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Cuidados paliativos y eutanasia en Chile: hacia una sociedad más compasiva Opinión

Cuidados paliativos y eutanasia en Chile: hacia una sociedad más compasiva

Ana María Gazmuri
Por : Ana María Gazmuri Diputada Coordinadora Bancada Transversal Regulación por la Paz
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Debido al caso de Paula Díaz, una joven de tan solo 20 años, quien lleva más de cuatro años sufriendo por una enfermedad, y por tantos más, es necesario incorporar en los protocolos de cuidados paliativos el uso del Cannabis y sus derivados, facilitando el acceso a ellos como política pública. Anhelamos transformarnos en una sociedad más compasiva, que respete la voluntad de quienes, a pesar de amar la vida, claman por cesar su sufrimiento.


Entre los múltiples temas pendientes en el área de la salud en nuestro país, hay uno en particular, en el que como sociedad estamos dolorosamente en falta: el derecho a decidir sobre la propia muerte, allí cuando la vida se vuelve intolerable.

Como ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación en estos últimos días, Paula Díaz es una joven de tan solo 20 años, quien lleva más de cuatro años sufriendo y hoy pide, en estricto rigor clama, que nos hagamos cargo de garantizar su derecho a descansar. Su caso ha dejado en evidencia la falta de garantías por parte del Estado para asegurar el bienestar de sus ciudadanos.

Hace más de cuatro años que Paula no ha dejado de sentir dolor en ningún momento. No puede sentarse, pararse, ni siquiera comer.; peor aún, no puede abrazar a su madre. Los analgésicos generan efectos adversos en su salud y no sirven para calmar su dolor. Y esto abre la discusión sobre otro tema dolorosamente pendiente en nuestra sociedad, como lo es el correcto acceso a cuidados paliativos, el cual debe incorporar todas las alternativas terapéuticas disponibles. Hoy existe evidencia científica concluyente respecto a la utilidad del cannabis para tratar dolores neuropáticos resistentes a otros medicamentos, así como su eficacia en el manejo de crisis convulsivas, como es el caso de Paula. La lista de dolencias que son tratables con cannabis —según las evidencias científicas que respaldan sus beneficios— es extensa, sin embargo, en este caso es tan fuerte el dolor que, a pesar de ser una ayuda más eficaz que las alternativas “oficiales”, no es suficiente.

Como Fundación hemos apoyado a Paula y su familia, poniendo a su disposición tratamientos en base a Cannabis para ayudar en algo a manejar su dura situación, en espera a que el Estado responda a su justa demanda por una muerte digna.  Compartimos aquí el testimonio que nos ha hecho llegar Vanessa, hermana de Paula:

“Hasta ahora mi mamá le ha estado dando extracto de Cannabis, lo que ha resultado bien, el cambio ha sido notorio y lo importante es que Paula ha podido descansar. Ustedes como Fundación han sido un gran apoyo para nosotras, agradecemos el esfuerzo que han hecho por Paula proporcionándole una ayuda que nadie más le ha brindado, además de estar preocupándose de ella constantemente. Creo que la labor que realizan es muy importante y han podido ayudar a muchas familias que, al igual que la nuestra, se ven desesperadas por no poder ayudar a un ser querido que se encuentra sufriendo. Es terrible que Paula, quien ha sido prácticamente abandonada por el Estado, se encuentre en esta situación, y poder encontrar al menos una alternativa para calmar sus crisis, convulsiones y dolores; poder darle aunque sea un momento de calma y tranquilidad a su vida llena de sufrimiento, es reconfortante. Gracias a ustedes Paula tiene la posibilidad de dormir durante la noche, lo que hasta antes del uso del extracto era imposible. Agradecemos de todo corazón su apoyo y esperamos que sigan creciendo.

Muchas gracias a ustedes, Ana María; gracias por hacernos ver que no estamos solas y que somos muchos luchando por la dignidad de quienes han sido vulnerados y abandonados por este sistema que solo busca empastillar frente al dolor.”

Paula y su familia nos están pidiendo que tomemos en serio su petición de considerar su voluntad de morir con dignidad. Valoramos inmensamente las voces que se han alzado para poner este tema en el debate nacional, como las de los diputados del Frente Amplio, Vlado Mirosevic y Gabriel Boric.

[cita tipo= «destaque»]esto abre la discusión sobre otro tema dolorosamente pendiente en nuestra sociedad, como lo es el correcto acceso a cuidados paliativos, el cual debe incorporar todas las alternativas terapéuticas disponibles. Hoy existe evidencia científica concluyente respecto a la utilidad del cannabis para tratar dolores neuropáticos resistentes a otros medicamentos, así como su eficacia en el manejo de crisis convulsivas, como es el caso de Paula. La lista de dolencias que son tratables con cannabis —según las evidencias científicas que respaldan sus beneficios— es extensa, sin embargo, en este caso es tan fuerte el dolor que, a pesar de ser una ayuda más eficaz que las alternativas “oficiales”, no es suficiente.[/cita]

Si bien sabemos que es un tema complejo, el debate debe avanzar con rapidez, cada día es un nuevo día de dolor y sufrimiento para Paula y su familia, y no se está considerando su voluntad como sujeto de derecho, transformándola en objeto de una discusión moral o religiosa.

La ciudadanía también ha expresado su mirada, reflejada en un 68% de apoyo para aprobar en Chile la eutanasia, sumándose así a los cinco países que la contemplan en sus legislaciones. Holanda fue el primer país en legalizarla, el 2001, cuando permitió el suicidio asistido por médicos en caso de que los pacientes así lo deseen y sufran dolores insoportables sin esperanza de alguna cura. Una comisión compuesta por un médico, un abogado y un experto en asuntos éticos revisa cada caso y toman una decisión. Se suman a Holanda países como Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia.

Por Paula y por tantos más, exigimos, en primer lugar, incorporar en los protocolos de cuidados paliativos el uso del Cannabis y sus derivados, facilitando el acceso a ellos como política pública, y, en segundo término, anhelamos transformarnos en una sociedad más compasiva, que respete la voluntad de quienes, a pesar de amar la vida, claman por cesar su sufrimiento.

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