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Discriminación por omisión hacia adultos mayores que requieren estudiar

Por: Montserrat Avilés Zavando


Señor Director:

En las últimas semanas se vivió el proceso de matrícula en las instituciones de educación superior. Sin embargo, la mayor acción periodística se centró en informar sobre los postulantes jóvenes y sus familias, con sus sueños y orgullo por la oportunidad de ser profesionales, descuidando lo que sucede con la población adulto mayor de nuestro país en relación al acceso a este tipo de instituciones.

De acuerdo con cifras entregadas por la encuesta CASEN del año 2015, el número de personas mayores de 60 años en Chile es de 3.075.603, correspondiente a un 17,5% de la población total.

Además se conoce por el MINSAL que en 2017, 110 personas mayores de 55 años ingresaron a estudiar con gratuidad en Universidades, Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales.

Considerando lo anterior, queda en manifiesto que son bajos los números de beneficiados y por lo tanto, pocos los que tienen la posibilidad de matricularse en estas instituciones, incluyendo en esta discusión otra problemática que enfrentan los adultos mayores: las bajas pensiones. Entonces, ¿el problema principal será que hay un bajo interés de estas personas en acceder a este tipo de educación o existe discriminación por omisión desde la sociedad evidenciada en el bajo fomento dentro de programas del Estado y marketing universitario?

Montserrat Avilés Zavando

Fonoaudióloga Universidad de Valparaíso
Diplomada en Fonoaudiología Geronto-Geriátrica

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