Opinión
Para nadie es un misterio la realidad financiera en la que se encuentran las municipalidades del país. Sin bien, existen casos emblemáticos y distinguiendo entre aquellos municipios cuestionados por corrupción y otros en situación de “crisis financiera”, todos ellos sufren las consecuencias de décadas administrando miseria. Los municipios son sistemas altamente complejos en su administración y están lejos de aquella figura, ya legendaria, de meros recolectores de basura y encargados del ornato comunal.
Los Alcaldes (as) cada día enfrentan, lo que en la jerga municipal se denomina “incendios financieros”: Cotizaciones impagas, deudas de arrastre de proveedores, corte de suministros básicos, cubrir la planilla, entre otros compromisos. A lo que se suman las burocráticas y asfixiantes exigencias sectoriales (rendiciones, cumplimiento de ejecución del gasto, etc.) y para colmo, dar respuesta a la siempre y nunca bien recibida “Contraloría”.
En este decadente escenario, los Alcaldes (as) y funcionarios se encuentran verdaderamente atrapados y sin salida. Un ejemplo claro de ello es el pago de intereses por mora en el pago previsional. Pues los Alcaldes y funcionarios que ejecutan dicho pago son drásticamente sancionados (pudiendo incluso llegar a la destitución) Mientras que el no pago oportuno de dicha obligación es producto de situaciones burocráticas ya identificadas: No existe correlación entre los ingresos y gastos de un período (gastos permanentes contra ingresos relativos. Es el caso del sistema de financiamiento de la educación municipal) Los programas sectoriales se financian con un desfase de 3 a 4 meses en promedio. Ello obliga a que las autoridades municipales y funcionarios deban hacer verdaderas “tesis doctorales” de creatividad financiera. Muchas veces traspasando la delgada línea de la “creatividad”.
[cita tipo=»destaque»]Para cualquier ciudadano no experto en finanzas, las cifras oficiales expuestas no son consistentes y dan cuenta de la poca exactitud de los reportes financieros. Sin dejar de mencionar que el sitio web del SINIM (Sistema Nacional de Información Municipal – SUBDERE) no se encuentra la información de pasivos trimestrales de esta comuna; mientras que en el sitio web de Contraloría General de la República no tiene información disponible de los BEP año 2018[/cita]
Ante esta realidad, nos queda por preguntar: Contraloría tiene conocimiento de la verdadera crisis financiera de los municipios ¿Las autoridades del nivel central tienen valorizada la deuda del sector?
Sin pretender ser alarmista, la respuesta a ambas preguntas es NO. Y de muestra un botón:
Viña del Mar :
Deuda Flotante PPT, según Contraloría : $ 1.893.963.000.- a Dic de 2017
Deuda Flotante PPT, según Municipio : $ 5.487.247.101.- a Ene de 2018
Saldo devengado no pagado, según Municipio : $ 12.898.342.924.- a Ene de 2018
Deuda Flotante PPT, según Municipio : $ 5.487.247.101.- a Abr de 2018
Saldo devengado no pagado, según Municipio : $ 27.061.085.663.- a Abr de 2018*
*Sobre base devengada.
Para cualquier ciudadano no experto en finanzas, las cifras oficiales expuestas no son consistentes y dan cuenta de la poca exactitud de los reportes financieros. Sin dejar de mencionar que el sitio web del SINIM (Sistema Nacional de Información Municipal – SUBDERE) no se encuentra la información de pasivos trimestrales de esta comuna; mientras que en el sitio web de Contraloría General de la República no tiene información disponible de los BEP año 2018.
Urgente y relevante entonces es:
1.- Que los municipios orienten su gestión financiera a presionar los “ingresos” y no los gastos. Para ello, debe mejorar su gestión fiscal (recaudación)
2.- Que los municipios asuman con prontitud y determinación el desafío de migrar hacia la Norma Internacional de Información Financiera, NIC – SP. Lo que implica trasparentar y homologar sus estados financieros.
3.- Que la CGR aplique una política de “prevención por sobre la sanción”. El déficit debe preverse, pues este es el resultado de una deficiente fiscalización y control.
Tal vez este sea un camino para buscar la “salida” a esta dura realidad que enfrentan los Alcaldes (as) de nuestro País.
