Publicidad

MOPTT: Los problemas en la vía de Etcheberry

Ni el Ministerio de Obras Públicas ni el de Transportes han gozado de un respiro durante el año. El biministro Javier Etcheberry debió enfrentar la relicitación de algunas concesiones, un paro de microbuseros, la limpieza del MOP y un 2002 especialmente duro para realizar grandes inversiones.


El año 2002 comenzó para los ministerios de Transportes y Obras Públicas con un cambio radical. Cuando en enero el Presidente Lagos nombró a Javier Etcheberry como ministro, nunca imaginó que las principales críticas a su gestión en el Servicio de Impuestos Internos se volverían sus mayores virtudes.



Etcheberry llegó al MOPTT imponiendo el mismo estilo que le dio la fama de "duro" en el SII: detuvo licitaciones y otras las revisó; en las jefaturas cambió a "políticos" por ingenieros y no cedió ante las peticiones de los microbuseros de detener la licitación de Metrobús ni tampoco permitió seguir cancelando honorarios a gente que no trabajaba en sus carteras para pagar favores políticos.



En un comienzo decidió estudiar los proyectos futuros de sus carteras y también aquellos que estaban en curso, lo que le significó no sólo críticas internas por el retraso, sino también el repudio de los partidos de la Concertación y de su propia colectividad, el PPD, que en más de una ocasión le deslizó a Lagos que si quería sacarlo de su puesto no encontraría oposición. Las críticas provenían principalmente por no gastar el presupuesto que tenía en Obras Públicas.



Ni siquiera terminó dañado cuando la revista Qué Pasa publicó que pagaba millonarios honorarios a sus asesores. Etcheberry justificó la medida y el propio Presidente Lagos lo apoyó.



Sin embargo, el caso coimas le dio la razón. Su rol fiscalizador, lo convirtió en el león de la colectividad duramente golpeada, hasta cambiar el destino de ministro prescindible a uno de los rostros fuertes del gabinete de Lagos, casi inamovible.



Etcheberry también fue duramente criticado por su rol fiscalizador por sobre la gestión, especialmente por los rostros históricos del MOP, como Eduardo Arriagada y Germán Molina quienes fueron algunas de las "víctimas" de la tecnocratización de la cartera.



Concesiones e inversiones



Este año también comenzaron a verse en terreno los cambios a las carreteras y caminos de Chile. Se terminaron los trabajos en la carretera Norte-Sur, en la Ruta 68, mientras que ya comenzó la construcción de la Costanera Norte y de la Autopista Central.



Así, aunque se ha pronosticado que el 2003 será el año de los desvíos en Santiago -lo que augura grandes atochamientos- se espera que el 2006 los caminos le cambien la cara al país.



Sin embargo, uno de los grandes proyectos que quedó pospuesto fue
el camino La Pólvora, en la Quinta Región, considerado por el Presidente Lagos como uno de los proyectos emblemáticos del Bicentenario.



Si bien ya existía una licitación en curso y todo apuntaba a que sería la empresa Besalco quien se la adjudicaría (había presentado la mejor oferta) el mecanismo de licitación privada que se utilizó excedía los montos que el MOP podía invertir en el camino, lo que hizo que Etcheberry decidiera dejar nulo el proceso para llamar a una nueva licitación, esta vez pública.



Este año, según explicó Etcheberry, se gastó el ciento por ciento del presupuesto de la cartera, aunque con más cautela, pues "antes se gastaba más de lo que se tenía".



En cuanto a las concesiones, para los próximos años ya es poco lo que queda. De ahora en adelante serán menos atractivas por los montos involucrados y también por las futuras ganancias para los inversionistas, que obligan a un fuerte subsidio del Estado. Un ejemplo de esto fue la recientemente fallida licitación de Melitrén, el primer intento por incorporar a privados en Ferrocarriles.



Transporte público



En el caso del Ministerio de Transportes varios han sido los cambios. Estos comenzaron en marzo con el nombramiento de Germán Correa como coordinador del transporte de Santiago con miras a la licitación que este año debiera llevarse a cabo.



