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¿Descentralizar creando Regiones?


El momento en el cual nuestro país dejó de lado las finanzas públicas priorizando temas políticos es un punto de quiebre que lamentablemente nos aleja cada vez más de salir de la desaceleración y del subdesarrollo.

La «nueva» región de Ñuble, es sólo la seguidilla de acciones incomprensibles económicamente hablando, que ya vimos con la creación de la Región de los Ríos y de Arica y Parinacota.

Inevitable es querer ver los estudios de rigor que se han hecho para que Chile se siga dividiendo con dos claros efectos negativos: El primero un gasto público que aumenta en forma millonaria y absurda sin tomar el peso de la crisis económica que vive el país. El segundo la «fiesta» política que esto genera ante la «oferta» de casi 2.500 empleos públicos: más diputados, senadores, intendentes y un sinfín de puestos que se contradicen a la lógica económica.

Si bien es cierto la actividad económica de Ñuble es muy distinta a la del Gran Concepción, no se traduce del todo en la práctica el discurso que esto traerá «múltiples beneficios» a los habitantes de la nueva región. Si pensáramos en actividades económicas,  geografía o identidad estaríamos también pensando en que Arauco fuese una futura región.

Es entendible que los habitantes de Ñuble sientan orgullo al ser región, tener autonomía de Concepción y la tan ansiada identidad cultural, además que la característica de su producción económica es agropecuaria y forestal a diferencia del Bío-Bío en general.

[cita tipo=»destaque»]¿Se vuelve más competitivo Ñuble y con mayores ventajas comparativas? Si la respuesta es positiva de todas formas creo que no es el momento de crear más regiones, sea aquí o en otra parte de Chile pues el escenario económico es nefasto, el PIB no logra recuperarse, la deuda asciende y las prioridades son otras.[/cita]

¿Se vuelve más competitivo Ñuble y con mayores ventajas comparativas? Si la respuesta es positiva de todas formas creo que no es el momento de crear más regiones, sea aquí o en otra parte de Chile pues el escenario económico es nefasto, el PIB no logra recuperarse, la deuda asciende y las prioridades son otras. Además, la calidad de vida de la gente no mejora al crear más regiones, mejora cuando los recursos se administran y distribuyen en forma eficiente. No necesitamos más regiones ni más cargos públicos, SI mejor administración pública, adecuada distribución y uso eficiente de los recursos.

Desde el concepto de identidad y dando autonomía a Chillán como capital regional los Ñublenses  podrán verse beneficiados sin duda alguna, pero los beneficios son mínimos comparados con los costos millonarios de crear una región, un análisis simple y obvio para cualquier persona con mínima noción económica.

El «discurso político» sobre la descentralización es, teóricamente aceptable pero en la práctica nuevamente una falacia. De muestra un botón: ¿Dónde se toman las decisiones? En Santiago. Qué contradictorio resulta ver que mientras NO hay recursos para temas que son prioridad e incluso urgencia, éstos aparecen en forma mágica y con apoyo parlamentario total.

Para terminar; ¿Cómo el Ministerio de Hacienda pretende solventar un gasto que supera los 200 mil millones para crear otra nueva región? La evidencia de las dos últimas regiones creadas en Chile deja claro el panorama. Tema aparte es el desmedro económico en una «nueva Región del Bío-Bío», que ya no será la segunda más importante de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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