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Estación Central: nos avasallaron

Gonzalo Godoy Contreras
Por : Gonzalo Godoy Contreras Técnico en Administración de Empresas
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Tengo 35 años, los cuales siempre he vivido en la misma calle y en el mismo barrio en la comuna de Estación Central. En estos años, vivencié de manera directa todos y cada uno de los cambios que se han producido en la comuna. Vi, por ejemplo, la recuperación de la fachada de la Estación Central con la llegada del primer centro comercial de la comuna, vi como los circos abandonaron la comuna de manera paulatina, primero, con la instalación del edificio comunal y luego con la llegada del supermercado Líder. También fui testigo de la llegada de la 21 Comisaria y la paulatina caída de las manifestaciones violentas en la Villa Francia para los 29 de marzo y 11 de septiembre.

En estos 35 años, también he visto desaparecer liceos connotados en la comuna, el Anglo Chileno, que se trasladó a Maipú, y el Metropolitano, que cerró sus puertas debido al auge inmobiliario.

También fui testigo de las múltiples remodelaciones que han sufrido los tres terminales de buses en la comuna, y como uno de ellos  modernizó sus instalaciones en función del sector donde está emplazado, generando problemas menores de tráfico, pero beneficiando a miles de personas que entran y salen diariamente desde la Provincia del Maipo, Provincia de Melipilla y Provincia de Talagante.

A diferencia del Terminal San Borja, sus “hermanos”, Terminal Santiago y Terminal Sur, solo han desarrollado arreglos estructurales que han beneficiado a los locatarios de ambos terminales y, en parte, a los pasajeros de ambos. Sin duda, su deuda más grande ha sido para con los vecinos que vivimos alrededor, entre las calles General Velásquez (poniente) y Obispo Umaña (oriente), y Ecuador (norte) y Arica (sur), quienes nos hemos visto, en los últimos doce años, afectados de sobremanera en nuestra calidad de vida, la destrucción de nuestros barrios, la destrucción de calles y veredas, ante la “atenta” mirada de las autoridades comunales, representadas por Gustavo Hasbún y Rodrigo Delgado, quienes han privilegiado el avance sin control de las empresas de transporte interurbano dentro del límite comunal.

[cita tipo=»destaque»]Para llevar estos cambios dentro de la comuna, dentro del centro de la ciudad, solo es necesaria la voluntad de generar un cambio en la forma de hacer las cosas, un cambio en el modelo social y económico en el cual estamos inversos y un cambio en la forma en que somos tratados los vecinos por parte de nuestras autoridades comunales, pues, para ellos solo somos un instrumento más para llegar y perpetuarse en el poder sin obtener ningún beneficio ni mejora en la calidad de vida a cambio.[/cita]

En este tiempo, en nuestros barrios, además, se ha vivido un auge inmobiliario que recién salió a la luz pública. Hemos sido testigos privilegiados de cómo, con el beneplácito de la UDI, las empresas del rubro inmobiliario han devorado cuadras completas de viviendas, colegios y pequeños negocios, para crear lo que estamos empezando a conocer como “ghettos verticales”. Con la llegada de estos nuevos vecinos estamos empezando a sufrir las consecuencias de construcciones que no contemplaron ningún plan de mitigación vial o sanitaria. Edificios con muchos menos estacionamientos que departamentos y que, en el peor de los casos, no contemplan estacionamientos para visitas, quedando estos vehículos a merced de la delincuencia que se disparó en la comuna, teniendo como principal aliado a los mencionados terminales de buses, esto, más los constantes problemas de presión de agua, son algunas de las problemáticas que están provocando un sentimiento de abandono y frustración en las personas.

Nuestros nuevos vecinos, que llegan con maletas llenas de ilusiones a vivir a donde ellos creen, podrán cumplir sus sueños, sin duda tienen las mismas problemáticas de quienes llevamos décadas viviendo en el sector, en el caso específico de quien escribe, siendo cuarta generación de residentes en esta comuna.

La ausencia de Plan Regulador en una comuna céntrica como la nuestra, a esta altura ya no se explica. Tampoco que el alcalde Rodrigo Delgado quiera llevar a cabo un plan regulador sectorial que implica directamente no realizar una consulta ciudadana, pisoteando nuevamente a los vecinos. Tampoco que el año 2012 haya inaugurado un monolito financiado por quienes destruyeron nuestros barrios con sus buses, a dos semanas de la elección que gano estrechamente a Camilo Ballesteros.

¿Existe solución a la problemática del terminal de buses?

Desde mi punto de vista, como vecino, si existe. Sería un necio si desconociera un grado de aporte a la economía local de los terminales de buses. Las personas que llegan a los terminales, aportan directamente comprando en nuestros negocios, lo cual es siempre bienvenido. Ahora, ¿Qué pasaría si en vez de tener dos terminales en pleno centro de la ciudad, trasladáramos uno, convirtiéndolo en dos nuevos terminales, que estuviesen ubicados en el anillo de Vespucio o cercano a autopistas interurbanas que tuviesen acceso directo a terminales intermodales?

En lo que conocemos actualmente como Terminal Sur (terrenos municipales), diariamente salen buses hacia el norte, costa central, sur del país e incluso al extranjero, provocando el colapso diario en las calles aledañas. Esta congestión vehicular no es provocada por el aumento del parque automotriz que podría estar ligada al boom inmobiliario, está directamente relacionada al aumento de frecuencia de salidas (y llegadas) de buses desde ambos terminales de buses, que nunca contemplaron planes de mitigación vial.

Retomando la pregunta planteada en otro párrafo, una ciudad moderna e interconectada, contempla una amplia gama de interconexión vial (interurbano, red de metro y en superficie) desde la periferia hacia el interior. No es descabellado pensar entonces en instalar un terminal de buses norte en sectores cercanos a Recoleta (Metro Vespucio Norte) o Conchalí (futura línea 3 del metro), un nuevo terminal de buses sur con acceso directo a General Velásquez y cercano a la nueva línea 6, donde Cerrillos corre con una ventaja tremenda desde el punto de vista operativo. San Bernardo también sería muy buena opción, pero no hay contemplación de una línea de metro en el corto plazo hacia la comuna. Estas opciones, implican directamente que se mantenga un terminal de buses al lado de otro, pero solo con salidas hacia la quinta región, porque querámoslo o no, Estación Central es la entrada directa de quienes llegan desde la costa a la capital, apoyando mucho su funcionamiento, en lo que puede aportar intermodal de Pajaritos en pos de la descongestión vial.

Para llevar estos cambios dentro de la comuna, dentro del centro de la ciudad, solo es necesaria la voluntad de generar un cambio en la forma de hacer las cosas, un cambio en el modelo social y económico en el cual estamos inmersos y un cambio en la forma en que somos tratados los vecinos por parte de nuestras autoridades comunales, pues, para ellos solo somos un instrumento más para llegar y perpetuarse en el poder sin obtener ningún beneficio ni mejora en la calidad de vida a cambio.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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