Pero su tarea es más ambiciosa aún: cambiar el rostro a la capital con un sistema de transporte público moderno y que logre desincentivar el uso del automóvil, con el Metro como eje de los viajes. Con este objetivo, el Ejecutivo ya ha invertido 436 millones de dólares en la extensión de la red.



Sin embargo, la tarea no será fácil. Así lo demostró la licitación de Metrobús, la que tuvo como efectos dos hitos en el transporte: la incorporación de capitales extranjeros al negocio de la locomoción colectiva y un espectacular paro y bloqueo de calles por parte de los micreros tradicionales. Esto último fue atacado por el gobierno con un la ley de seguridad del Estado que tiene en las puertas de la cárcel a cinco influyentes dirigentes microbuseros: Manuel Navarrete, Demetrio Marinakis, Armando Huerta, Orlando Panza y Marcel Antoine.



Los cambios en el transporte público también apuntan a mejorar las condiciones ambientales. En este sentido, una de las principales modificaciones fue la entrada en vigencia de la nueva norma de emisiones para Santiago: Euro III y EPA 98.



Durante este año han salido de circulación 391 buses con tecnología tradicional (VTT), de los 522 buses año 1991 que circulaban en enero de 2002, por no cumplir con la norma de restringir sus emisiones en un 40 por ciento para acceder a la extensión de vida útil por 2 años, o por la propia decisión de la empresa.



En el caso de las regiones, el Ministerio de Transportes ya comenzó también con el ordenamiento de la locomoción colectiva.



Este año se realizó la licitación de recorridos en Concepción, y se espera que en los próximos meses ocurra lo mismo en la Quinta Región.



En otro ámbito, este año fue aprobada la esperada ley que eleva la velocidad máxima en carreteras a 120 kilómetros por hora y se logró terminar con el negocio de los municipios con las multas de fotorradares.



El año de las denuncias



Sin duda para el Ministerio de Transportes este fue el año de las denuncias: Si bien la guinda de la torta fue el Caso coimas, reportajes periodísticos evidenciaron la constante falta de fiscalización.



El año comenzó con las denuncias de ventas de certificados de revisión técnica en la Sexta Región -aunque hubo que esperar meses para descubrir el verdadero origen- y continuó con las acusaciones en contra de buses que circulaban por la capital con seguros obligatorios falsos.



Sin embargo, el verdadero revuelo se produjo por las denuncias de pequeños empresarios en contra de Metalpar por la supuesta adulteración de los chasis de los buses, lo que generó la reacción en bloque a favor de la empresa de la Cámara Nacional de Comercio.



El último golpe, lo dio la Carrocera Cuatro Ases en contra de Germán Correa. La empresa interpuso una querella por estafa contra el coordinador de Transportes por su gestión mientras se desempeñó como miembro del directorio y como presidente ejecutivo.



Todas las denuncias aún son investigadas.



Accidentes sobre rieles



En junio de este año se produjo un hecho inédito en la historia del Metro. Por primera vez sufría un accidente, que si bien no dejó heridos, sí generó una gran polémica debido a que en esos meses algunos sindicatos se encontraban en huelga y la empresa había contratado a trabajadores no calificados en su reemplazo, poniendo así en jaque al transporte más seguro en la historia del país.



Sin embargo, si hubo un accidente que acarreó trágicas consecuencias fue el sufrido por la estudiante de Medicina Daniela García, quien sufrió la amputación de sus extremidades, mientras viajaba en tren a Temuco.



El accidente y las posteriores denuncias de adulteración de los carros le costó la salida al gerente de Pasajeros, Jorge Max Olavarría, y luego al gerente General, Jaime Mondaca. El Presidente Lagos también pidió la renuncia al directorio completo de EFE.



Con esto quedó atrás los logros de la empresa como la modernización de sus vagones y la reducción de los tiempos de viajes.



_________________

Publicidad

Tendencias