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La Iglesia federal: la profecía de José Miguel Infante Opinión

La Iglesia federal: la profecía de José Miguel Infante

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
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Más allá de los gestos y de “visitadores-interventores” en la iglesia Católica frente a los abusos sexuales potenciados por “el poder”- , la iglesia Católica requiere reformas en su estructura, su ontología organizacional, una eclesiología renovada donde se devuelva a la comunidad cristiana de base el sentido de vivir la fe de la fraternidad, el respeto al otro y el destino universal de los bienes. Aquella donde el sacerdote (o sacerdotisa, casado o soltero) es un testigo que acompaña pero no es el “dueño” intocable de la organización. Es reconocer los aportes de la Reforma Protestante (los 500 años de Lutero), que bien valoraba Erasmo en su crítica a los abusos de poder en un catolicismo centralizado y corrupto por el dinero y el poder (aunque Erasmo también advirtió el peligro de la “literalidad” de la palabra que hoy algunos evangélicos y católicos usan contra los homosexuales aunque no hay palabra alguna discriminatoria en los evangelios).

Leonardo Boff, el teólogo de la liberación brasileño en 1978 con su tesis doctoral “Iglesia, Carisma y Poder”, ya advertía el mal de la romanización desde la conversión de Constantino en una estructura imperial absolutista. Ratzinger, con quien debatía, lo censuró, como a Hans Kung por rebatir la “infalibilidad Papal”.

En Chile también hubo voces que alentaron la renovación. El obispo Manuel Larraín desde Talca apoyó tanto la reforma agraria en los 1950 como la subversiva creación del CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) que daba voz a las iglesias locales, ampliando la deliberación con enormes aportes en Medellín (1968), Puebla (1979) y luego con el Papa Francisco cuando era Cardenal en “Aparecida (2007). Luego Miguel Caviedes (nació en Coltauco, se educó en el Liceo Óscar Castro de Rancagua y fue párroco de Pichidegua) el sacerdote y futuro obispo de Osorno clave en el empoderamiento laical, generó cientos de documentos y manuales de formación de lideresas y líderes de comunidades eclesiales de base (las CEB), como verdadera vida de la iglesia Católica.

Su paso por Osorno, donde luego le sucedió otro obispo en favor del empoderamiento laical como Alejandro Goic, son evidentes en la rebelión contra el obispo Barros que encabeza la red laical con vocería de Juan Carlos Claret. Las revistas “Pastoral Popular” y “Reflexión y Liberación” han insistido en dicha perspectiva por décadas. En los últimos años, el jesuita Jorge Costadoat ha insistido en romper la homologación “Jerarquía sinónimo de Iglesia”, llamando a la iglesia policéntrica, lo que le ha costado censura en Teología de la UC. La teóloga Sandra Arenas y movimientos auto convocados de laicos piden reforma organizacional ahora, a la cual se suman organismo pastorales que piden pasar de iglesia cuestionada a iglesia en sínodo participativo para reinventarse.

El propio Papa Francisco desde la historicidad argentina, invita a la “unidad en la diversidad”, citando esta idea de Rosas, el creador del “arreglo federal” entre Buenos Aires y las provincias del interior, en la consolidación de la Independencia, la que a diferencia de Chile y su guerra civil de 1830 que culmina con el golpe centralista portaliano, logra combinar poder vertical (ser uno) con una fuerte horizontalidad (somos muchos) que implica poder redistribuido (diversidad, disenso, conflicto, interculturalidad, diálogo, otredad).

En lo teórico sorprende el aporte “profético” de un federalista acérrimo como José Miguel Infante, cristiano moderno e incorruptible que dio su vida a la independencia, los derechos humanos y a la autonomía de las comunidades territoriales.

Infante constituyó la primera oposición de ideas en Chile al editar El Valdiviano Federal hasta su muerte (1844), por el cual logró moderar actuaciones de los gobiernos portalianos, implacables en el orden, la supresión de gobiernos locales y el acoso a liberales y federalistas: la voz terrible: exigió elegir un congreso democrático en diciembre de 1810, financió la guerrilla de Manuel Rodríguez, le pidió a O´Higgins que abdicara para evitar la guerra civil, apoyó la idea contra factual de un Chile federal. Fue además un católico reformista y liberal, que expresó sus opiniones modernas, sin temor al pensamiento Ilustrado, en fuertes disputa con los sectores españolistas y conservadores.

