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Justicia investiga millonario fraude al Banco do Brasil


NOTA ACLARATORIA

EL CASO JUDICIAL A QUE HACE REFERENCIA LA PRESENTE NOTA FUE SOBRESEIDO POR SENTENCIAS DEL 22 JUZGADO DEL CRIMEN Y 32 JUZGADO DEL CRIMEN, AMBOS DE SANTIAGO, EN EL MES DE JUNIO DE 2005, CAUSAS ROL Nº 2529-2003 Y Nº4684-2001, RESPECTIVAMENTE.

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La jueza (S) del Trigésimo Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, María José García, sometió a proceso a un destacado representante de la comunidad judía chilena y uno de los pioneros en crear empresas de biotecnología aplicada, Max Rutman Soubotik. El empresario enfrenta un proceso por estafa de mil 200 millones de pesos (US$, 1.3 millones), en perjuicio del Banco Do Brasil.

El auto de procesamiento de poco más de una página, fechado el 3 de enero, no se había hecho público hasta ahora, pese a los montos involucrados. Incluso, otros medios informativos detuvieron su publicación.

Rutman sigue, hasta el cierre de esta edición, prófugo de la justicia.

La historia de este proceso se remonta a principios de 1999, cuando Rutman, vinculado a las empresas Inual-Tepual, líderes en la producción de harina de pescado, decidieron solicitar un crédito a la institución financiera mencionda para llevar a cabo la explotación del «krill antártico». Para ello, valoraron la posibilidad de hacer negocios con una firma ucraniana que les permitiera comprar un barco factoría y convertir el producto extraído en harina de pescado.

De acuerdo a los antecedentes que obran en el expediente y en la solicitud de procesamiento presentada por el abogado del Banco Do Brasil, Carlos Cortés, Rutman habría falseado antecedentes y documentos para obtener, dolosamente, la mencionada cifra de dinero.

Entre algunos detalles figuran, incluso, que Rutman faltó a la verdad respecto a su estado civil, señalando simplemente que era casado pero omitiendo el esencial hecho que su régimen patrimonial era el de separación de bienes.

Básicamente, el banco lo acusa de pedir dinero para un negocio que su compañía nunca realizó, traspasando dichos fondos a dos firmas creadas en Uruguay especialmente diseñadas para realizar la operación. Luego de eso, declaró a su sociedad denominada «Tepual» en quiebra. De esta forma las sociedades extranjeras creadas por Rutman, sostiene la parte querellante, se quedaron con el dinero y con un barco para realizar la extracción de krill.

Rutman es defendido por el estudio del abogado Miguel Soto Piñeiro. Este medio intentó obtener una versión de parte del profesional, como también de Rutman, pero en la oficina de abogados se indicó que no se referirían al particular.

En tanto, Carlos Cortés, querellante en la causa, indicó que la resolución fue adoptada por la justicia, «por lo que no haré comentarios al respecto».

Max Rutman, de profesión ingeniero químico, inició su actividad empresarial a principios de los años 80 realizando trabajos ligados a la producción de harina de pescado y salud animal. De hecho, es uno de los pocos chilenos expertos en estos temas, tanto así que puede ser hallado en varias páginas de internet como panelista de importantes seminarios y como contacto empresarial importante para firmas que deseen hacer negocios en Chile.

Rutman, hasta este traspié económico, contaba con un impecable currículum en el área de la biotecnología. Hoy la justicia va tras él.

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