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Entre el escenario de la segunda vuelta y un futuro gobierno del Frente Amplio: el “para qué” del voto

Por: Marcelo Moraga


Señor Director:

En la actualidad, dentro del Frente Amplio se han esgrimido posiciones sobre qué es lo que deben hacer sus adherentes en la elección de la segunda vuelta.

Existen posiciones que señalan que el voto a favor de Guillier permite frenar a la derecha. Otros, un poco más desafectados con la posible diferencia entre uno y otro promueven la tesis clásica: “porque Guillier es el mal menor”. Y hay otra opción, la que consiste en creer que da lo mismo un gobierno de Piñera o uno de Guillier, y que por lo tanto habría que dejar que Piñera fuese el vencedor, «porque así es más fácil identificar al enemigo”. Sin embargo, es posible una tesis distinta de las anteriores, y que permite incorporar aspectos de las ya mencionadas, construyendo camino propio: en torno al «para qué».

Desde el escenario actual, que viene construyéndose desde hace ya tiempo (con la salida de la DC del gobierno y su desorientación actual, la crisis de liderazgos en el PPD y PS, la devaluación de la imagen de figuras connotadas de la política tradicional en la NM y la derecha, y la burbuja electoral de Piñera en primera vuelta) sostengo que el hecho que Guillier sea elegido presidente contribuirá a generar dos situaciones complementarias, y funcionales para el Frente Amplio:

a) el último gobierno de la Nueva Mayoría; cansada, desalentada y autoconvencida de estar viviendo, más que una renovación, una etapa programática ya cerrada y, a la vez, un debilitamiento orgánico sustancial, y

b) crisis de liderazgo en la derecha, en tanto una derrota de Piñera presionará por una mayor renovación (y más rápida) de los enclaves tradicionales de ChileVamos, agotando el modelo “piñerista” y dando vida a una tensión entre posturas liberales y conservadoras, con tendencia de mayorías duales en el enclave, pero todavía minoritarias en el plano de la participación política en Chile

En ese eventual escenario, el Frente Amplio tiene todo para correr con recursos simbólicos y capacidades materiales concretas, para así reducir las distancias con los otros conglomerados, apostando a una elección 2021 con muchas posibilidades de triunfar y de legitimar ideas y creencias en el sustrato cultural del país. En esa línea, por ejemplo, los nuevos parlamentarios deben ser los primeros en reconocer sus errores, pues la lupa mediática estará sobre ellos. Si lo hacen medianamente bien, entonces habrán cumplido con el desafío de hacer crecer al proyecto y fortalecer su imagen positiva (lo mismo para los CORE e inclusive las Federaciones de Estudiantes que hoy representan al FA en el mundo estudiantil).

Si el Frente Amplio lee el escenario de segunda vuelta para 4 años más, inclusive, para 8 y 12 años más (liderazgos capaces, diversos y variados los hay), el voto de este 17 de diciembre debe ser para Guillier. Siendo una oposición constructiva, creativa y democrática, el Frente Amplio podrá comenzar a crecer para aspirar a convertirse en la nueva caja matriz de ideas políticas y culturales del Chile post transición.

En síntesis, en los adherentes al Frente Amplio, la discusión sobre el voto a Guillier no debe restringirse a la idea de “porque es el mal menor”, o “porque es igual a Piñera”, sino aspirar a desarrollar un camino estratégicamente labrado que se exprese en la pregunta política del «¿para qué?»

Marcelo Moraga, Sociólogo y Magíster en Investigación Social y Dedarrollo

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