Concitar un apoyo del 70 por ciento reafirmaría el liderazgo de Zaldívar para seguir en su tarea de reavivar la DC. Unos cuantos colorines admiten que un 70 por ciento de apoyo es también el segundo paso del camino de Adolfo para pasar a palabras mayores.
Obtener un 70 por ciento de apoyo para Adolfo Zaldívar que le permita consolidar un liderazgo indiscutible, de un lado, y consolidar una oposición que por ahora está dispersa, del otro lado, son los objetivos básicos de las dos fuerzas internas que llegarán a la Junta Nacional del 25 y 26 de enero próximo.
Hasta la "defunción" de la Concertación anunciada por Zaldívar a través de El Mercurio, el presidente de la DC había tenido el escenario prácticamente despejado para maniobrar a lo largo de todo el año 2002, desde que fue ungido como timonel en enero pasado. Ahora, quienes no comparten ni su estilo de llevar el partido y relacionarse con la Concertación, intentan montar un para la Junta Nacional un movimiento de oposición activo.
Lideran este grupo de disidentes el senador Jorge Pizarro, el diputado Jorge Burgos, el ex subsecretario Claudio Huepe, y lo integran también, entre otros, Mariano Ruiz-Esquide, María Rozas, Jorge Lavandero, José Ruiz de Giorgio, Eduardo Saffirio.
Quienes están en esta posición aseguran que no buscan hacer de la Junta Nacional un evento dramático que erosione a Zaldívar o divida el partido entre los pro y los anti Adolfo. "No estamos preparando un jahuelazo", explican, aludiendo al estallido de rebeldía interna que lideró el propio Adolfo en contra del entonces timonel de la DC, Alejandro Foxley, en un encuentro partidario realizado en las Termas de Jahuel (y que terminó de sepultar las aspiraciones presidenciales de Foxley).
De la misma manera restan dramatismo al voto político en que están trabajando y prefieren llamarlo más bien "documento de debate". En realidad, al no tratarlo como voto político evitan que al votarse las propuestas el resultado se lea como la victoria de unos y la derrota de otros.
Las tendencias
En torno a estos dos ejes, de acuerdo con Adolfo, y opositores a Adolfo, se han ido ordenando y desordenando lo que fueron las tendencias tradicionales de la DC: chascones, guatones o aylwinistas y freistas. Los chascones históricos se han cohesionado con algunos aylwinistas en el llamado "grupo disidente".
Los chascones más jóvenes, coincidentemente el grupo de diputados que estaban por acusar a Pinochet y que hoy ha perdido sus sillones en el Congreso, se han acercado a Zaldívar. Algunos dentro de la DC les llaman socarronamente, los "neocolorines". Zaldívar también cuenta con el apoyo de una porción -no muy grande- de aylwinistas.
Aparte de estas dos gruesas divisiones, hay dos figuras que se han mantenido en discreta distancia sin hacer pública su inclinación hacia ningún lado y que dialogan a varias bandas. Uno de ellos es el ex Presidente Eduardo Frei, quien junto con Ignacio Walker está trabajando en su propio documento. El otro, es el ministro de Vivienda, Jaime Ravinet.
Ejes de conflicto
Un dato básico de la reunión de la instancia máxima de la DC es que no se elige nada. Sólo se debaten documentos y se votan para sopesar el nivel de consenso que generan. Tradicionalmente, siempre se termina en un voto político de apoyo al presidente del partido. ¿Dónde podría estar entonces el conflicto? Pues en algunos puntos de las propuestas.
El documento de los disidentes es muy esperado. Está listo al menos a nivel de minuta. Contendrá, dicen sus redactores, bádicamente cuatro puntos:
Política de alianzas: refrendar la convicción que no hay para la DC alternativas de pacto.
Relación con la Concertación: Básicamente se trata de sentar las criterios con que se pactará con los socios para las municipales de manera de recuperar alcaldías; y expresar la voluntad de lograr un cuarto gobierno de la Concertación con un candidato o candidata DC.
Relación con el Gobierno del Presidente Lagos: un apoyo decidido a la gestión presidencial y expresado a nivel político y sobre todo, parlamentario.
Frente interno: Consolidar los principios de transparencia, probidad, libertad de disentir y opinar; y retomar los temas del congreso programático pendiente.
En esta propuesta, evidentemente, puede estallar el conflicto en torno a temas como la voluntad concertacionista, el grado de apoyo a Lagos o los criterios para pactar con los otros partidos de la alianza.
Los disidentes también reivindicarán en su documento el orgullo que siente la DC por sus ex presidentes Aylwin y Frei. Esta podría ser otra discusión acalorada si se recuerda que en la Junta Nacional del año pasado Zaldívar trató duramente a Frei en su discurso.
Metas de los colorines
Por el lado de los colorines -antiguos y de nuevo cuño- hay un par de cosas que están clarísimas: quieren lograr que los planteamientos de Adolfo sean aprobados por al menos el 70 por ciento de los delegados asistentes.
Se espera que Zaldívar repita una propuesta dirigida a las bases DC, amargadas porque han ido perdiendo fuerza electoral y porque no acceden a los beneficios de la «tranvsersalidad» concertacionista de las estructuras de gobierno de Lagos. Si hay algo que todos los sectores le reconocen a Zaldívar es que ha vuelto a energizar el partido, a darle a las bases una razón para luchar, aunque sólo con tener a las bases contentas no se garantiza buenos resultados en las municipales.
En esta línea iría una de las propuestas del sector para reformar los estatutos del partido en orden a impedir que ningún militante pueda repetirse en cargos de elección popular más de tres veces consecutivas.
Concitar un apoyo del 70 por ciento reafirmaría el liderazgo de Zaldívar para seguir en su tarea de reavivar la DC. Unos cuantos colorines admiten que un 70 por ciento de apoyo es también el segundo paso del camino de Adolfo a una candidatura presidencial. El primero fue ganar la presidencia del partido.
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