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Lan Express, decir me equivoqué es un valor que no tiene precio

Por: Sonia Rabagliati


Señor Director:

A propósito de los 70 tripulantes de cabina recientemente “desvinculados” de Lan Express, me surgen varias preguntas.
Luego de un proceso de selección, los jóvenes elegidos deben hacer un curso de tiempo completo durante dos meses sin remuneraciones. Muchos de ellos, con grandes sacrificios con el fin de cumplir su sueño.

Después viene una graduación, con diplomas y discursos felicitándolos por haber cumplido la meta de ser parte de una gran empresa donde podrán desarrollarse. Misión cumplida, de ahí para adelante vienen el esfuerzo, las ganas de servir y la satisfacción de ser parte y contribuir a entregar la “mejor experiencia de volar” a sus usuarios.

Dos contratos a plazo fijo es el camino que han debido recorrer que se vería coronado por el tan esperado contrato indefinido.
Todo eso quedó truncado, el día 15 de marzo de este año, cuando en vez de llegarles el contrato para la firma, recibió el curso completo un llamado, avisándoles que serían “desvinculados” por necesidades de la empresa, e instándolos a devolver sus uniformes a la brevedad para que no se los fueran a descontar. Aunque parezca increíble también les recomendaron volver a postular el año siguiente.

Me pregunto: cuánto vale –o cuánto no vale- la honradez, la lealtad, la empatía, las promesas no cumplidas. ¿Cuánto vale para una empresa su credibilidad y el hacerse cargo de los compromisos adoptados?

Qué es legal, seguro. Para eso no se escatima en hordas de abogados. Pero ¿es honesto, es transparente, es moral jugar con las expectativas, el esfuerzo y los recursos invertidos de tantos jóvenes?

Ahora que están haciendo nuevos cursos y partiendo con el mismo proceso de selección, me preguntaba, y por qué invierten tanto para preparar a su personal si los van a mantener mientras dura el contrato a plazo fijo? Bueno, habría que preguntarle al Sence, cuánto de esto financia el Estado, a lo mejor por ahí va la cosa.

En un momento en que las empresas han asumido que tienen más responsabilidades que solo buenos números a toda costa, y que la credibilidad y la honestidad son un valor a cultivar, llamo a Lan Express a recapacitar. No hay nada más noble que darse cuenta de un error, y decir, me equivoqué.

Sonia Rabagliati

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