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Girardi lanza reestructuración del partido para sortear crisis del PPD

Todo indica que Guido Girardi y la mesa que preside en acuerdo con la tendencia que lidera Sergio Bitar logrará aprobar su voto político en el Consejo General de este fin de semana. Pero eso no significa un cheque en blanco, sino más bien un respaldo necesario hasta que el PPD supere su momento crítico.


Un apoyo tan sin sobresaltos como el que espera obtener Adolfo Zaldívar en la Junta Nacional de la DC es el que se prevé consiga el presidente del PPD, Guido Girardi, en el Consejo General que se celebra este fin de semana en el centro El Canelo de Nos, en paralelo al evento de la DC.



La mesa directiva del PPD, sostenida por el pacto político entre las dos grandes tendencias –schaulsohnistas y bitaristas, expresados a través de sus líderes Guido Girardi y Francisco Vidal, respectivamente-, espera obtener un contundente apoyo a su gestión y aspira además a un voto de confianza para seguir adelante conduciendo al partido en el proceso de reestructuración con el que se confían en superar la crisis actual.



Este proceso, según distintos dirigentes del PPD consultados, debe implicar una revisión absoluta de los valores del partido y de la forma en que ha venido haciendo las cosas. Y ése es el gran debate en que entrará la colectividad a partir de este fin de semana.



En cuanto a la reestructuración, una de las propuestas más novedosas que hará la mesa directiva a los participantes del Consejo General es la creación de una nueva estructura partidaria. Se trata de una "Ejecutiva", al estilo de la que conduce el PSOE español, una instancia nueva ubicada entre la mesa directiva y la comisión política que, como su nombre lo indica, ejecute los acuerdos políticos adoptados por el partido.



El diagnóstico



Lo que algunos temen, y los disidentes a la mesa Girardi-Vidal aún con mayor fuerza, es que si se aprueba este cambio estructural y la mesa consigue un voto de confianza para su gestión, los cambios que se consideran urgentes no se traducirán más que en crear este nuevo órgano donde están los mismos líderes de siempre además de un par de "caras nuevas".



Porque hay un consenso que cruza todas las tendencias del PPD y es el diagnóstico que el partido está en crisis y debe enmendar rumbo ya. Desde la mesa directiva, el secretario general, René Jofré, asume que es urgente "revisar los estilos individualistas de conducción y estilos de política-espectáculo. No hay problemas con ser un partido mediático, de denuncias, pero hay que volver al tiempo cuando una denuncia del PPD se traducía en cosas efectivas, como el fin del cheque en garantía o la ley Dicom. La directiva está dispuesta a cambiar esto".



La necesidad de terminar con la denuncia-espectáculo y de abrir el núcleo de decisiones más allá de las actuales cinco personas es común; lo que varía son los grados de crítica sobre estos dos puntos. La visión más pesimista plantea que después de que el PPD fue sorprendido "con una mano en el cajón" se perdió la ventaja ética que se pretendía tener y se encarnaba en el león fiscalizador.



De esta manera, el PPD habría perdido además el gran nexo que mantenía con su electorado puesto que, y este es otro de los síntomas de la crisis diagnosticada, nunca se echó raíces firmes en la sociedad y nunca pudo convertirse en el partido de ciudadanos que quería ser.



Respecto al control total del partido que mantiene la actual directiva gracias al pacto de convivencia entre las duplas Schaulsohn/Girardi y Bitar/Vidal, el diagnóstico es que más allá de cuán mal -o bien- lo hace la mesa directiva, lo crucial es que entre aire en ese grupo cerrado de decisión.



No a la directiva interdicta



Todas estas críticas, empero, no se traducen para nada en un cuestionamiento que haga peligrar la conducción de Girardi. "Ni una posibilidad que el PPD termine este consejo con la mesa caída", estima Jofré.



"No hay ninguna otra posibilidad más que seguir adelante con esta directiva para poder implementar paulatinamente un cambio mayor. Adelantar las elecciones sería gatopardismo, sin soluciones de fondo. Es sano apoyar la directiva de Girardi en estos momentos difíciles. Pero eso no significa que el Consejo le dé un cheque en blanco", explica un mimbro de la comisión política. "La reestructuración debe ser un proceso conducido por Girardi", reafirma un diputado PPD.



