Opinión
En pleno análisis sobre la propuesta de reforma tributaria del Presidente Piñera, se ha observado en las últimas semanas una proliferación de columnas de opinión, entrevistas, charlas y estudios, de distintos sectores políticos – económicos, los cuales por cierto entregan información para entender cuáles son los objetivos del actual proyecto de reforma que desea impulsar el Ejecutivo, pero pudiera también existir un sesgo en estos, por los intereses que persigue cada uno de ellos. En este sentido la pregunta que se debiera abordar al describir la problemática es ¿Cuál es el rol que debieran asumir las universidades en el debate de la reforma tributaria?.
La literatura científica respecto a los roles básicos que deben cumplir las universidades, se refiere a la formación de capital humano, creación de conocimiento avanzado, como también contribuir a la equidad y al desarrollo territorial, por tanto es en el segundo rol donde las universidades pudieran aportar significativamente hacia la formación de pensamiento crítico en temáticas tan relevantes para el país, como es el tributo.
Adicionalmente, las universidades gozan de cierta autonomía en el desarrollo de su función, debiendo entregar una opinión científica, fundamentada e independiente respecto a materias complejas que afectan a la ciudadanía, eliminando subjetividades y sesgos que pudiera existir en el caso de reformas o cualquier política pública relevante para el país.
En la misma línea, una de las principales dificultades en este proyecto de reforma es la búsqueda de consenso político, lo que conlleva realizar cambios a cuatro años de la promulgación de una reforma ya en operatoria y a menos de un año de entrar completamente en vigencia, por tanto, este debería ser otro aliciente para que las universidades puedan evaluar la efectividad de las modificaciones y determinar el impacto de la medida bajo distintos escenarios esperados.
Por último, se debe considerar que un proyecto de reforma tributaria debe estar diseñado con una visión de largo plazo, el cual debe estar consensuado con los distintos actores de la economía, como país ad portas del desarrollo debemos tener claridad sobre la política fiscal que deseamos transmitir a inversionistas nacionales y extranjeros, siendo las universidades un actor independiente con gran relevancia en la formación de pensamiento crítico, quienes obviamente tienen algo que decir.
