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La ciencia en período de elecciones

Por: Claudio Martínez


Señor Director:

Muchos piensan que la innovación surge espontáneamente, como una ampolleta que se prende mágicamente, o como las musas que hablan a los oídos de los poetas. Algo de esta idea de espontaneidad pareciera impregnar los programas de los candidatos presidenciales. Quienes trabajamos en investigación sabemos que no es así, que es parte de un proceso más complejo, producto de la investigación y el desarrollo.

El tema de la ciencia, en ambas candidaturas, tiene capítulo propio dentro de los programas de gobierno. Es cierto que necesitamos mejorar su institucionalidad, tema principal de la preocupación, pero lograr la aplicabilidad del conocimiento y el desarrollo económico que ambos proponen solo es posible con la creación de una cultura científica transversal, no apropiable, como eje estratégico del futuro del país.

Desde las políticas públicas hay que aportar a la creación de una cultura científica, pensamiento crítico y capacidad analítica que fomente la investigación en las variadas áreas del conocimiento. Recién sobre esta base sólida favorecer el emprendimiento y la innovación, porque son procesos más complejos que copiar o adaptar lo de afuera.

Casos para ejemplificar sobran, el éxito tiene que ver con investigación y ciencia: como el trabajo académico que dio origen a la internet o los avances que permitieron descifrar el genoma, ambos trabajos colaborativos, desde diversas instituciones y producto de años de esfuerzo, sin embargo seguimos dándole demasiada publicidad a un par de jóvenes encerrados en un garaje que dieron “por arte de magia” con el invento tecnológico del siglo.

Sobran en ambas propuestas los “mayor investigación en” o “aumentar I+D” asociados a asignación de recursos, programas, consejos e incentivos que no aseguran que realmente nos desarrollemos. No olvidemos lo que pasó con el salitre y el cobre, recursos naturales en abundancia que no fueron suficientes para crear una industria concatenada que agregara valor en la economía. Desde las universidades nos estamos organizando para que no suceda lo mismo con el litio, por el futuro de nuestro país.

Ambos candidatos separan conceptos que son eslabones de un mismo proceso. Hay una concepción simplista de la investigación, el desarrollo y la innovación y una sobre valoración del emprendimiento. Una visión economicista que separa a la ciencia de las áreas estratégicas, con poca capacidad de trabajo colaborativo, duplicidad de esfuerzo y falta de mirada de conjunto, de Estado.

Claudio Martínez
Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Santiago de Chile

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