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Incendios Forestales: Conaf estudia compra de tres aviones cisternas

Aunque hasta el momento, la magnitud de los incendios forestales no ha obligado a declarar ningun estado de emergencia, Conaf no descarta solicitar financiamiento extraordinario, debido a la magnitud que han alcanzado algunos siniestros.


Aunque este año no se han producido incendios de la magnitud de los ocurridos el año pasado y esta vez los recursos sí han estado de acuerdo a lo necesitado, año tras año se repiten los incendios forestales, ya sea por los malos hábitos de los hombres o por factores climáticos extremos a los que el territorio chileno no está acostumbrado.



Frente a esto, el director (s) y gerente de Operaciones de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), se refirió al siempre escaso financiamiento de la organización, de los riesgos que corren los funcionarios por apagar los incendios forestales, y las principales campañas que tienen como objetivo la prevención y toma de conciencia por parte del ser humano.



Hasta la fecha, se han registrado 3 mil 582 incendios forestales, que afectaron cerca de 25 mil 200 hectáreas. De estos, el de mayor magnitud es registrado en la localidad de Los Trincahues, al suroeste de San Fernando con más de 900 hectáreas de vegetación afectada.



¿Sus causas? Simplemente el mal hábito del hombre y los factores climáticos. Por esta razón, la Conaf, realiza durante todo el año campañas para prevenir los incendios forestales y en el caso de que éstos ocurran, cuentan con un presupuesto asignado exclusivamente para la temporada de incendios que se produce entre los meses de octubre y marzo.



– ¿Cuánto es el presupuesto con el que cuenta Conaf para prevenir y erradicar los incendios forestales?
– Aproximadamente de 5 mil millones de pesos.



– En este año se ha registrado un porcentaje considerable de incendios. ¿Cuánto se ha gastado en combatirlos?
– No puedo dar una cifra, porque eso significa tomar parte del presupuesto del 2002 y del 2003, por lo que ésta no sería totalmente clara. De todas formas, este año los costos han estado dentro de la cifra asignada para la temporada. No ha habido, hasta el momento, un gasto extraordinario que obligue solicitar un aporte extra.



– ¿De qué manera se aplican estos recursos?
– Dentro del presupuesto que el Estado le entrega a la corporación, se incorporan los costos asociados a lo que se determina como una temporada promedio, puesto que esperamos que ocurra un determinado número de incendios. De acuerdo a esta base se contratan aeronaves al sector privado para que apaguen los incendios.



– ¿Por qué Conaf no cuenta con este equipamiento?
– Anteriormente el presupuesto nos permitía arrendar tanto aviones como helicópteros, pero el alza excesiva que tuvieron las ofertas para la temporada hacen pensar que se pueda tener aeronaves propias que presten el servicio internamente.



– ¿Cuando se comprarían las aeronaves?
– Pensamos que en el transcurso de este año se adquieran tres aviones cisternas.



– Frente a una situación de emergencia, ¿El Estado interviene?
– Cuando se produce un estado de emergencia, el Estado apoya la gestión de las instituciones aportando mayores recursos.



– ¿Este año, hubo aportes extras?

– Esta temporada no se ha producido una emergencia como la del 2002, que implicó un mayor aporte presupuestario por parte del Estado. Aunque la situación de las regiones Quinta y Metropolitana han generado un mayor gasto, éste se integra dentro del asignado por Conaf. Pero frente a una emergencia deberá ser solicitado.



– ¿Están conformes con los recursos entregados?
– Es una pregunta que se repite. Para una situación esperable están los recursos. La situación de emergencia es la que no podemos cubrir y cuando ésta se produce se activan los mecanismos para que sean afrontadas de buena manera. No podemos tener una bolsa de plata esperando por si va a ocurrir o no, seríamos poco eficientes con los impuestos de todos los chilenos.



– ¿En este caso, las empresas privadas colaboran?
– Estas tienen sus propios sistemas de protección e invierten gran cantidad de recursos, con aviones cisternas y helicópteros, que participan y protegen esa área. Existe una muy buena vinculación entre el sistema de protección del Estado y los de las empresas. Cuando nosotros necesitamos de ellos o viceversa se produce una buena interacción, se trabaja en conjunto.



La misión: Prevenir



Millones de dólares gastan países como Estados Unidos, Canadá, Portugal y España, entre otros, para la erradicación de incendios. Sin embargo, para Luis Martínez la problemática no tiene que ver con ese tema, sino más bien con la conciencia de la comunidad.



