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De ratones y de hombres: Cuando los sueños no se hacen realidad

Basada en la novela homónima del Premio Nobel John Steinbeck y adaptada por el joven dramaturgo Benjamín Aguayo, este montaje lleva a escena la historia de dos temporeros, Tano y Pedro, quienes trabajan en un fundo durante la cosecha de trigo. Dirigida y protagonizada por Andrés Céspedes, la obra trata y analiza temas como la amistad, la soledad y el desamparo.


Ambientada en los años 30 en la región del Maule, De Ratones y de hombres narra la relación entre Tano y Pedro, dos temporeros que recorren el país en los tiempos de la depresión, soñando con ganar el dinero suficiente que les permita establecerse en su propio pedazo de tierra y convertirse así en hombres libres.



Tano es un débil mental tan primitivo como tierno. Pedro, un pícaro hábil e ingenioso, que intenta proteger a Tano de si mismo. Casi todos los personajes participan de un modo u otro en la sucesión de muertes que se acumulan, en creciente intensidad, en la narración, hasta alcanzar un final inesperado y falto de esperanza.



La amistad de estos dos personajes y su enfrentamiento al convencional y civilizado mundo de los poderosos nos habla de la más pura y trágica solidaridad.



Con una interesante y efectiva puesta en escena, este tierno acercamiento al intenso drama de la soledad del hombre habla de los sueños, anhelos y esperanzas de un mundo mejor para esos jornaleros que recorren amplias tierras de punta a punta, de fundo en fundo, ganando unos pocos pesos para subsistir y luego emigrar nuevamente en busca de ese sueño recurrente: su propia tierra donde cultivar los frutos de su trabajo.



En contra de lo común, -ya que los temporeros generalmente se movilizan solos- Tano y Pedro viajan juntos, haciéndose mutua compañía, el uno cuidando del otro. Pedro se siente comprometido con Tano, quien es como un niño pero debido a su exagerada fuerza se mete en continuos líos de los que Pedro debe sacarlo, estableciéndose una intensa relación de amor-odio.



A partir de estos dos elementales personajes se desarrolla una interesante e intensa historia. Pedro, el típico buscavidas ingenioso, debe sobrellevar como contrapartida la carga que significa su amigo y su conmovedora inocencia y desmemoria sin atisbo de razón alguna, cuyos delirios se circunscriben a la obsesión de todo aquello que signifique suavidad al tacto de sus grandes manos, acordes a su fuerza descomunal y descontrolada.



De Ratones y de hombres va construyendo un melancólico y humano relato, cuya virtud reside en la propia transparencia del mismo, sin aparente elaboración previa y tal como si los hechos fueran sucediéndose de manera natural. La acción central transcurre en un tiempo indeterminado de la vida diaria de un fundo, y en el cual los personajes centrales van tejiendo una cadena de proporciones imprevisibles, hasta que por la propia aceleración de los acontecimientos, nos conduce a un desenlace lapidario.



Con ajustadas dosis de humor y drama y dos grandes marcadas interpretaciones, De ratones y de hombres, una obra madura e impecable que no se permite una sola tregua en su creciente tensión de humana sensibilidad, retrata fielmente la soledad de los hombres que viajan de fundo en fundo, sin hogar, sin pertenencias y sin familia, en busca de sus inalcanzables pero vivientes sueños.



«Tano es un personaje puro, soñador. Yo creo que a través de Tano, Pedro puede soñar, ver las cosas de una forma más alegre, más transparente, menos real», señala su director y protagonista, Andrés Céspedes.



¿A raíz de que parte la historia?



– Esta es una novela corta de John Steinbeck y la adaptamos a Chile en los años 30. Básicamente se trata de lo que le acontece a estos dos hombres, recorriendo el país buscando trabajo durante la cosecha del trigo. La fuerza descontrolada de Tano, un retrasado mental, les trae problemas en cada lugar en el que trabajan, por lo que cada vez se ve más alejado su sueño de tener su propia tierra.



– ¿Cómo definirías a Tano, tu personaje?
– Lo interesante de este personaje es que ofrece amistad sin nada a cambio, es un sentimiento puro. Tano es un personaje puro, soñador. Yo creo que a través de Tano, Pedro puede soñar, ver las cosas de una forma más alegre, más transparente, menos real.



– ¿Cuáles son los grandes temas de la obra?
– Sin duda la amistad y las relaciones entre las personas. Además de los sueños imposibles, y los deseos por tener algo realmente propio y de valor. Básicamente la trama se basa en lo que le acontece a estos tipos en busca de sus sueños.



– ¿Cómo se gesta De Ratones y de hombres?
– Esta es una novela que leí hace como 7 años. Desde ahí que la tengo en mente para realizarla, por lo que apenas pude me contacte con Benjamín (Aguayo) para que hiciera la adaptación.



– ¿Cómo percibiste la recepción del público y de la prensa?
– Pienso que sido muy bien aceptada por el público en general. Me motiva mucho que la gente perciba lo que queremos mostrar, y he sentido que los espectadores y la prensa lo han sentido y por eso la han acogido bastante bien.



– ¿Crees que la obra se presenta en un gran momento para el teatro?
– Sin duda que hay una gran producción teatral, hay muchos estrenos y por ende mucho más público en las salas. Pero yo creo que nuestra compañía se encuentra en un proceso que tiene que ver con diferentes desafíos, por lo mismo, pienso que la gente va a vernos por nuestra trayectoria.



– ¿Qué viene para la compañía tras De Ratones y de hombres?
– Durante junio y julio vamos a montar una obra del dramaturgo español Antonio Alamo, sobre un grupo de científicos que se reúnen en torno a la creación de la bomba atómica.



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