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La soterrada guerra por el mercado farmacéutico

Estos días se han sucedido las acusaciones contra varios productos farmacológicos. Detrás de estas ‘duras batallas’ que se libran en el departamento legal del Instituto de Salud Pública (ISP), no hay necesariamente razones médicas.


La ácida guerra comercial que mantienen los laboratorios farmacéuticos por el jugoso mercado farmacológico no da tregua. Durante las últimas semanas la opinión pública ha sido testigo de los cuestionamientos que ha recibido el principal proveedor de medicamentos del Ministerio de Salud, ‘BestPharma’, y que ponen en tela de juicio la calidad de sus productos.



Aparentemente, los laboratorios se embarcan en la presentación de sumarios contra otras empresas con el objetivo de «velar por la salud» del consumidor. Sin embargo, la dura verdad, es que los productores de medicamentos usan los procedimientos formales del ISP para desprestigiar a la competencia y bloquear la salida al mercado de productos que puedan perjudicar uno propio.



El campo de batalla tiene como escenario el departamento legal del Instituto de Salud Pública (ISP), estamento encargado formalmente de canalizar las denuncias que realizan las empresas farmacológicas y materializa los sumarios. La disputa tiene como finalidad posicionar productos de similares características y acaparar parte del ostentoso mercado farmacéutico que supera los 900 millones de dólares al año.



El caso BestPharma



Las recientes embestidas contra la cadena farmacológica BestPharma fueron encabezadas por el diputado Maximiano Errázuriz (RN), quien con documentos de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa) acusó al ISP de no sancionar presuntas irregularidades cometidas por dicho laboratorio. Incluso, pidió a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados investigar el asunto.



El tema no dejó indiferente al ministro de Salud, Pedro García (DC), quien reaccionó rápidamente a la denuncia del parlamentario y, 48 más tarde de la declaración de Errázuriz, planteó una reestructuración al interior del ISP para agilizar los procesos de registro y fiscalización de los laboratorios.



Entre las medidas destacó el aumento de personal, nuevos recursos económicos por un monto de 30 millones de pesos y la reestructuración del equipo jurídico.



Pese al intento del Minsal por mejorar la administración en el área de fiscalización, documentos a los que tuvo acceso El Mostrador.cl develan que más del 50 por ciento de los más de 270 sumarios, que cursa el organismo fiscalizador, se centran en la soterrada guerra comercial que sostienen los laboratorios.



Más preocupante aún es la cifra total de sumarios que acaparan los laboratorios por promoción, publicidad y comercialización: esta alcanza al 58,1 por ciento. En esta etapa participan denunciantes particulares y los servicios de salud.



Caballos de batallas



En esta verdadera ‘guerra sucia’ existen batallas emblemáticas que libran las empresas del sector de los medicamentos por posicionar sus productos frente a los de la competencia. Una de ellas es la que mantiene el laboratorio transnacional Pfizer con el laboratorio nacional Recalcine.



La disputa se centra en fármacos para mejorar la difunción erectil que afecta a algunos hombres. Tiene como protagonista al famoso «Viagra», producido por Pfizer. Este laboratorio centra su artillería contra el fármaco de competencia directa «Helpin», de propiedad de Recalcine.



«No lleva folleto de información al paciente del producto Helpin«, señala la denuncia ante el ISP contra el fármaco. Esta se produce debido a que el laboratorio internacional presentó patente de segunda indicación al Ministerio de Economía, es decir no se registra el principio activo sino la indicación.



Otro caso interesante fue el que protagonizó en el año 2000 la empresa Volta con Maver por la popular sal efervescente Disfruta. El nombre pertenecía al primer laboratorio, sin embargo el segundo «fabricó y comercializó el producto Sal Efervescente Disfruta». Finalmente la disputa se zanjó cuando Maver compró la marca.



Al año siguiente, el mismo producto se vio nuevamente envuelto en una pelea. Esta vez, Maver se enfrentó con el laboratorio Smith-Kline Beecham que produce la sal de fruta ENO. El segundo laboratorio acusó a su competencia de distribuir gratuitamente la sal efervescente Disfruta.



Pero eso no sería todo, meses después el ISP abrió un nuevo sumario contra el propio Maver, esta vez impugnado por Smith-Kline, quien apuntaba sus dardos contra el producto Disfruta. La razón fue la entrega a público de una especie de estuche rotulado y que contenía un caramelo con publicidad de sal de fruta ENO.



Otro medicamento del laboratorio Maver, que entró muy fuerte al mercado y que se encuentra con varios sumarios es la megamarca Tapsin. La mayoría de sus productos son de libre venta, sin embargo, utilizan el nombre de algunos derivados que se debieran vender con prescripción.



Las impugnaciones mutuas afectan en realidad a gran parte del mercado de productores de medicamentos del país. Otro de los casos es el del laboratorio Chile, que produce «Diarfin», contra Recalcine y su producto «Imecol».



