Señor Director:
Todos sabemos o podemos saber las consecuencias de tener una ley que prohíbe la asistencia médica para abortar.
El ex-ministro de la salud, Jaime Mañalich, dice que cuando fue ministro, 14 mil mujeres llegaban a los hospitales cada año, por causa de interrupciones de embarazo inducidas con fármacos. (Lo que significa que los abortos son inevitables, a pesar de ley que los prohíbe, y de debates de valores).
Amnistía Internacional dice que prohibir a las mujeres asistencia médica para abortar es una violación a los Derechos Humanos.
Ex-ministra de Salud, Helia Molina, dijo que las mujeres con dinero abortan en clínicas privadas. Fácil es deducir que todas todas las mujeres harían lo mismo si tuvieran dinero. En realidad, todos los chilenos desean que los abortos se hagan con asistencia médica.
El hecho de manifestarse contrario a los abortos es compatible con aceptar asistencia médica para los abortos inevitables.
Urgente entonces, despenalizar los abortos en Chile.
Jaime Escandón
Trabajador Social en Chile y Canadá
Master en Trabajo Social, U. de Montréal, Canadá
