Aunque en Renovación Nacional se niegan a reconocer oficialmente su disgusto ante el gran punto político y comunicacional que marcó la UDI al sellar su acuerdo con La Moneda, el nuevo salto adelante del gremialismo parece subrayar la brecha entre ambos partidos.
La cita cumbre -como le llaman- entre Ricardo Lagos y Pablo Longueira, volvió a dejar en pública evidencia lo que al menos Renovación Nacional no quiere demostrar: que la UDI tiene el liderazgo y lo ejerce cuando quiere. Evidencia, además, que el famoso descongelamiento de las relaciones entre ambos partidos se debió sólo a que Joaquín Lavín logró arrastrar a los presidentes de RN y la UDI, Sebastián Piñera y Pablo Longueira, obligándolos a compartir la mesa, pero esto en la práctica no se concreta en los hechos.
Aunque en RN no han querido hacer explícita su molestia, ésta existe y así lo han manifestado muchos de los integrantes de la comisión política ampliada.
Ahora, que no haya una queja explícita al "adelantamiento" en solitario de Longueira hacia La Moneda no obsta para que aun en el discurso formal lo dejen entrever. Por ejemplo, en la aclaración del jefe de bancada, Alfonso Vargas.
"Es una lástima que no existan acuerdos en este sentido (a nivel de alianza) que se hayan hecho. Pero, la verdad es que aquí hay que mirar hacia delante y creo que Renovación Nacional ha estado súper clara y vamos a seguir estando súper claros en lo que tenemos que hacer", dice en referencia a que algunas de las materias acordadas entre el gobierno y la UDI, como es el caso de la Agenda Probidad, las consideran de autoría de RN.
El diputado Vargas deja entrever incluso sus reparos a los alcances judiciales que según estima, encierra el acuerdo UDI-La Moneda. "Una cosa es mirar hacia el futuro y hacer las cosas bien por el país, y otra cosa es decir que aquí no hay borrón y cuenta nueva. Porque, aparentemente, por lo que se ve aquí se habría hecho un acuerdo para producir un blanqueo", sostiene.
"Claramente en RN estimamos que los tribunales tienen que seguir operando como lo vienen haciendo y esperamos que terminen haciendo su tarea como corresponde", agregó, ya derechamente vinculando el acuerdo UDI-gobierno con la inhabilitación del juez Carlos Aránguiz para continuar con el caso MOP-GATE.
Esta forma de leer la sucesión de hechos entre la visita de Longueira a la Moneda y la inhabilitación del juez Aránguiz se repite entre los integrantes de la comisión política ampliada. Un parlamentario de RN asegura que la cita Longueira-Lagos generó un ambiente confuso y terminó convirtiéndose en un salvavidas de plomo para el timonel gremialista, porque se percibe una especie de "colusión" entre el sector político-empresarial y la UDI -aludiendo también a la inhabilitación de Aránguiz- que finalmente perjudicará a la tienda de Longueira.
Uno hace la tarea, otro se luce
El mismo diputado agrega que Piñera también queda mal en esta pasada, ya que termina convirtiéndose en el "acusete" que hace las tareas, para que luego otro compañero se aproveche de su trabajo.
Otro integrante de la directiva reconoce la molestia existente entre "algunos" integrantes de la comisión política porque la iniciativa de Longueira no se canalizó a través de la Alianza por Chile. Estimó que la impetuosa iniciativa del timonel aliado demuestra que Longueira insiste en manejarse fuera del conglomerado. Sin embargo, asume con resignación que esto demuestra que el pacto aún tiene ‘particularidades’ que no son posibles de subsanar por ahora.
El dirigente está claro que la forma de superar estos desencuentros sería que RN asumiera una posición más firme y golpeara la mesa, cosa que la colectividad de Piñera no está en condiciones de hacer, por lo menos, mientras se negocie la plantilla electoral municipal.
En tanto, el secretario general del partido, Renato Sepúlveda, considera lamentable que no se esté haciendo alianza, pero -en lo que claramente constituye una ironía- señala que en su partido "estamos contentos de que Pablo Longueira se haya convertido en un gestor independiente de las propuestas de Renovación Nacional".
También Sepúlveda insiste en que las propuestas planteadas por Longueira son las mismas que RN ya presentó al gobierno y que con su acuerdo se asegura que no queden en el olvido.
Zaldívar, la manzana de la discordia
No sólo la reunión del timonel UDI con Lagos ha sacado ronchas entre sus aliados. El encuentro previo con el presidente de la Democracia Cristiana Adolfo Zaldívar molestó incluso más. Esto no es gratuito, ya que cuando dirigentes de RN hicieron lo mismo, con similar finalidad a la que en esta oportunidad argumentó Longueira, un número importante de integrantes de la comisión política se rebeló ante la directiva -el llamado grupo de los 14-.
Los rebeldes consideraban irresponsable que el partido diera señales de buscar acuerdo con partidos fuera de la Alianza por Chile y que se pusiera en duda el respaldo de RN a la candidatura presidencial de Joaquín Lavín. Así, expresaron su molestia a la mesa, generando una fuerte controversia interna, durante la cual se llegó a poner en duda una eventual reelección de Piñera -aunque aún estaban lejos las elecciones internas-. Superado ese conflicto se entendía que ninguno de los dos partidos del conglomerado podría, en el futuro, generar acuerdos fuera de la Alianza.
Pero Longueira se encargó de echar por tierra este acuerdo tácito y de paso le quitó el piso a sus aliados para negociar con la DC, lo que queda de manifiesto cuando en la UDI argumentan que los acuerdos entre la DC y la UDI son lógicos, considerando que ambos son los partidos más grandes del país y, de paso, los principales de cada alianza.
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