El presidente Domingo Santa María en una sentida biografía de Infante, dice: “Distinguíase por la firmeza de carácter, por su fe, laboriosidad, franqueza, y sobre todo por una moralidad que no rindió jamás a la pasión y por una sed de justicia que llegó a hacer de su nombre un honroso proverbio”. En la vieja sede de la Biblioteca del Congreso Nacional en Santiago se guarda la copia del Reglamento Provisorio que lleva la firma de Infante el 19 de enero de 1827. Es una utopía (un no lugar) de un país con regiones autónomas:

Las Asambleas provinciales se compondrán de los diputados elegidos y tendrían, entre otras atribuciones las siguientes: Decretar todos los establecimientos de educación, policía, prosperidad, y beneficencia, que convengan á la Provincia; Velar sobre la inversión legal de los fondos públicos provinciales, haciendo examinar sus cuentas y corrigiendo sus abusos; organizar la milicia provincial…crear un tesorero provincial que residirá en la Capital de la Provincia.

Fracasa su propuesta constitucional por la resistencia conservadora y por los desacuerdos entre las ocho provincias que conformaban Chile. Los conservadores-pelucones, o´higginistas y estanqueros (el grupo de Portales), se sublevan alegando que no se elige un vicepresidente de sus filas, y se produce el levantamiento que inaugurará el ciclo centralista y autoritario tras la Batalla de Lircay.

Infante se refugia en El Valdiviano Federal que editaba desde 1827, siendo uno de los fundadores del periodismo americano. Lo trataron de cooptar al nombrarlo ministro de la Corte Suprema y profesor de leyes de la Universidad de Chile, pero rehúsa aceptarlos; no quiere ser cómplice de un poder que él mismo califica de autoritario.

El catolicismo liberal y moderno de Infante: extractos del Valdiviano Federal:

Infante fue un evangelista rojo, como se califican a los pensadores de formación cristiana profunda que se atrevieron a desafiar poderes de su época: los derechos de los indígenas (Bartolomé de las Casas), la emancipación de la absolutista España (Miguel Hidalgo en México, Camilo Henríquez en Chile) o luego defendieron la solidaridad estructural (del padre Vives a Clotario Blest, del Padre Hurtado al cardenal Silva Henríquez). En esa línea estuvo Infante; un laico atrevido que propuso debates que siguen vigentes: formación madura de religiosos y monjas, democracia en la Iglesia (como volver a la importancia de las comunidades), liberación de los pobres con acceso a la propiedad productiva, testimonio fuerte contra los abusos de autoridad e incansable defensa del mensaje pacifista de Cristo. Aquí van algunas de sus ideas en El Valdiviano Federal.
Una fuente laical para el debate que viene contra la organización centralizada y concentrada donde crece el abuso:

LIBERTAD Y CRISTIANISMO 11 de diciembre de 1827

La religión de Jesu-Cristo ha cambiado la faz del mundo, ha dado su verdadero valor a las virtudes cívicas y ha demarcado los vicios. Los Brutos y los Manlios no son ya necesarios para cimentar la suerte de las repúblicas, y el mismo Catón moderaría su estoica rigidez, si volviese a nacer. Las luces del día no exigen estos esfuerzos extraordinarios del genio, tan superiores a la naturaleza del hombre, y en los poderes bien deslindados, hacen estribar el orden de las repúblicas; pero el buen ciudadano respeta barreras que él mismo ha levantado para su propia defensa, y ve a su sombra refluir del centro de la prosperidad común de los pueblos, la prosperidad doméstica en el centro de sus familias.

DEMOCRACIA ECLESIÁSTICA, 26 de abril, 1828.

Hasta el siglo 13 los obispos eran nombrados por los pueblos, mas el poder tendiendo siempre al absolutismo, logró al fin despojarles de ese precioso derecho para ejercerlo por sí. Hoy también se suspende la ley que recién les había permitido nombrar sus curas, cuya autoridad no es aun sombra de la de los obispos. Maíz como es de esperarse, se pone nuevamente en ejercicio, a los intendentes corresponde (como se propone en este artículo) presentar al prelado eclesiástico los dos individuos que el pueblo elija.

