Opinión
Hace algunas semanas la opinión pública se vio remecida por la triste noticia de la muerte de una joven estudiante, quien era víctima de ciberbullying por parte de sus pares. Su partida nos deja con un sabor amargo y con una gran inquietud ¿cómo puedo proteger a mis hijos de este nuevo tipo de amenazas? ¿existe alguna herramienta legal con la que podamos frenar estas situaciones online?
Si bien nuestro país el año 2011 promulgó la ley 20.536 sobre violencia escolar, que entre otros temas sanciona la conducta de humillación y violencia dentro de un establecimiento educacional, se trata de un cuerpo normativo genérico, de difícil fiscalización, que no menciona en forma expresa el ciberbullying, y que no impone sanciones directas contra los estudiantes o adultos que cometan bullying en comunidades educativas, sino que impone la obligación de tener un Consejo Escolar o Comité de Buena Convivencia Escolar y definir las sanciones para cada caso, estableciendo una multa de hasta 50 UTM en caso que el colegio no aplique las medidas correctivas pertinentes.
En este contexto, si el bullying no va acompañado de otras conductas como amenazas o lesiones, a nivel penal no es mucho lo que se puede hacer, debiendo los afectados recurrir directamente al establecimiento educacional en base a la normativa ya citada, o eventualmente presentar un recurso de protección.
[cita tipo=»destaque»]En el contexto de las redes sociales, hay medidas preventivas que se pueden tomar, como limitar la configuración de privacidad respecto de terceros, bloquear contactos no deseados, y hacer uso de los sistemas de bajada de contenido (comúnmente denominados notice and takedown) que las redes sociales contemplan, siendo procedimientos rápidos y expeditos en las cuales es posible bajar contenido de este tipo mediante una solicitud online. Por ejemplo, Facebook tiene un centro de prevención de bullying donde entrega información y herramientas para adolescentes, padres y educadores. [/cita]
En el contexto de las redes sociales, hay medidas preventivas que se pueden tomar, como limitar la configuración de privacidad respecto de terceros, bloquear contactos no deseados, y hacer uso de los sistemas de bajada de contenido (comúnmente denominados notice and takedown) que las redes sociales contemplan, siendo procedimientos rápidos y expeditos en las cuales es posible bajar contenido de este tipo mediante una solicitud online. Por ejemplo, Facebook tiene un centro de prevención de bullying donde entrega información y herramientas para adolescentes, padres y educadores.
En esta misma línea, en mayo de este año Instagram anunció una actualización de su filtro de comentarios ofensivos para filtrar automáticamente los comentarios de casos de ciberbullying, controlando los posteos que contienen ataques a la apariencia o el carácter de una persona, así como las amenazas para el bienestar o la salud de la misma.
Por otro lado, instituciones como Fundación Pro Bono se están ocupando en forma activa del tema, siendo un muy buen ejemplo el manual titulado “Implicancias Legales del Bullying”, el cual fue publicado en conjunto con el Grupo Educar, para instruir a la comunidad respecto de la responsabilidad de las instituciones de enseñanza básica y media, los padres y de la Superintendencia, junto con las acciones legales que se pueden tomar.
Si bien queda mucho por hacer, resulta sumamente importante informarse y utilizar de manera mucho más activa las herramientas que hoy existen para tratar de combatir este problema. Internet avanza mucho más rápido que la ley, por lo que, sin perjuicio de adecuaciones a la ley sobre violencia escolar, o a nuevos proyectos que sancionen derechamente el ciberbullying, es necesario tener presente que la tecnología llegó para quedarse, por eso depende de nosotros adaptarnos y utilizar eficazmente las herramientas que hoy existen para combatir el ciberbullying.