Por estas razones es que la idea de adelantar a abril próximo las elecciones del PPD previstas para el 2004 no tiene muchos adeptos, salvo entre los grupos disidentes más duros.



Factor Flores



Aunque el planteamiento de adelantar las elecciones a abril es minoritario, dentro del PPD está empezando a tomar forma la propuesta de que a mediados de año, una vez superado el momento crítico actual, la directiva de Girardi ceda el paso a un nuevo presidente. Este liderazgo sería el que desea y ha propuesto el Presidente Lagos: el senador Fernando Flores.



Es una idea que René Jofré no descarta, aunque advierte que en caso de renovar caras "hay también otros nombres". Pero todo indica que el rostro clave es el de Flores. El senador está explorando con Girardi y con los otros líderes del PPD cómo concretar esto delicadamente, sin quitarle piso a la mesa directiva actual. Debe ser una llegada pactada.



De hecho, Flores ya fue invitado junto a Nelson Avila a sumarse a la mesa no hace mucho, a raíz de la crisis desatada por el Caso Coimas. Pero el senador Flores no quiso ser "una solución de parche". Flores querría encabezar un PPD como el que sueña el Presidente Lagos, con mayor vuelo y altura, aspiración presidencial que por el otro lado, tiene su paralelo en un Partido Socialista presidido por José Miguel Insulza.



Alcances de la Ejecutiva estilo PSOE



La nueva instancia orgánica que se someterá a votación en el Consejo de este fin de semana -la "ejecutiva"- estará integrada pues por gente de la misma directiva actual y por miembros de la comisión política.



Desde un punto de vista oficial dentro del PPD, esta ejecutiva -de unos 10 o 12 integrantes- estará encargada de poner en marcha los acuerdos que se adopten en la comisión política, la directiva nacional o la mesa del partido.



Se considera que una falencias del PPD es no poder ejecutar lo acuerdos que toma porque los cuatro o cinco que deciden son muy pocos para echar a andar iniciativas que los sobrepasan, o porque la comisión política es un órgano tan grande que es imposible que superen la etapa del debate y pongan en marcha las decisiones.



Desde fuera de la mesa hay conciencia en que si bien esta ejecutiva perpetúa la dinámica actual del grupo reducido de líderes tomando decisiones entre ellos, es necesario que exista una instancia con legitimidad, poder y nuevas caras capaz de poner en práctica los acuerdos cruciales que se tomen en torno a temas como el municipal o el congreso programático, en que cada uno de sus miembros tenga funciones así de específicas.



"La ejecutiva es necesaria porque se requiere un equipo político con conducción y responsabilidades, pero no puede ser la instancia que sirva para solucionar la crisis de la directiva", sostiene un miembro de la comisión política.



Para la disidencia, proponer esta ejecutiva equivale a una solución de parche. Explican que significará no sólo caducar las instancias directivas establecidas sino también legitimar la conducción actual al mando de Girardi, soslayando la necesidad de adelantar las elecciones gracias a esta especie de "directiva de crisis, pero con la misma gente".



Disidencia volátil



A pesar de las críticas comunes, algunas de ellas muy duras, el PPD llega a su Consejo General casi sin disidencia interna articulada. La disidencia está expresada en dirigentes específicos que no han formado un grupo ordenado ni presentará documentos comunes.



Uno de los núcleos es el formado por los llamados "viudas de Avila", dirigentes que apoyando al inefable senador optaron, sin embargo, por permanecer en el PPD después de que Avila fue expulsado. Entre ellos se cuentan Hernol Flores y José Luis Contreras. El otro grupo disidente es el los llamados "izquierdistas" dentro del PPD y cuyas caras visibles más conocidas son Pedro Saitz y Guillermo Arenas.



Esta disidencia, por cierto, no ha hecho pensar ni por un momento a Girardi y al resto de la directiva que su voto político de este fin de semana pudiera no ser aprobado.



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