DENUNCIA DEL AJUSTICIAMIENTO DE DISIDENTES. Noviembre 13 de 1828

Ayer a las once de la mañana fueron ejecutados en la plaza de la primer fuente de la alameda del Tajamar, los subtenientes don Hilario Paredes y don Francisco Trujillo, reos del delito de sedición, fueron degradados en público, sobre un tablado construido acerca del patíbulo, donde fueron fusilados a continuación, siendo después colgados sus cadáveres de una horca. Un concurso de mas de cuatro mil personas presenció el acto…La relación que precede parece dirigida a hacer alarde de la crueldad, la que suponiéndola emanada de la ley, su recuerdo no puede contribuir sino a indignar al hombre humano y sensible; y al descrédito del país haciendo saber al mundo, que en el se infligen los castigos atroces que la civilización ha proscrito generalmente…Los díscolos serán impotentes teniendo contra si la opinión pública.

CONTRA LA CENSURA DE LIBROS. Diciembre 15 de 1832

Se hacia increíble que la obra del ilustre Bastl en que los alumnos del Instituto estudian el derecho de gentes, se interceptase en las aduanas por comisionados de la autoridad eclesiástica; pero ya no es extraño a vista de que según el articulo citado igual suerte corren el inmortal Montesquiu, el Antenor, el Eusebio, el Belisario, el Ensayo sobre las costumbres, y el Llorenu historia de los horrores de la Inquisición Española…como en todas las naciones y en todas las épocas los escritos de los amantes de la humanidad, han atacado abusos y usurpaciones de ambas; vendrá tiempo en que cada una forme también en Chile su catalogo de prohibiciones de libros la una de los que se quiera llamar irreligiosos o inmorales, la otra de los subversivos del orden, con lo que el remedio adoptado va a doblar el mal lejos de removerlo.

POR UNA GLESIA LIBRE DEL ABSOLUTISMO. Diciembre 28 de 1833

Nunca será demasiado repetir con los más célebres políticos. Los concordatos no se han reducido a otra cosa que a dar cada autoridad lo que no le pertenece. La silla apostólica concediente a los reyes la facultad de presentar los obispos, les concede lo que en muchos siglos fue propio de los pueblos. Los reyes concediendo a los Papas la de confirmar los presentados, les conceden lo que fue atribución de los Metropolitanos, y concilios. Esta liga entre las dos haciéndolo victimas de las combinaciones opresoras de ambos poderes. El trono y la tiara acordaron las cruzadas en que sin fruto alguno fue sacrificada en diferentes épocas la flor de la juventud europea. El trono y la tiara crearon la Inquisición, que condenó a las llamas a millares de inocentes porque no fueron de la opinión de sus verdugos. El trono y la tiara han impuesto silencio a las prensas, impidiendo la propagación de las luces. El trono y la tiara han frustrado los esfuerzos heroicos que desde fines del siglo anterior han hecho para recuperar su libertad todas las Naciones de esa parte tal vez la más infortunada del globo.

EDUCACIÓN MADURA PARA SACER DOTESY MONJAS. Mayo ,1, 1838.

En 823 se dictó por ley, que las profesiones religiosas no pudiesen darse a personas ni de uno ni de otro sexo hasta la edad de veinticinco años, a fin de que con mayor madurez resolviesen sobre tan crítico estado. Con tan benéficas disposiciones procuraron aquellos gobiernos mejoran las costumbres…Sólo las preocupaciones adquiridas desde la infancia podrá hacer desconocer, que un joven fraile a quien desde la edad de diez y seis años no se da otra ocupación, que la mental en la oración, y en estudios metafísicos, careciendo aún de las distracciones inocentes, de que disfrutan los demás individuos de la sociedad, no esté en más peligro de pervertirse.

NO LE CENSUREN LA POLÍTICA A LOS JÓVENES. Marzo 19 de 1843

Con asombro hemos leído en el reglamento para el establecimiento de educación religiosa moral y científica, que dirigen en esta ciudad los señores Romo y Briceño el siguiente artículo: Art. 32 Le será ajena a todo alumno toda conversación inmoral, irreligiosa, o que tienda a atacar la política del gobierno su pena de ser expulsado del establecimiento, si después de reconvenido, no se corrigiese…Desterrada la política ¿Cuál juventud versada en los negocios de la república producirán nuestros colegios, que pueda después tomar las riendas de la administración pública? Pero lo que se quiere es, que no la haya, si solo hombre adecuados para el vasallaje.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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