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BM se muestra optimista sobre futuro ambiental de Santiago

Aunque aterrizó en Santiago en medio densa capa de smog que derivó en una seguidilla de alertas ambientales, el encargado del área medio ambiental para América Latina del Banco Mundial, Juan Andrés López Silva, se mostró optimista sobre el futuro ambiental de la región con el plan Transantiago, que a su juicio, es la gran apuesta para lavarle la cara a la capital.


Aunque por estos días la calidad del aire no varía de "regular" a "mala", el Banco Mundial (BM) se muestra esperanzado en que las condiciones pueden mejorar a partir de la aplicación del plan Transantiago que debería estar en operaciones el 2005.



El BM, actúa como agencia de implementación del fondo mundial para el medio ambiente (Global Enviromental Fund o GEF) que apoya programas de naciones en desarrollo que contribuyan a solucionar problemas ambientales globales como el cambio climático, la protección de la biodiversidad o de la capa de ozono.



En Chile se identificó como programa de apoyo potencial el plan de transporte Transantiago, que con su implementación definitiva ayudaría a la reducción de gases con efecto invernadero. En América Latina, el organismo tiene proyectos en México, Chile y Perú enfocados en reducir la emisión de gases con efecto invernadero al tiempo que se disminuyen los contaminantes locales.



En conversación con El Mostrador.cl, el encargado del área ambiental para América Latina y el Caribe del BM, Juan Andrés López Silva, aseguró que es un programa innovador que aunque apunta a ordenar el transporte, tiene meta el reducir las emisiones que y aporta a la disminución de gases con efecto invernadero.



Transantiago espera cumplir, al menos, con las exigencias del Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA) de la Región Metropolitana para el 2005, lo que involucra una reducción en un 75 por ciento de la emisión de material particulado (MP10) y de un 40 por ciento de óxidos de nitrógeno provenientes de los buses, respecto de las mediciones de 1997.



La distribución en la Región Metropolitana desde el 2004 de un diesel con 50 PPM (partes por millón) de azufre (el actual contiene 300 PPM) también tendrá un impacto en la reducción para el material particulado en alrededor de un 6 por ciento. El plan contempla la operación de 6.500 buses, entre ellos unos 1.100 articulados.



Lo anterior refleja que los cambios en los niveles contaminación vienen a mediano plazo, ante lo que López señaló que pese a los avances en la disminución de los episodios ambientales críticos «esto sigue siendo un problema", que se solucionaría con un plan de transporte efectivo y un cambio cultural que inste a usar mecanismos limpios como la bicicleta.



¿Qué características que favorezcan el medio ambiente tiene este programa para ser apoyado por el BM?



– El proyecto de Santiago es muy innovador en comparación con los que hay en Lima y México, involucra muchas áreas y es el único a nivel mundial que está dirigido controlar la demanda del transporte. Parte del programa contempla busca que las personas usen el trasporte de manera eficiente y no indiscriminadamente. En ese sentido es importante que se modifiquen los hábitos de transporte y que se haya incluido el uso de bicicleta. Aunque se emplacen apenas 50 kilómetros de ciclovías y en Bogotá se construyeron 250 kilómetros para empezar, Transantiago contempla una amplia campaña de promoción para que la gente tenga un cambio automóvil a la bicicleta.



¿Qué se debe hacer para generar un cambio cultural real en la población?



– Se deben dar las condiciones para un transporte alternativo o simplemente instar a acciones como caminar. Si existen, por ejemplo, espacios seguros que incluyan iluminación y un ambiente agradable las personas preferirán estas actividades. Otro factor importante es un transporte público eficiente donde un autobús se conecte con el metro con una sola tarifa y se ahorra tiempo al pasajero. Estas características van de la mano con una campaña educativa por parte de los empresarios que generen condiciones de seguridad para que sus empleados viajen en bicicletas o que se construyan vías de acceso hacia los lugares de trabajo. Las mismas facilidades de deben dar en universidades y colegios.



El BM tiene confianza en que este país logrará aplicar los planes de transporte, pese que los ciudadanos les cuesta cambiar sus hábitos?



– Consideramos que Chile está bien internalizado el tema ambiental y la reacción ciudadana es un reflejo de esto. Hay países más pobres la gente piensa en comer y en cosas básicas. Este país está en un proceso adelantado de desarrollo y tiene los temas ambientales y sanitarios mucho mejor cubiertos que otras naciones de la región y por eso las listas en varios ámbitos.



¿Cuales son las áreas en que Chile debe mejorar según el Banco Mundial?



– A pesar de los avances en la disminución de días de alerta y preemergencia que se reflejan en las estadísticas de reducciones de gases en la atmósfera, esto sigue siendo un problema. Creemos que podemos mejorar esa área al crear opciones de transportes a las clases menos favorecidas al integrar tarifas, mejorar el acceso a los lugares de trabajo de las personas y generar tiempo libre para estar en familia.



Muchas veces se ha cuestionado que las decisiones finales para decretar episodios ambientales críticos las toma una instancia política en Santiago ¿Debe continuar este sistema o sería mejor trasladar la decisión a un criterio netamente técnico?



– Entendemos que estas decisiones son basadas en lo técnico pues sólo se pueden decretar cuando se llega ciertos niveles de concentración de emisiones en la atmósfera. La situación no es tan arbitraria como se pueda percibir.



Otro tema de interés para el BM se relaciona con la reducción de emisiones es a través de los bonos de carbono a mercados externos…



– Chile se ha interesado por incorporar al sector privado en el manejo de estos temas desde el comienzo. A diferencia de otros países, en los cuales el Estado obliga a cumplir con las normas y actúa como gendarme, en Chile hay gran apoyo de todas partes. En ese aspecto es necesario que se agilice una ley de bonos, pues una cosa es que se tenga un iniciativa y otra que se vuelva operativa.





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