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Aisén: Las contradicciones del bodeguero que tienen procesado al querellante

El testigo clave de las muertes de Roberto Lagos y Paulina Gómez debió confesar que estaba mintiendo y apuntar contra el procurador como inductor de su conducta luego que la ministra en visita lo sorprendiera en contradicciones objetivas, como la inexistencia de un inmueble en la época que él habría visto salir de esa casa a personas que habrían golpeado al ex conscripto.


¿Qué pasó en Aisén que la investigación por la muerte de algunos jóvenes dio un vuelco tan enigmático que terminó procesado el querellante?



Aunque la historia deberá ser reconstruida posteriormente con todos los antecedentes a la mano, el auto de procesamiento dictado ayer por la ministra en visita Alicia Araneda da cuenta de los antecedentes que se tuvieron a la vista para resolver en tal sentido.



Al procurador Carlos Alvear Pareja se le acusa de haber inducido al testigo clave, el ex bodeguero de Puerto Chacabuco de nombre Jorge Corona Zúñiga, a prestar falso testimonio, situación que dio a conocer este último tras múltiples interrogatorios efectuados por la magistrada en razón de ciertas inconcordancias en sus testimonios.



Y es que, básicamente, Corona Zúñiga había declarado en un comienzo haber sido testigo presencial de una golpiza propinada al ex conscripto Roberto Lagos pues ésta se habría llevado a cabo en las afueras de "una casa bonita" ubicada al frente de su domicilio.



Identificó como autores de la golpiza al dueño de la "casa bonita", Juan Carlos Farías Hettich, y a los sujetos Jorge Carreño Alegre y Angelo Barattini Caris.



Tras diligencias de empadronamiento policial, la magistrada logró detectar que a la fecha de la supuesta golpiza, la madrugada del 13 de junio de 2000, la "casa bonita" de Farías no existía.



De hecho, señala el auto de procesamiento, el terreno ubicado en calle Eleuterio Ramírez número 1.800 permaneció como sitio eriazo -con sólo una rancha abandonada que aún existe al fondo de la propiedad- durante todo el año 2000 y que fue en mayo de 2001 que Farías compró el terreno, llegando a vivir en él en agosto de 2001, cuando la construcción estuvo terminada.



Estas contradicciones objetivas con el testimonio que estaba prestando el testigo clave, unido a que la nueva autopsia de Lagos no arrojó lesiones traumáticas compatibles con una golpiza, fueron las que llevaron a la ministra a interrogarlo sobre estos aspectos y ahí fue cuando el ex bodeguero hizo ver que había falseado sus acusaciones sobre la base de lo instruido por el procurador.



El caso de Paulina Gómez



Otros antecedentes tenidos a la vista por la ministra para el interrogatorio a Jorge Corona que desembocó en esta maraña judicial guardan relación con su testimonio referido a la muerte de la joven Paulina Gómez Gómez.



El ex bodeguero aseguró ser testigo de oídas respecto a las circunstancias que dieron origen a ese deceso y contó en primer lugar que un empleado de la municipalidad de Aisén, de nombre Víctor Vera Martínez, le confidenció que había tenido un accidente en su vehículo jeep marca Daihatsu modelo Feroza, en el sector de Lago Riesco, después de haber compartido en las cabañas de Angelo Barattini junto con Jorge Carreño, Juan Carlos Farías y funcionarios de Investigaciones y de la Comisión Civil de carabineros.



Durante el viaje de regreso se habría producido un accidente cuando la joven iba sentada en el asiento del copitolo. Ella habría saltado del vehículo quedando inconsciente. El grupo habría decidido no levarla al hospital y dirigirse camino a Puerto Cisnes, donde la habrían dejado abandonada pues la creyeron muerta.



Las contradicciones que hizo ver la magistrada al testigo secreto fueron que, constatando que efectivamente el auto de Vera había sufrido un accidente, este se había producido en septiembre del 2001, mientras que la desaparición de la joven ocurrió sólo en noviembre de ese año, para luego ser encontrada muerta en el río.



Adicionalmente, la nueva autopsia de Paulina Gómez confirmó que el cuerpo de la joven entró vivo a las aguas del río Cisnes, por lo que se descarta que hubiese sido arrojada tras la paliza en estado de inconsciencia o, bien ya fallecida producto de los golpes.



La justicia se encuentra trabajando para establecer las motivaciones que tuvo tanto Corona como, eventualmente, el procurador, para poner a disposición de los tribunales hechos falsos, veta investigativa que podrá resultar aún más compleja que las misteriosas muertes pero necesaria de dilucidar a fin de avanzar en el esclarecimiento de los casos.



ADEMÁS:



Obispo de Aisén presentó queja contra ministra Alicia Araneda (27 de enero de 2003)



Queja contra ministra de Aisén se analizará «con el mayor cuidado» (27 de enero de 2003)



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