Señor Director:
El papa Francisco sugirió que existe corrupción en la Iglesia y que más vale ser ateo antes que uno de «muchos» católicos que llevan una
doble vida de hipocresía. De paso, convenientemente, presupone que sería más valioso el católico que el ateo. Sin embargo, queda una interrogante de base: ¿acaso es posible, simultáneamente, el no ser un católico hipócrita y, al mismo tiempo, comulgar con una institución de pretendida autoridad moral que sigue encubriendo sistemáticamente a pederastas? Más aún, ¿qué ejemplo de sinceridad da su líder si, tras sobrarse en anuncios rimbombantes de reforma por los medios, finalmente, sus clérigos siguen sin estar obligados a realizar las denuncias ante la justicia civil? Las palabras del Papa son inquisidoramente sabias, mas incompletas: no sólo existe corrupción en la Iglesia, sino que cabe indagar si acaso la hipocresía en el
catolicismo trasciende a la de «muchos».
Luis León Cárdenas Graide
Ingeniero Civil en Computación, Universidad de Chile
