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Ley de garantías de derechos de la niñez, oportunidad de hablar en serio

No basta con sentir vergüenza ante los abusos o la indefensión que sufren en Chile muchos de nuestros niños si no somos capaces de entender que tenemos la obligación de proteger y garantizar a la niñez como una etapa determinante en el futuro de nuestro país.


El martes pasado en la Cámara de Diputados aprobamos en su primer trámite constitucional una ley que crea un sistema de garantías para los derechos de la niñez. Esta es una ley sin duda necesaria, pero que por sobre todo nos da la oportunidad para definir la protección de los derechos de los niños, incluso desde su primer desarrollo intrauterino.

En nuestro país estamos en deuda con la protección de los niños, casos como el del Sename generan una indignación generalizada, pero revelan también la vulnerabilidad en que viven miles de niños que están bajo la tutela del Estado. Y estos no son los únicos casos, solo más recientes.

El debate en torno a esta ley nos debe dar la oportunidad de abordar de manera seria esta materia, no basta con consolidar en este cuerpo legal derechos que en su mayoría ya se encuentran reconocidos y vigentes en nuestra legislación, sino que debe apuntar en dar herramientas eficaces de protección ante la vulneración de los derechos de los niños.

Lo mismo ocurre frente a temas abordados por el proyecto y que generan debate, como lo es la autonomía progresiva de los niños y como esto puede compatibilizarse con la necesaria supervisión de los padres sobre sus hijos. El proyecto declara que “todo niño tiene derecho a desarrollar su vida privada, a gozar de intimidad y a mantener comunicaciones sin injerencias arbitrarias o ilegales y los padres deben respetar este derecho”, pero solo basta pensar en la realidad de nuestros hijos en redes sociales, y las múltiples amenazas que el mal uso de ellas pueden significar para ellos mismos, no aparece de sentido común restringir a los padres de intervenir ante un potencial bullying que su hijo este sufriendo.

Garantizar el derecho y deber preferente de los padres y/o madres a educar a sus hijos, y que es deber del Estado respetar, promover y proteger el ejercicio de esta responsabilidad, es parte relevante de este proyecto y nos permite entender que la autonomía progresiva tiene un límite natural y evidente en este derecho de los padres.

Otro tema abordado y aprobado en la iniciativa es el de la protección del desarrollo del niño aun desde la vida intrauterina, lo que ha generado controversia por sus efectos futuros ante la eventual contradicción de aprobarse el proyecto de aborto bajo tres causales del mismo gobierno, pero esto nos parece evidente si pensamos que la protección del desarrollo del niño desde la concepción es lo que garantiza nuestra constitución política.

Esperamos que la discusión en el Senado confirme las mejoras al proyecto del Ejecutivo aprobadas por la Cámara, y que mantenga el espíritu de tomar el tema de la niñez con la urgencia y trascendencia que necesita y merece. No basta con sentir vergüenza ante los abusos o la indefensión que sufren en Chile muchos de nuestros niños si no somos capaces de entender que tenemos la obligación de proteger y garantizar a la niñez como una etapa determinante en el futuro de nuestro país.

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