– ¿Cuáles son las líneas de trabajo en este sentido?
– Trabajamos en cada una de las regiones con proyectos de prevención a través de actividades con profesores, alumnos y comunidad mediante información que entrega nuestro personal durante el invierno. La idea es crear la conciencia de cómo prevenir los incendios forestales.



– ¿Con quiénes se trabaja específicamente?
– Se trabaja con escuelas rurales. Por ejemplo, en la Quinta Región, donde está la zona de interfase -unión de la población con el área natural- es donde más se producen incendios, entonces se trabaja ahí para lograr cambios de conductas, principalmente en los niños que están en formación.



– ¿El gobierno ha apoyado la iniciativa?
– En este sistema, el gobierno nos ha apoyado con mayores recursos. Se ha generado un spot, incorporado en la página web, donde aparece la información básica. También, están los canales de televisión que nos han dado el apoyo necesario para la difusión de la publicidad.



– ¿A qué se dirige la campaña?
– Se dirige principalmente a la prevención, entregarle información a la población sobre el porqué se generan estos incendios y que es lo que se destruye con éstos. Es importante que la gente entienda que no es sólo vegetación, ni árboles, sino que además hay fauna asociada y vidas que se ponen en riesgo. El esfuerzo va apuntado a que la comunidad se involucre en el tema de los incendios forestales y que participen, ya que no son sólo preocupación de una institución del estado, sino de todos los chilenos.



– ¿La iniciativa ha sido apoyada por otras instituciones?
– Con la campaña se ha podido involucrar a mucha gente y organizaciones. Este año se firmó un convenio entre en ministerio de Agricultura y Defensa Nacional, donde las Fuerzas Armadas se han involucrado fuertemente.



– ¿Se ha logrado el objetivo?
– Hay una visión un tanto más amplia, pero falta muchísimo todavía. La gente tiene que entender de una buena vez que si ellos no provocan los incendios en Chile no los tendremos y en consecuencia, tampoco vamos a estar todos los años preocupando de 50 ó 60 mil hectáreas afectadas. Este ya no es un problema de recursos, sino de conciencia y actitud.



El riesgo inminente



Una simple colilla de cigarrillo puede ocasionar pérdidas de miles de hectáreas al año, lo que involucra no sólo a la vegetación, sino que también la fauna y ocasionalmente la muerte de brigadistas y voluntarios que luchan por apagar el fuego. Así ocurrió con el piloto Jorge Monares, quien murió en un incendio forestal en el sector de Lomas de Rodelillo, en las cercanías de Viña del Mar.



Martínez afirma que «estas muertes se producen lamentablemente combatiendo un incendio generado por alguien".



– ¿Cómo se encuentra la familia del piloto?
– Es una tragedia. Un hombre de 41 años que pierde la vida y deja a dos hijos. Nosotros tenemos que acompañarlos en su dolor, y es lo que hemos hecho. Queremos que la gente lo entienda, me preocupa que se tome como una muerte más.



– ¿Hasta la fecha, cuántas personas han muerto en servicio?
– Desde que se comenzó la labor de Conaf hay 19 efectivos del organismo que han muerto en incendios forestales, seis de éstos son pilotos. No obstante, 34 personas han muerto por causa de los incendios forestales.



– ¿Qué piensa la Conaf de esta situación?
– Estas muertes, lamentablemente, se producen combatiendo un incendio que lo generó alguien sin intención y eso es lo que nos molesta como personas. Ya que, profesionalmente, uno evalúa la situación de riesgo, de pérdidas de bosques, de vegetación. Sin embargo, como personas, nos molesta que seamos los seres humanos los que estemos provocando esas muertes. No existe la conciencia de que esa acción va a provocar que se pongan en riesgo a muchas personas.



– ¿Esta labor implica un riesgo permanente?
– Nosotros tenemos mil 200 personas contratadas, tanto brigadistas de la corporación como los pilotos. En ambos casos están en constante riesgo, producto de la cercanía que tienen con el fuego. Tanto los pilotos como el personal técnico, profesional y obrero, que en caso de incendio, protegen el patrimonio de Chile.



Zona central: La más afectada



Diariamente se producen cerca de 60 incendios, de los cuales el 88,5 por ciento se apagan en una superficie menor a cinco hectáreas y el uno por ciento supera las 200. Sin embargo, de los incendios registrados este año, los de mayor consideración se registraron en la VI región, específicamente en la localidad de San Fernando donde se afectaron 900 hectáreas.



