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Marta Larraechea consolida su poder frente a Lavín

Dentro de la guerrilla política que mantiene con Joaquín Lavín, la concejala logró ganar una nueva posición: que el Concejo de la Municipalidad de Santiago la nombrara presidenta de la comisión que estudiará el proyecto sobre la nueva sala del Teatro Municipal. Aunque en principio fue objetada para el cargo por no ser técnica, Marta Larraechea se instaló como el rostro de la iniciativa.


Nuevamente Marta Larraechea se impuso a los deseos del alcalde de Santiago al lograr hacerse de la presidencia de la comisión que se abocará al estudio del proyecto sobre la sala del Teatro Municipal, una de las iniciativas estrella de Joaquín Lavín.



En la sesión de la semana pasada, cuando por primera vez se votó la presidencia de la comisión, la concejala DC se retiró muy molesta de la sesión por considerar que la derecha -en la persona del concejal Renato Sepúlveda (RN)- la había vetado para postular al apetecido cargo. Pese a ello, ayer martes se volvió a votar y sin que importara su ausencia, "Martita" resultó electa presidenta.



Con ello, la derecha perdió la primera batalla de la estrategia acordada por la oposición con el fin de copar todos los espacios posibles para actuar como escudo protector de Lavín, impidiendo que los permanentes ataques de los concejales oficialistas al alcalde y la férrea fiscalización que han realizado estos últimos meses afecten la imagen pública del edil.



La idea era ‘tomarse’ todas las presidencias de las comisiones que se formarán en adelante, partiendo por la que estudiará el proyecto de la nueva Sala del Teatro Municipal. De allí la importancia de no permitir que la ex primera dama se adueñara del cargo.



Sin embargo, desconociendo el ‘acuerdo’ al que habían llegado los concejales de derecha, el martes se consensuó que Marta Larraechea se quedara con la presidencia de la comisión y que la secundara en la vicepresidencia la concejala de derecha Carolina García de la Huerta, quien había postulado a presidir la polémica instancia en la primera votación, con el respaldo de Sepúlveda.



El consenso al que se llegó fue refrendado por seis votos a favor y uno en contra. Renato Sepúlveda se mantuvo en la negativa inicial, argumentando que el trabajo de la comisión debía ser ágil y eficiente y que estando Larraechea a la cabeza de la instancia lo más probable es que la labor del equipo se efectúe "a través de la prensa".



Temor entre los concejales de derecha



Aunque Sepúlveda niega la existencia de un acuerdo para blindar a Lavín, está molesto por la actitud de sus pares. El consenso en torno a Martita no fue planteado por los concejales de la Concertación, sino muy por el contrario, quien propuso a Larraechea y a García de la Huerta fue Omar Saffie, independiente de derecha.



La propuesta de Saffie echó por tierra el diseño de la oposición. Más aún cuando resulta meridianamente claro que el oficialismo no cuenta con los votos para imponerse frente a la derecha en el Concejo Municipal. En este escenario resulta evidente -dicen fuentes del concejo- que a la derecha la ‘asustó’ la reacción de Marta Larraechea y optó por calmarla entregándole la presidencia de la comisión para tranquilizarla.



Mientras tanto, la emblemática concejala oficialista, ignorante de los acuerdos logrados en el concejo del martes, fue notificada vía telefónica de su nuevo triunfo. Marta Larraechea se encuentra en Atlanta con su marido, el senador Eduardo Frei, por lo que se le explicó que su elección será ratificada en el concejo del próximo martes 25.



Con esta sorprendente decisión quedó de manifiesto el poder que ejerce la concejala DC incluso entre sus pares de derecha. Estos últimos consideran más beneficioso tenerla ‘contenta’ que asumir los costos de sus contrariedades, cuyo blanco siempre termina siendo Lavín, lo que daña las aspiraciones presidenciales del alcalde y mina lenta pero sistemáticamente su imagen.



Martita llegará a Chile triunfante, considerando -en virtud de los últimos acontecimientos- que su ‘poder’ tiene un largo brazo y que su presencia no es necesaria para imponer su criterio.

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