«Distracción de recursos»



Varios representantes de laboratorios reconocieron a El Mostrador.cl la guerra sucia que mantienen las empresas del rubro por posicionar sus productos en el mercado valiéndose de cuestionamientos formales ante el organismo fiscalizador. Coincidieron en señalar que esta disputas son netamente comerciales y no debieran comprometer recursos públicos del sector salud.



«Los laboratorios utilizamos al ISP para lograr posicionar nuestros productos por encima de los de la competencia. En esta labor se distraen recursos humanos importantes que podrían abocarse a labores que guardan relación con la calidad de los medicamentos», admitió un miembro de un laboratorio nacional.



Los procedimientos para materializar un sumario son dos: oficio y denuncia. Los primeros corresponden a juicios de las autoridades de salud, y el otro corresponde principalmente a fines comerciales de los laboratorios.



Para quienes conocen el funcionamiento interno en el ISP, el anuncio que realizó el ministro García de inyectar recursos para agilizar los sumarios no tendrá buen puerto si se continúa sosteniendo la guerra comercial a través de los sumarios.



«Las denuncias debieran ser menor que las investigaciones de oficio. Una buena idea sería que el denunciante tuviera que hacer sus cuestionamientos de cuerpo presente con el denunciado. Esto permitiría terminar con las acusaciones injustificadas», remarcó la misma fuente.



Coincidencia



La ola de sumarios y críticas que ha sufrido la empresa BestPharma tienen un comienzo singular. Se produjo justo el año pasado, período en que coincidentemente el laboratorio aumentó su participación en el mercado.



En dicho período, dejó de ser sólo un proveedor de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), y se convirtió en distribuidor de productos para las farmacias independientes, a comienzo de 2002. A fines de ese mismo año, concretó el ingreso al jugoso mercado de las cadenas farmacéuticas.



La explosiva participación de BestPharmaen el mercado generó de inmediato anticuerpos en algunos competidores directos que sufrieron una merma de sus productos en el disputado mercado.



Según documentos a los que tuvo acceso El Mostrador.cl los sumarios que instruye el ISP en contra de la empresa son 18, de los cuales 17 pertenecen a denuncias de servicios de salud y hospitales.



Sin embargo, el último se inició hace sólo dos semanas atrás a partir de una denuncia de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Chilenos (Asilfa). Esta entidad, a fines del año pasado, presentó varios escritos solicitando al ISP que se inspeccionara algunos de los productos de la empesa BestPharma.



«Presentación del 25/09/02 de la directora de Asilfa, mediante la cual denuncia irregularidades en la rotulación de nueve productos farcéuticos inyectables del laboratorio BesthPharma entre ellos: Atropina Sulfato Monohidrato, Epinefrina, Gentamicina, según muestras y listas adjunta», señala un informe inspectivo emanado del ISP.



Este medio pidió una reacción al Ministerio de Salud sobre el tema, pero en la cartera indicaron que «no se van a referir al tema porque las investigaciones están en curso y no se puede salir condenando a nadie».



Cómo opera el mercado



El negocio farmacéutico es tremendamente sensible a las variaciones del mercado y tiene dos divisiones: los medicamentos éticos o de prescripción. Es decir los que se venden con receta médica y los de libre venta, respectivamente.



En el mercado ético los líderes en participación del mercado son Recalcine con un 9,3 del mercado considerado en dólares; laboratorios Chile con un 9,0 por ciento; Saval 7,4 por ciento, Andrómaco 4,3 y Roche 3,9, entre otros.



El mercado de prescripción mueve al año 397,4 millones de dólares y en él compiten principalmente las compañías farmacéuticas internacionales y las empresas nacionales.



«Las transnacionales, cuando quieren crecer, tienen que atacar a los grandes productores nacionales. El mercado se reparte 80 por ciento para los laboratorios del país y el 20 para las compañías provenientes del extranjero», señala una fuente ligada a laboratorio nacional.



Por otro lado, están los productos de libre venta o sobre el mesón. En este mercado, los principales productores son Maver con un 12,3 por ciento; Bayer 11,7; Nestlé 8,3; Laboratorio Chile 7,3 por ciento andrómaco. Anualmente mueve 96,4 millones de dólares al año.



Las disputas entre laboratorios encuentran justificación por los sensible que es el mercado farmacéutico. En un año el mercado de los productos de prescripción disminuyó en cerca de 80 millones de dólares. Entre las razones se encuentran la liberación de receta médica que realizó el ISP respecto a 16 compuestos farmacológicos. También influyó la situación económica por la que atraviesa el país.



Según expertos, una gran parte de los medicamentos de prescripción están relacionados con mejorar la calidad de vida de las personas y cuando las personas atraviesan una delicada situación económica de inmediato disminuyen fármacos antioxidantes, osteoporosis y colesterol, entre otros.



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