de nuestros jóvenes que magnifica el rol de la marihuana en el daño a su futuro, dado que sabemos que son los determinantes sociales –sobre todo la posición de clase- los principales factores predictivos de la vida y salud de las personas. No me gusta evidenciarlo, pero este discurso solo funciona superficialmente a nivel de logos como un discurso que borra, por el solo hecho de enunciarlo a la marihuana de la superficie del planeta.[/cita]

Positivamente hablando, la idea de regular la marihuana autorizando su cultivo, facilitando el uso medicinal y regulando todo el comercio, tiene como eje la eliminación de las externalidades negativas de una política de drogas abolicionista, que termina con decenas de miles de personas procesadas en los juzgados; otros tantos en la cárcel; millonarios gastos estatales en juicios que persiguen delitos menores asociados a drogas y facilita la expansión de las actividades del mercado negro. Todo lo anterior representa un daño social evitable que se evidencia en 73.299 detenidos el 2011 por faltas a la ley de drogas.

Así las cosas, pienso que la preocupación del dr. Soriano es una sombra sobre el cerebro de nuestros jóvenes que magnifica el rol de la marihuana en el daño a su futuro, dado que sabemos que son los determinantes sociales –sobre todo la posición de clase- los principales factores predictivos de la vida y salud de las personas. No me gusta evidenciarlo, pero este discurso solo funciona superficialmente a nivel de logos como un discurso que borra, por el solo hecho de enunciarlo a la marihuana de la superficie del planeta.

Sin embargo, lamentablemente, el mercado negro de la cannabis existe, funciona lucrativamente y está totalmente desregulado: es capaz de vender cualquier droga a cualquier persona, incluso a niños. La alternativa de regular, permite terminar con el mercado negro, poniendo restricciones a quienes no deben consumir drogas y facilitando el uso de las mismas a quienes las necesitan. El narcotráfico no se terminará ni con esloganes ni con pensamiento superficial.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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