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El sueño bolivariano del colonizador

Por: Sara Moreno Fernández, abogada Universidad Paris Ouest Nanterre La Défense y Profesora Universidad Finis Terrae


Señor Director:

En materia de cooperación internacional el candidato a la presidencia de Francia, Jean-Luc Mélenchon quiere retirarse de los proyectos que considera neoliberales, y propone la construcción de cooperaciones altermundialistas, adhiriendo en particular a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

En el sitio web del candidato, se explica que Francia es en realidad un país latinoamericano ya que tiene más de 700 kilómetros de frontera con Brasil, en Guyana, territorio de ultramar convertido hoy en región administrativa francesa. Posteriormente, su comando aclaró que esto era un proyecto local, destinado exclusivamente al desarrollo de dicha región.

Como quiera que sea, Francia no es un país latinoamericano, todos lo sabemos, ese no es el problema. El problema de esta proposición es que Guyana está hoy paralizada, en medio de una enorme crisis social que viene arrastrando hace siglos. Esta región, que está bajo tutela francesa desde el siglo XVII, ha sido objeto de una consistente política extractiva por parte de su colonizador –fue mucho tiempo zona de producción esclavista y posteriormente un sitio de deportación política y de presidio- que la ha dejado en un estado de profundo subdesarrollo económico y de insoluble dependencia a las subvenciones de la metrópolis.

Tiene hoy, más de 22% de cesantía, sueldos 30% menores a los de la metrópolis, productos alimenticios 45% más caros que en Francia continental y recibe un continuo flujo de inmigración de sus vecinos que no logra absorber adecuadamente y agrava su situación. En este contexto, la proposición del candidato Mélenchon toma un relieve particular. Si bien es deseable que Guyana teja relaciones de cooperación con sus vecinos, no hay que perder de vista que ésta no tiene ni por cerca el mismo desarrollo económico que su metrópolis.

De modo que uno podría preguntarse, ¿por qué adscribir un acuerdo minoritario en la región, cuyos mayores logros han sido en el área de la salud y la educación –vacunatorios, atenciones primarias y alfabetización, que en Guyana están cubiertas por el Estado francés-, cuando existen otros proyectos de cooperación como el UNASUR o el MERCOSUR, que tienen mayor adhesión en la región y ofrecen evidentes oportunidades de desarrollo para Guyana? Sin duda porque desde un cómodo departamento parisino, donde no falta ni la leche ni el arroz, el sueño bolivariano es muy romántico. Desde allí, todos podemos ser el Che Guevara…

Sara Moreno Fernández, abogada Universidad Paris Ouest Nanterre La Défense y Profesora Universidad Finis Terrae

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