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Cosas de fútbol

Por: Juan Poblete Montenegro


Señor Director:

Mucho se puede decir de lo bueno y lo malo de nuestro fútbol de los últimos años. Pero el fútbol, aparte de ser una hermosa actividad deportiva que atrae a muchos, hoy en día es una actividad esencialmente social. Tan es así que paraliza un país entero, en el caso de un gran evento como son las eliminatorias y ni que decir del mundial mismo.

La derrota es más dolorosa cuando en el aire se perciben señales de haberse desaprovechado la oportunidad de clasificar hace ya bastante tiempo atrás. Duele también porque a pesar de la fama de sus cracks, Chile no hizo goles y al parecer nadie lo señaló como el aspecto esencial del futbol para ganar. Ningún dirigente, entrenador, jugador o periodista dijo que lo esencial para ir a pelear la posibilidad a Brasil era que había que hacer goles. Es obvio, pero es lo mismo que cuando le dice un padre a su hijo que se va a una excursión a la montaña: cuídate..

Duele porque el mundial no es solo la fiesta del fútbol, sino también la vitrina desde donde se proyectan al mundo las nuevas generaciones de futbolistas, para dar tiraje a las nuevas generaciones, la repetición de rostros en una selección de tan poco reciclaje, dice solamente respecto de la comodidad de los entrenadores para no innovar y dar oportunidades a otros, y en este punto, pocos se salvan.

Duele porque se da a los jóvenes talentos emergentes un mal ejemplo respecto a la inmensa diferencia entre el desempeño de un jugador por su equipo en el club extranjero y el desempeño en su selección.

La selección no debiera estar formada por los mejores, debería estar formada por buenos jugadores que en su conjunto aseguren el equipo más completo y apto para hacer goles y ganar partidos.

Desde hace tiempo y no solo en el fútbol, hemos caído en una vanidad asombrosa y estéril, “ratona” si se me permite usar un termino gráfico, pero sin pretender ofender.

Se omite decir la verdad cuando no estamos obligados a decirla, incluso en las actitudes más simples, se calcula mal la oportunidad, y se espera que otros se desgasten por uno, triste y mala práctica, conocida vulgarmente como la aversión a mojarse el potito.

El país va crecer y seremos verdaderamente diferentes, cuando aspiremos a ser los más completos, en el fútbol , en la universidad, en los hospitales , en las industrias en los Gobiernos y en toda actividad de equipo, después aspirar a ser los mejores y para eso nos falta mucho.

No estoy triste, estoy muy conforme, porque como muchas veces se ha dicho, Dios sabe por qué, cómo y cuándo se hacen las cosas, y el fútbol es una cosa producida por personas, y son estas las que deben cambiar , no las cosas.

Espero sea bien recibido este pensamiento, lo emito con respeto y la humildad de siempre.

Juan Poblete Montenegro
Abogado-Ingeniero Civil Universidad de Chile

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