Señor Director:
Estimo que las demandas de Perú y Bolivia contra Chile presentadas ante el Tribunal Internacional de La Haya, dejaron en evidencia una posición reactiva y falta de iniciativa por parte de la cancillería chilena. Sin embargo, algunos expertos en RR.EE. y políticos han culpado al Pacto de Bogotá.
Independiente si ahora lo mejor sea que Chile se mantenga o salga del mencionado tratado, es de esperar que el Estado de Chile tenga considerado que estamos suscritos al Tratado Antártico, que entre otras cosas suspende los reclamos de soberanía y vence el año 2041; para lo cual ya debería estar preparando la defensa del territorio chileno antártico, de poco más de 1.250.000 km2 que casi duplica al Chile continental, con más argumentos que la intangibilidad de los tratados.
La seguridad jurídica de hoy no es garantía para el futuro, más si en el contexto del cambio climático la búsqueda de recursos naturales será cada vez más agresiva. Recordemos que el Reino Unido amplió en la Antártida sus derechos de soberanía sobreponiendo sus límites sobre el territorio nacional en ese continente y que potencias como China, siguen instalando bases científicas que les servirán como precedentes para reclamar territorio.
Bajo este contexto, son preocupantes las noticias publicadas en medios escritos sobre el deterioro en que se encuentra la infraestructura de la Base Frei en la Antártida e insuficiente las medidas que se están tomando, como la construcción de solamente un rompehielos en la planta de ASMAR en Talcahuano.
Benjamín Riquelme Oyarzún
