Señor Director:
El socialismo olvidó como seducir a los chilenos no desde el carisma de un liderazgo; sino desde las ideas, los proyectos y de una práctica política.
En los últimos días ha vuelto a emerger en el debate nacional la crisis interna del Partido Socialista. El apoyo al ex Mandatario de Brasil acusado por corrupción, las reiteradas obstrucciones y las fuertes críticas que recibe a diario la mesa por el estilo de conducción que se impone, dan cuenta de un escenario interno de alta conflictividad.
La crisis existe, y los principales focos que lo generan son el tipo de manejo autoritario de Elizalde, la política de alianzas arbitrarias, las tensiones generacionales y la falta de un proyecto país. Y por si fuera poco, vemos como personeros iconos del socialismo, como lo son Camilo Escalona y Osvaldo Andrade repudian las propias acciones de su partido.
Viendo cada día más lejana la posibilidad volver a La Moneda, la necesidad de cuidar el patrimonio Bachelet y los desesperados movimientos por acabar con el gobierno ha terminado por debilitar el debate, la democracia interna y prolongar una política de alianzas cada vez más agotada.
Ricardo Oyarzún G