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Cero privacidad, un futuro prometedor para la salud

Si usted es un paciente sano podrá ganar tiempo en caso de tener alguna enfermedad, y si es un paciente enfermo, estará tan monitoreado en línea por su doctor que no podrá si quiera engañarle con una pequeña mentira en su comportamiento alimenticio o de ejercicios.


Cuando nos hablan de la invasión a la privacidad, por lo general son las externalidades negativas las que primero aparecen, y luego de mucho sacar cuentas, surgen las externalidades positivas. Un claro ejemplo de esto, fueron las cámaras de seguridad instaladas en globos aerostáticos por las Municipalidades de Las Condes y Barnechea, donde los reclamos apuntaron directo contra la privacidad y por escrito a las autoridades, no obstante, ante los aumentos sostenidos en seguridad la gente prefiere tranzar.

Pues bien, para el caso de la salud veremos en poco tiempo algo muy similar con los nano-sensores, que son diminutos chips o parches para la piel que tendrán la revolucionaria capacidad de captar información relevante para su salud. Estos artefactos podrán detectar a tiempo cualquier tipo de anomalías, almacenar y enviar incluso por bluetooth la información, serán capaces de detectar diabetes, fertilidad, colesterol, lactato, células cancerígenas, lípidos, coagulación de la sangre, marcadores cardiacos, infecciones respiratorias, infecciones sexuales, enfermedades genéticas, entre otras enfermedades. En resumen, si usted es un paciente sano podrá ganar tiempo en caso de tener alguna enfermedad, y si es un paciente enfermo, estará tan monitoreado en línea por su doctor que no podrá si quiera engañarle con una pequeña mentira en su comportamiento alimenticio o de ejercicios.

Así es, estaremos absolutamente observados en línea con tan solo un parche en el brazo. Cada uno podrá juzgar cuánto gana la medicina con todos estos datos en tiempo real o cuánto de lo que considera su privacidad termina en el sistema de salud. Lo cierto es que gracias a la nanotecnología se avizoran evidentes externalidades positivas. Por ejemplo, actualmente una persona desde que siente un malestar hasta que tiene el diagnóstico y tratamiento puede pasar dos semanas, desde que pide la hora al doctor, el facultativo da la orden para el laboratorio, el laboratorio da hora para el análisis, el laboratorio entrega el análisis, vuelve al doctor y éste tiene un diagnóstico con tratamiento, esto considerando un sistema de salud privado y acceso rápido a la hora con el doctor.

Ante tal evidencia, se deben comparar estas dos semanas con 30 minutos o menos, donde los nuevos pasos son: consulta al doctor, envío del tipo de información para análisis y diagnóstico, incluso podrá ser en la misma consulta. De la misma manera, hay que considerar un ahorro importante en el sistema previsional y en laboratorios. Pero, tal vez, lo más importante estará en ganarle tiempo a cualquier enfermedad. Es de esperar, que cuando se comience a ver esta tecnología activa y operativa no aparezcan nuevamente los protectores de la privacidad en situaciones que solo podría sumar al desarrollo y la salud.

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