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En respuesta a nota “¿Qué debo hacer si sorprendo a mi hijo con marihuana u otra droga?”

Por: Pamela Dyer


Señor Director:

Desde mi experiencia como psicoterapeuta de tratamiento de adicciones, quisiera aclarar algunos aspectos señalados acerca del consumo en la nota publicada. Fundamentalmente me centraré en 3:

1.Los adolescentes que pueden desarrollar una adicción no son sólo aquellos con antecedentes familiares. Esto aumenta el riesgo, pero la experiencia clínica muestra que cualquier persona que consume durante cierto tiempo y frecuencia alcohol y/o drogas tiene el riesgo de desarrollar una adicción, más aún cuando el consumo comienza en la adolescencia debido a la vulnerabilidad que presenta un cerebro que no ha completado su desarrollo.

2.Detrás del consumo no necesariamente hay un “problema” psicológico. La mayoría de los jóvenes que llegan a desarrollar una adicción no posee un problema psicológico de base; lo que generalmente ocurre es que el consumo comienza dentro del grupo de pares en un contexto recreativo. En ese sentido es importante conocer a los amigos de nuestros hijos, y saber qué hacen en los carretes.

3.La prevención no sólo pasa porque los adolescentes tengan información respecto a los efectos y consecuencias del consumo… en general conocen bastante, incluso más aún que sus padres. En el campo de las adicciones se tiende a ver que la prevención es más efectiva cuando se trabaja con los padres de los jóvenes, dado que en esta etapa, tal vez la responsabilidad principal es de ellos. Muchos padres creen que por ejemplo, “aprender a tomar” es una excelente forma de prevenir excesos con el alcohol, cuando lo que se ve es que por lo general esto no tiene el efecto deseado, además de promover el inicio del consumo a edades tempranas.

Quizás haya que invertir el enfoque y preguntarse: ¿Por qué no plantearse que los padres pueden no estar a favor de que sus hijos adolescentes consuman? Muchos responderían que “porque lo van a hacer más todavía”…
Hace unas semanas estuvo en Chile el equipo islandés que entre los años 1995 y 2015 logró reducir el consumo en adolescentes de manera asombrosa (el de marihuana se redujo de un 17% a un 3%). Parte del éxito de su plan fue que los padres no promovieran el consumo sino hasta después de los 18 años. “No les decimos que no consuman nunca, les decimos que lo hagan después de los 18. Suena un acuerdo sensato”. Esa es su postura, y les ha funcionado.

En el área de las adicciones es frecuente encontrase con padres que han delegado la responsabilidad sobre estos asuntos en el colegio, la Iglesia, el grupo de scout… y que en materias de consumo tienden a seguir a los hijos más que informarse y tomar una postura clara al respecto. Estudios en Chile muestran que a menor percepción de riesgo de los padres, el consumo aumenta en adolescentes, lo que claramente demuestra que la opinión de los padres sí influye, y esto es fundamental ya que el riesgo de desarrollar una adicción aumenta considerablemente cuando el consumo se inicia antes de los 18 años.

Pamela Dyer, Psicóloga UC especialista en Adicciones
Co-fundadora PuntoAparte Psicoterapia

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