Publicidad

Fibra Óptica Austral: un hito para el desarrollo

Rodrigo Ramírez Pino
Por : Rodrigo Ramírez Pino Presidente de la Cámara Chilena de Infraestructura Digital, investigador Flacso-Chile Latam Digital y ex subsecretario de Telecomunicaciones.
Ver Más


Este miércoles se cerró el plazo para la recepción de ofertas del proyecto de Fibra óptica Austral en el tramo submarino, y recibimos con mucha gratitud la llegada de propuestas de distintas empresas y consorcios para concursar y adjudicarse la construcción y despliegue de los casi 3.000 kilómetros de cable subacuático, infraestructura que permitirá dotar de mejor conectividad a la Patagonia, junto a otros casi mil kilómetros de tramos terrestres, también en licitación y con plazo de recepción para el próximo 17 de agosto. Una infraestructura óptica que, una vez operativa, será clave para la implementación de políticas públicas que propiciarán proyectos locales, regionales y a nivel global, diseñados para acercar a la gente de la Patagonia a nuevas herramientas que les permitan forjar su futuro al alero de tecnologías que potencien su identidad y patrimonio.

El Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet ha hecho un esfuerzo gigantesco, con una apuesta subsidiaria de 100 millones de dólares, sin precedentes en la historia del país en Telecomunicaciones, para dotar de infraestructura de alta velocidad y capacidad al sur austral. Se ha trabajado para cumplir la palabra empeñada, no por un gobierno en particular, sino por el Estado de Chile, de llevar mejor conectividad para el desarrollo y la integración de la zona. Y para ello se ha tenido el coraje de impulsar un proyecto que ha concitado el interés de empresas de todo el mundo.

[cita tipo=»destaque»]La Fibra Óptica Austral tiene el atractivo de incorporar la visión de un Estado responsable y preocupado de construir una nueva matriz digital para el país. Ese es su sello.[/cita]

Un interés que es fruto de la mutua comprensión de todos los actores involucrados, el Estado y el mundo privado, de lo que se debe hacer por el desarrollo del país. Y hoy nuestro optimismo está también marcado por eso. Porque, entendemos lo que necesitamos. Identificamos nuestras coincidencias y sabemos lo que debemos hacer en base a ellas. Coincidimos en que la asociación público-privada va de la mano y sin ella no hay posibilidades de desarrollo. Concordamos en que es necesaria más y mejor infraestructura digital, mayores inversiones, nuevos modelos de desarrollo y un marco regulatorio convergente.

El trabajo ha sido arduo. Hoy hemos vivido un primer hito: la recepción de ofertas para el troncal submarino. Ello da cuenta de ese coraje, pero también de la seriedad con que hicimos nuestro este desafío. La Fibra Óptica Austral tiene el atractivo de incorporar la visión de un Estado responsable y preocupado de construir una nueva matriz digital para el país. Ese es su sello. Las cosas bien hechas han traído como resultado el que la industria se sume a esta tarea; al reto de empujar a la Patagonia y sus habitantes hacia su plena integración con Chile y el mundo. La industria logró sintetizar y asimilar nuestro mensaje y hoy toma parte en esta tremenda oportunidad que tenemos entre manos para convertir a Chile en un polo de desarrollo digital, académico, científico e industrial para el mundo conectado en que vivimos. La oportunidad es de todos. El coraje también. Todo ello es la base de esa confianza que hoy nos permite saber que este proyecto es, justamente, esa oportunidad. Y que por el bien de los habitantes de la Patagonia, emprendimos el camino en la dirección correcta y contamos con la certeza de haber hecho lo adecuado. La certeza de que Estado e industria tienen una visión compartida, y desde hoy asumen mancomunados la tarea de cambiar, no sólo el rostro del sur extremo del país, sino también el desarrollo futuro de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias