Señor Director:
“El Estado debe ser austero y eficiente en el uso de los recursos públicos que financian todos los ciudadanos con sus impuestos y nunca debe aceptar ser capturado por la burocracia, la corrupción o los operadores políticos” o al menos eso es lo que señaló el presidente Sebastián Piñera al momento de asumir su cargo en marzo de este año.
La explicación del televisor comprado con recursos públicos se suma a los gastos por el viaje del ministro Larraín a la Universidad Harvard. La excusa agrava la falta. En medio de la controversia, Larraín anunció el reembolso al Fisco por el remanente del costo del viaje, cifrado en $1.792.930. Respecto al Televisor comprado, desde La Moneda explicaron que en el palacio ubicado en Viña del Mar sólo había aparatos pequeños y antiguos, y dado el rol que la administración de Piñera quiere darle al recinto ubicado en Viña del Mar se requería una televisión multiuso que, por ejemplo, incluyera la función de streaming.
A lo anterior se suma que el 25 de abril del año en curso el influyente jefe del segundo piso de La Moneda Cristián Larroulet, solicitó a todos los ministros y subsecretarios que entregaran detalles sobre los viajes al extranjero. Sin embargo, en el sitio web oficial no había registros de los viajes realizados por los ministros de Educación, del Interior y Economía. Desde esta última cartera aseguraron que «está todo en norma, aprobado y registrado», y que desconocían porqué no aparecía la información, la cual fue rectificada minutos antes de la publicación por su medio.
Chadwick tiempo atrás señaló: “Somos un gobierno que queremos ser fiscalizados, porque queremos hacer bien las cosas, porque no queremos esconder nada”.
Es de esperar que las desprolijidades del gobierno no dañen la función pública, la transparencia y la cada vez más alicaída percepción ciudadana de sus autoridades frente a la mesura en el gasto público.
Rodolfo Andrés Saldivia Lillo
Abogado
