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El difícil proceso de la nueva directiva de Renovación Nacional

El hecho que los lavinistas de RN se restaran de participar en la mesa conformada por Sebastián Piñera no es casual. Estar en la directiva les habría complicado defender la opción de Joaquín Lavín como único candidato presidencial de la derecha, mientras que el presidente del partido no descarta a priori ese derecho para RN.


Ganar por secretaría, pues cerrado el proceso de inscripción no hubo competidores a la opción de Sebastián Piñera para dirigir Renovación Nacional, fue la parte más fácil de la nueva gestión del dirigente. La ausencia de representantes del sector lavinista en el equipo que acompañará al actual timonel los próximos dos años es una clara señal de lo que se viene gestando.



Si bien hasta hace poco todos los parlamentarios y dirigentes del partido destacaban la buena gestión de Piñera y el hecho de que finalmente haya logrado «ordenar» la casa, a medida que se acercaba el plazo límite para la inscripción de la única lista en competencia, fue quedando de manifiesto que no está superada la molestia que generó en algunos el hecho de que el timonel eludiera proclamar a Joaquín Lavín como el candidato del partido.



La luna de miel entre quienes dentro de RN no admiten dudas sobre la opción presidencial del alcalde de Santiago, y quienes consideran que el partido no debe renunciar a priori a ser alternativa de gobierno terminó. A la nueva directiva de la colectividad, que deberá asumir después de mediados de este mes, no se le hará nada fácil mantener a sus parlamentarios ‘en línea’.



En este escenario, no parece remoto que resurjan las ya conocidas polémicas internas en que mientras la directiva va para un lado, los parlamentarios siguen la línea exactamente contraria. Por tensiones como esta la colectividad debió pagar costos hasta hace muy poco, uno de los más importantes, el de la credibilidad. Esto provocó, entre otras cosas, que el gobierno terminara negociando con la UDI materias relevantes, porque no podía esperar a que en RN se pusieran de acuerdo.



Un ejemplo de esto es la Ley de Rentas Municipales II. A pesar de que luego el acuerdo -que terminó conociéndose como Insulza-Longueira-, se cayó por presiones de la Concertación.



El ‘grupo de los catorce’ más vital que nunca



Aunque las críticas que han comenzado a cundir desde dentro y fuera de RN aún no son explícitas, ya se percibe en la atmósfera del partido que la directiva formada por Piñera no acapara la adhesión unánime de los parlamentarios. Esto constituye un problema nada menor, considerando que son ellos los que deben concretar en el Congreso los acuerdos que asuma la mesa.



Es por eso que el punto que cree haber ganado el sector piñerista al conformar una directiva en la que los lavinistas quedaron fuera, aparentemente por iniciativa propia, puede terminar siendo un factor en contra. El tema es que la disidencia que hasta ahora no actuaba como un bloque concertado podría tomar nuevos bríos y reaparecer, provocándole serios conflictos a Sebastián Piñera.



A pesar que cercanos al dirigente niegan que le haya pedido a la diputada Lily Pérez que se integrara a la nueva directiva, otras fuentes aseguran lo contrario. La legisladora habría declinado la invitación, pues aceptar significaba avalar una línea con la cual discrepa abiertamente, considerando que ella es una de las más férreas defensoras de la opción de Joaquín Lavín como candidato presidencial de la Alianza por Chile.



Tampoco es menor recordar que Lily Pérez fue el rostro más visible del ‘grupo de los catorce’, aglutinado en torno a la posición de que el alcalde de Santiago debe ser el candidato oficial de RN y que el partido, por tanto, debe reconocer su calidad de candidato presidencial de la derecha.



En este contexto una mesa constituida sólo por cercanos a Piñera podría volverse en su contra, generando que la disidencia que actuaba soterradamente comenzara a hacerlo de manera organizada al ver que el presidente del partido no tiene quien detenga sus aspiraciones presidenciales, lo que perjudicaría las de Lavín.



Por otra parte, Piñera asegura evidentemente que todo el partido está cuadrado detrás de la mesa y que nadie le ha hecho a él las críticas que rondan en el aire. Sin embargo, muy en off no falta el parlamentario que se atreve a plantear, por ejemplo, que la diputada Carmen Ibáñez "indudablemente es la que menos aporta" en la nueva directiva.



Otros más discretos aseguran que el presidente del partido estaba "en su derecho" de conformar una mesa a su pinta, aunque reconocen que les habría gustado que en ella estuvieran representadas todas las «sensibilidades». Así, como es habitual en RN, nadie quiere ser quien quede tildado de opositor, porque no olvidan que será esta directiva la encargada de negociar los cupos parlamentarios para el 2005.



Lo que no quita que a nivel de pasillo se esté configurando un tenso escenario que podría echar por tierra los escasos logros de la mesa saliente y generar un difícil panorama interno, en momentos en que Renovación Nacional requiere de la máxima unidad para enfrentar las negociaciones municipales y parlamentarias con la UDI.



El comienzo del fin



Por otra parte, aunque los ‘aliados’ de RN no se quieren pronunciar sobre un proceso interno de la colectividad, algunos osados se han atrevido a vaticinar que la nueva directiva marca el comienzo del fin para Renovación Nacional y se preguntan por qué Sebastián Piñera no pudo conformar una directiva de mejor nivel.



En este sentido, no dudan que la nueva administración podría provocar un quiebre al interior de Renovación Nacional, porque Piñera no abrió espacios de participación a quienes han mostrado matices distintos a él y que eso generará indudablemente -dicen-divergencias que podrían llegar a ser insoslayables dentro de la colectividad.



Así, las relaciones que entre ambos partidos ya eran difíciles sólo podrían empeorar, perjudicando incluso las negociaciones en curso. Aunque la mirada crítica de la UDI, también pasa por el hecho de que una mesa cuyos integrantes son básicamente piñeristas impedirá a la colectividad de Pablo Longueira abrir flancos que pudieran debilitar la posición de sus socios durante las negociaciones.

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