– ¿A cuánto asciende la superficie afectada?
– En este momento hay una superficie menor con respecto al quinquenio anterior. Teníamos 43 mil hectáreas quemadas. No obstante, hasta el momento, llevamos registrada una suma cercana a las 25 mil hectáreas quemadas en la temporada. Enero y febrero son los meses más críticos.



– ¿A qué se debe el aumento en estos meses?
– Hay varios factores que están asociados a esto. Si tenemos un invierno muy lluvioso se forma una gran cantidad de combustible liviano que se presentará en las diferentes regiones del país. En el caso específico de esta temporada 2002-2003 se acumuló una gran cantidad de combustible liviano -pasto- que con un verano seco, se transforma en un foco que fácilmente puede propagar el fuego.



– ¿Cómo se puede controlar?
– Es difícil de controlar cuando las condiciones meteorológicas son negativas. Los factores como el viento, las altas temperaturas y la baja humedad hace que se den las condiciones propicias para un incendio forestal.



– ¿Cuáles son las zonas más afectadas?
– La región Metropolitana, Quinta y Sexta. En estas localidades se registró la mayor superficie quemada, producto de la situación climática. En total se registraron cerca de mil 300 incendios con alrededor de 20 mil hectáreas afectadas.



– ¿Qué ocurre en el sur?
– Hemos tenido diferencias con respecto al quinquenio anterior porque se ha mantenido la lluvia, lo cual impide que el combustible se seque a niveles que puedan generar un incendio de gran magnitud.



El hombre principal gestor



Aunque la Corporación Nacional Forestal, año tras año realiza actividades para prevenir los incendios, la comunidad parece no tomar conciencia de la situación, pues la mayoría de las veces, a juicio de Martínez, los incendios forestales son provocados por negligencias humanas.



– ¿Cuál es la principal causa de los incendios forestales?
– El factor fundamental de estos incendios es el hombre. En Chile, el 99 por ciento de las quemas son causadas por éste. Es una situación que genera un riesgo tremendo.



– ¿Qué se está haciendo para revertir esta situación?
– Es complicado porque el mayor esfuerzo va dirigido hacia la prevención y a cambiar las conductas. Esto significa que la gente se dé cuenta y valore los recursos arbóreos y forestales que existen y que deben ser protegidos por el solo hecho de formar parte del ecosistema. Deben comprender que no es un objeto de diversión producir fuego. No queremos seguir lamentando hechos como el que se presenció a fines de enero cuando un grupo de jóvenes por quemar basura provocaron un incendio que destruyó 54 casas en Valparaíso.



– ¿Cuál es el principal problema que enfrentan?
– Que todavía la gente no toma conciencia de que los incendios forestales son evitables y que se debe ser cuidadoso en las prácticas comunes. Existen personas que por problemas mentales -como los pirómanos- causan incendios, pero hay otros que por negligencia los generan.



– ¿Cuáles son las prácticas más comunes?
– Por lo general, una fogata mal apagada o personas que lanzan una colilla de cigarro desde el auto. Además se encuentran las prácticas agrícolas que hace años se utilizan en Chile -la destrucción de los residuos agrícolas- que se efectúa a través de la quema controlada, pero que muchas veces se traducen en un incendio porque no se toman las medidas necesarias que ese propietario debe tener dentro de su predio. Sin duda, la práctica común es el descuido, la poca prudencia.



– ¿Hacia dónde debe dirigirse la prevención?
– El tema principal es la actitud del ser humano frente al fuego. No está incorporada la idea de protección, de control en las mentes chilenas. No se tiene el cuidado de que un simple fósforo puede generar un incendio de miles de hectáreas.



– ¿Qué medidas de prevención ha tomado la Conaf?
– Existe un calendario que se aplica en cada temporada para definir las áreas donde se pueden hacer quemas. De esta manera, tenemos el control necesario en caso de producirse un incendio, pudiendo el personal acudir rápidamente.



«Las medidas también debe establecerlas el propietario. Por ejemplo, contar con un contrafuego, fuentes de agua, apilar los desechos que va a quemar. Esas son medidas que se entregan y que el agricultor debiera conocer. No es nada que implique gran implementación, simplemente es tener los cuidados mínimos para que esto no se propague y cause el descontrol de las llamas», indicó.



– ¿Qué se les recomienda a los agricultores?
– En primer lugar, que comprendan que no es la mejor práctica la quema. La agricultura con cero labranza es una buena alternativa y además mejora los nutrientes del suelo. No se puede aplicar en todas las regiones del país, pero en aquellos terrenos aptos se disminuiría el riesgo de incendio.

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