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Administración edilicia de Lavín bajo auditoría interna

La iniciativa tiene su origen en una solicitud del concejal del Partido Socialista, Juan Recabarren, quien considera que no se están administrando debidamente los recursos que han ingresado al municipio a través del leaseback solicitado el 2001 y de la venta de los derechos del agua el año 2002.


Definitivamente al alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, no se le viene fácil este año. Luego de caer en la polémica de los sobresueldos, generada por sus propios dichos, ahora debe enfrentar una auditoría interna solicitada por los concejales de la Concertación.



Juan Recabarren (PS) y Ricardo Zúñiga (PPD) pretenden aclarar el destino de los recursos adquiridos por la venta de los derechos de gratuidad del agua y del leaseback solicitado por el edil antes de la mencionada transacción.



Cuando aún no termina de entregar información sobre los vapuleados sobresueldos, Lavín debe intentar explicar en qué ha gastado o invertido el municipio los 4.000 millones de pesos del leaseback solicitado a mediados del 2001 y los 6.500 millones de la venta de los derechos de gratuidad del agua alrededor de un año después.



El edil debe ahora manejarse en dos frentes. En uno, se le exigió profundizar la información sobre los 63 funcionarios que son supuestamente favorecidos con el ‘beneficio’ de los ‘dobles contratos’ -como se ha preferido llamarlos ahora-, explicando entre otras cosas la fecha precisa en que comenzaron y las horas extras que le son pagadas a estos trabajadores. En el otro, en tanto, deberá hacer cuadrar los gastos con los ingresos.



A pesar de lo que se pudiera pensar, lo que impulsó al concejal Recabarren a pedir la realización de la auditoría interna es que teme que los recursos de la Municipalidad de Santiago no se estén gestionando adecuadamente.



Por ejemplo, a comienzos de enero del 2003, se comprobó que en la cuenta corriente del organismo había alrededor de 6.000 millones de pesos, los que de haber estado en una cuenta de ahorro -asegura- habrían dado altos intereses que podrían haberse utilizado en obras sociales.



Sin embargo, sea cual sea la motivación, lo cierto es que Lavín deberá aclarar lo que hasta ahora parece ser un área oscura para los concejales oficialistas.



Estos no se explican por qué fue necesario vender los derechos de gratuidad del agua de la comuna de Santiago si, aparentemente, el dinero del leaseback solicitado a mediados del 2001, pocos meses después de haberse hecho cargo de la municipalidad, no se había terminado.



En este contexto, dice Ricardo Zúñiga, se hace imprescindible la auditoría para saber en qué se gastó el leaseback y en qué se están gastando los recursos de la venta de las aguas.



Inversión versus descapitalización



La molestia de Zúñiga por el hecho de que Lavín no dé cuentas al Concejo sobre cómo se está gastando los recursos del agua se debe particularmente a que tiene la impresión de que durante la actual administración no se ha invertido en la comuna y que, por el contrario, se ha caído en un proceso de ‘descapitalización’.



El concejal PPD fundamenta su hipótesis con cifras. Así, explica que entre los años 2000 y 2002, los gastos en los ítemes de "inversión real" -según figura en la Estadística Presupuesto de los años 1995 a 2002- disminuyeron de 5.394.360 millones a 2.435.372 millones y en "inversión regional metropolitana" descendieron de 2.529.731 millones a 1.298.032 millones.



Mientras que en similar período el ítem de "transferencias corrientes" -consideradas por Zúñiga como "gastos superfluos"- aumentó de 10.899.241 millones a 15.734.608 millones.



La preocupación de Zúñiga es que el dinero que se destina a inversiones tarda más tiempo en dar frutos, ya que suele destinarse a obras que perdurarán. No obstante, con ello Lavín corre el riesgo de que el fruto de tales inversiones lo aproveche su sucesor.



Sin embargo, los recursos que se destinan a las transferencias corrientes no perduran, pero son visibles en el momento, como es el caso del bono de 12.000 pesos que el municipio entregará a 5.000 familias de escasos recursos de la comuna.



De allí que a su juicio Lavín "está matando la gallina de los huevos de oro. Porque está gastando sin invertir en obras que permanezcan. Salvo la nueva Sala del Teatro Municipal", en el supuesto que este proyecto se concrete.



Pero el concejal es todavía más duro en sus apreciaciones, ya que acusó al alcalde de "haber transformado el capital municipal en presupuesto de campaña", lo que quedaría demostrado con la entrega del bono, que en su opinión es la "expresión de una campaña política". Para Zúñiga, Lavín nunca ha dejado de estar en campaña y la Municipalidad de santiago sólo constituiría, para el edil, otro frente para expresarse.



En tanto, lejos de esta polémica netamente política, la contralora municipal, Rebeca Merino, ya comenzó a trabajar en la auditoria que, debido al exceso de trabajo y falta de personal, no estará concluida antes de un mes.
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