Las primarias han demostrado algo que a estas alturas es evidente. Las políticas de reforma estructural del gobierno de Bachelet han fracasado estrepitosamente. Estas políticas más enfocadas en mesianismos conceptuales, que en el bienestar de la población, explican también el fracaso del Frente Amplio (que ha sido uno de sus principales impulsores).
A pesar del alto despliegue de medios de comunicación a fin de las ideas de izquierda y de tener en dichas ideas un gran respaldo en la intelectualidad chilena, las propuestas que se han escuchado en los debates de los candidatos del Frente Amplio rayan casi en el infantilismo en el caso de Mayol -expropiaciones sin indemnización, un tren rápido al Sur, etc.- y de una vaguedad superlativa de Sánchez -aumento de la gratuidad en todos los derechos sociales y no al lucro-.
[cita tipo=»destaque»]¿Es realmente una sorpresa lo ocurrido en las primarias con el Frente Amplio? La respuesta es un rotundo, no. Las encuestas vienen hace tiempo castigando las políticas estructurales de Bachelet. Incluso en muchos países es insostenible que un gobierno se pueda mantener con los bajos niveles de apoyo ciudadano que tiene la presente administración.[/cita]
La cruda realidad es que el Frente Amplio, y las ideas que representan, tienen alrededor de 290 mil votantes, lo que en definitiva augura un estrepitoso fracaso como proyecto político. En la práctica el Frente Amplio ni siquiera se acerca a la votación de Ossandón (aproximadamente 340 mil votos).
¿Es realmente una sorpresa lo ocurrido en las primarias con el Frente Amplio? La respuesta es un rotundo, no. Las encuestas vienen hace tiempo castigando las políticas estructurales de Bachelet. Incluso en muchos países es insostenible que un gobierno se pueda mantener con los bajos niveles de apoyo ciudadano que tiene la presente administración.
Las protestas y las marchas no han representado el sentir de la población, y ello se ha visto reflejado en las encuestas y en la presente elección. Es verdad que el Proyecto Político de la Nueva Mayoría y del Frente Amplio aparece incombustible ante el rechazo ciudadano mayoritario, y que ello le sigue dando ímpetus al planteamiento de políticas económicas francamente desastrosas, pero todo ello lo único que va a generar es una caída abismante en la Nueva Mayoría.
El fracaso del Frente Amplio es un aviso que aún los sectores más fanáticos de la izquierda chavista de la Nueva Mayoría no pueden ignorar. Y ello se le plantea a la Nueva Mayoría no como un reto frente a las próximas elecciones, sino a la sobrevivencia como conglomerado político (lo que incluye a los partidos que la componen). A estas alturas Guillier no podrá enmendar el rumbo. No sólo por cuanto no sería creíble que se ubicará más en el centro político, sino porque ha demostrado que sus convicciones políticas están más cerca del PC que de la DC. La duda es si el bloque PS/DC se rearticulará para dar lugar a una centro izquierda, que sí tiene apoyo ciudadano, o sí el PS insistirá en seguir inclinándose hacia una izquierda más cercana al chavismo boliviariano.
