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El mito de la cosificación en el movimiento feminista

Por: Francisco Guerrero R.


Señor Director:

La irrupción del movimiento feminista en Chile ha traído indudables beneficios a nuestra sociedad, sin embargo, junto a ello ha instalado algunas confusiones conceptuales y mitos, como el de la “cosificación femenina”. El mejor ejemplo de esto se dio a propósito del evento Miss Reef en Chile y Argentina, donde se esgrimió la supuesta «cosificación» que se haría de las mujeres participantes en dichos concursos. Ellas serían utilizadas como medios para el mero goce masculino, del mercado sexual, de las marcas auspiciadoras, etc.

Detrás de esta idea hay un engaño. En la sociedad actual, repleta de multiples servicios y productos, de mercados y consumidores, los participantes de ella nos empleamos a favor de otras personas cuyas apetencias no van necesariamente sincronizadas con nuestros fines particulares. En otras palabras, todos nos «cosificamos» unos a otros constantemente en el diario vivir para obtener beneficios recíprocos. Así el paciente que va al médico para conseguir un diagnóstico y receta para su dolencia no está interesado en saber los objetivos profesionales del galeno ni si está feliz en el actual desenvolvimiento de su profesión; ni el cliente del abogado busca conocer si la demanda que redactó llena sus intereses intelectuales, sólo busca una adecuada defensa jurídica de sus derechos. No vemos grupos de médicos, abogados o modelos alegando ser «cosificados». Dicha «cosificación», que cabe llamar de mejor manera intercambios colaborativos, está presente desde las primitivas sociedades que practicaban el trueque aun sin manejar un idioma común hasta las sofisticadas aplicaciones como Uber que coordinan a un conductor y a un pasajero, es algo consustancial a la humanidad y en la sociedad moderna sólo ha expandido sus espacios de acción.

Ya aclarados los -supuestamente- malvados medios del Miss Reef sólo queda analizar sus fines. Más bien, cabe preguntarse ¿podemos en una sociedad libre juzgar los fines de las actividades de los demás que no impliquen delitos? Alguien puede, naturalmente, considerar de mal gusto una masa de hombres babeantes detrás de una mujer mostrando sus atributos eróticos, pero cada cual es apto para decidir qué hacer de su trasero y de su tiempo. Eso incluye a las mujeres en colaless.

Francisco Guerrero R.

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