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Los desafíos para transitar hacia la Cuarta Revolución Industrial Opinión

Los desafíos para transitar hacia la Cuarta Revolución Industrial

El desafío que significa para cualquier empresa, rubro o país, subirse a esta Cuarta Revolución Industrial es enorme. Es por ello que debe enfrentarse en alianzas y de manera colaborativa entre todos. La Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria se empeña en construir puentes y redes entre ambos países para impulsar un ecosistema de innovación en Chile, que tome algunos de los elementos claves del éxito del modelo que Alemania ha desarrollado en los más diversos ámbitos. Así Chile podría dar un paso más hacia una mayor productividad y competitividad, aprovechando los beneficios que entrega la Industria 4.0 y logrando un mayor bienestar para todos.


Las palabras “innovación” y “digitalización” ya están en boca de todos. Crecientemente se menciona además el concepto de Industria 4.0. Y aunque toda la historia de la humanidad se ha caracterizado por grandes inventos que cambiaron el mundo y sin los cuales nuestra vida no habría transcurrido de la misma manera, se percibe hoy una situación distinta.

Esta Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0 que lleva a la automatización y el intercambio de datos a un nuevo nivel, estableciendo sistemas ciberfísicos en el espacio del Internet de las Cosas (IoT) y el Big Data, implica cambios inéditos por la dimensión de su impacto y su velocidad vertiginosa.

No solamente han cambiado las empresas que hoy lideran por su valorización, los modelos de negocios que imponen o las tecnologías que utilizan. También hemos cambiado nosotros mismos en nuestra manera de conectarnos, debido a la revolución digital. En muy pocos años ha cambiado el mundo entero y seguirá cambiando en adelante cada vez con mayor velocidad y profundidad.

Gracias a su capacidad innovadora, Alemania ha logrado, durante su historia, sobrellevar exitosamente constantes procesos de conversión y ajustes. Algunos de los secretos de su éxito han sido su gran capacidad para crear alianzas estratégicas entre los más diversos actores en un ecosistema colaborativo y de excelencia, así como el diseño de políticas públicas de largo plazo con apuestas de alto valor y alcance. Otro secreto son los así llamados “hidden champions”, pequeñas y medianas empresas con un alto grado de especialización, relevantes capacidades de innovación  y que exportan sus productos de tecnología de punta a todo el mundo. Aunque sus nombres no aparecen entre las marcas más conocidas, juegan en las grandes ligas de la globalización gracias a su competitividad.

[cita tipo=»destaque»]No solamente han cambiado las empresas que hoy lideran por su valorización, los modelos de negocios que imponen o las tecnologías que utilizan. También hemos cambiado nosotros mismos en nuestra manera de conectarnos, debido a la revolución digital. En muy pocos años ha cambiado el mundo entero y seguirá cambiando en adelante cada vez con mayor velocidad y profundidad.[/cita]

Para todo ello, se conjugan varios elementos claves: la colaboración entre empresas, universidades y centros de investigación, que permite transferir y aplicar los últimos avances en ciencia y tecnología tanto a los procesos de producción como a los mismos productos o a los desafíos de la sociedad en general. A ello se agregan un alineamiento de programas públicos de fomento con los desafíos del desarrollo económico y de sustentabilidad, así como un sistema educativo moderno y de formación profesional dual, que asegura contar con técnicos altamente calificados.

A esto se suma la consciencia de los empresarios sobre el rol social que desempeñan en las comunidades donde operan, caracterizada por el apego a las normas legales y ambientales, así como el respeto hacia los empleados, que se traduce en un alto nivel de lealtad e identificación de los trabajadores con sus empresas.

Mientras las primeras tres revoluciones industriales tuvieron un impacto primordialmente en maquinaria y tecnología dura, esta Cuarta Revolución impacta más que ninguna de las anteriores en las personas. Por ello podemos afirmar que esta vez serán las personas la piedra angular de la transformación. De hecho, la supervivencia de las empresas dentro de este ciclón tecnológico dependerá, en primer lugar, de los talentos, su formación, atracción y constante capacitación, más que de la absorción tecnológica en sí.

El desafío que significa para cualquier empresa, rubro o país, subirse a esta Cuarta Revolución Industrial es enorme. Es por ello que debe enfrentarse en alianzas y de manera colaborativa entre todos. CAMCHAL se empeña en construir puentes y redes entre ambos países para impulsar un ecosistema de innovación en Chile que tome algunos de los elementos claves del éxito del modelo que Alemania ha desarrollado en los más diversos ámbitos. Así Chile podría dar un paso más hacia una mayor productividad y competitividad, aprovechando los beneficios que entrega la Industria 4.0 y logrando un mayor bienestar para todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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